¡No me tomes el pelo! - Fugonara

1.5K 44 1
                                    

Como todos los días, una vez más Narancia practicaba matemáticas en el restaurante junto a su amigo Fugo, quién a veces se hartaba de explicarle a su compañero.

— Narancia, recuerda que estás cuentas son para dividir.— habló suavemente su par en lo que extendía un cuaderno con varias cuentas anotadas.

— Dividir era cuando...

— Repartes un número en las partes que se te pide. Por ejemplo, supongamos que tengo un pastel con seis porciones en total.

— ¿Pastel? ¿Donde?— Narancia tomó sus cubiertos mientras esperaba una porción de pastel.

— Presta atención.— hizo una pausa y continuó.— Ese pastel se tiene que dividir entre dos personas, tú y yo. ¿Cuánto le corresponde a cada una?

Al terminar, como si todo estuviera previamente organizado, un mesero del lugar apareció con un pastel de fresa sobre el carrito que traía. Acto seguido, lo apoyó frente a ambos.

Narancia ya desesperado, tomó el tenedor para picar una fresa. A esto, recibió un fuerte golpe en la mano, haciendo que el utensilio caiga de su mano.

— No vas a comer, no hasta que resuelvas el ejercicio.

Una mueca de falsa tristeza se dibujó en su rostro. En el mientras, Fugo cortó las porciones del pastel, puso unos platos apilados cerca de su compañero y volvió a sentarse a su lugar.
Narancia comenzó a servir las porciones en los platos, y a repartirlas entre ambos. Cuando terminó, Fugo volvió a preguntar.

— Entonces. ¿Cuánto es seis dividido dos?

Su compañero contó las porciones frente a él, y dió su respuesta final.

— Tres.

— Bien.— inclinó la cabeza y al hablar puso un tono más dulce.— Si pudiste con eso, sé que puedes resolver las cuentas qué te di.

Narancia al recibir el cuaderno lo miró con muchas dudas, pero al instante comenzó a escribir decidido.
Sonrió y devolvió el cuaderno hacia su amigo.

Un silencio incómodo se hizo en la sala, el cuál fue roto por un puñetazo en la mesa y ver los utensilios volando de la misma por la fuerza.

— Me estás tomando el pelo ¿Verdad?— gritó irritado Fugo al ver sus resultados que claramente eran números al azar.

Instintivamente, Narancia cubrió su rostro con sus brazos y cerró los ojos en lo que se reía.

Abruptamente volvió a abrirlos. No podía moverse, o bueno, no tanto como él deseaba.

Tanteó un poco y sintió los cojines del sillón. Se levantó y sentó sobre si con dificultad. Comenzó a tomar conciencia de su entorno.

Miró sus vendas, aparentemente las heridas provocadas por el moho de Cioccolata no terminaban de sanar.

Comenzó a juguetear con las mismas. Sintió su rostro húmedo. Sonrió para dentro.

Para si mismo dijo, que extrañaba esos momentos.

One shots | JJBADonde viven las historias. Descúbrelo ahora