FOUR SHOT

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-¿Joonie...?

-Jimin... han pasado tres meses, por favor... no podemos seguir así.

-Te escucho mal...

-Jimin... te necesito, mi Alfa te necesita.

-Rompí el lazo... no deberías..

-El lazo sólo lo puedo romper yo... yo soy el Alfa... si yo quisiera se rompería... y no lo haré.

-No es verdad, ya no te siento...

-Porque te has enfocado al cachorro, pero entiéndelo, él tampoco está bien.

-... rompe el lazo... por favor.

-No lo entiendes... si rompo el lazo, el cachorro en ese momento moriría.

-No es verdad... mientes...

-... No lo hago... soy quien lo mantiene vivo.

-Tú no lo quieres...

-No, no lo quiero... es el peor momento, tenerlo ahora no es correcto.

-¿Entonces qué harás? ¿Me harás perderlo?...

-No puedo... te necesito a ti.

-...Lo sabes.

-Sí. Lo sé, si él muere, lo harás tú también

-Debo irme...

-¡Jimin! ¿¡Serás tan egoísta de matarnos a los tres!?

-... Estoy intentando mantenerlo vivo Joonie... lo intento...

El teléfono resbaló de mis manos y cayó, realmente estoy muy débil

-Tranquilo Jimin, te pondré nuevamente la máscara de oxígeno, todo irá mejorando –Escuchaba muy a lo lejos la voz de Hobi, siempre dándome esperanzas. Aunque su sonrisa siempre es contagiosa, su mirada dice mucho más, en ella puedo ver claramente que no saldré bien de esto, que por más esfuerzo que haga, mi cachorro y yo moriremos y es aún más triste que Joonie también lo haga, no es lo que deseaba, si tan solo quisiera a nuestro cachorro todo sería muy diferente.

[...]

Mi Omega entró en celo en cuanto toqué la puerta, no debería de suceder, no hoy, estaba a punto de salir del pórtico pues el dolor se intensificaba y yo ya empezaba a doblarme y a gritar de dolor, pero Joonie abrió la puerta, su Alfa estaba en la cúspide del celo, me tomó en brazos y comenzó a besarme, mi Omega se sentía tan feliz en sus brazos, que sin dudarlo correspondió a su celo, sólo quería sentir la pasión que mi alfa me entregaba.

-No debiste venir... no quiero controlar a mi Alfa...

-No lo hagas, Joonie, vine a ayudarte, quiero que hagas conmigo lo que quieras.

Nam me sujetó de las caderas y me subió a su cuerpo, subiendo conmigo las escaleras, su fuerza era mayor a la que jamás había visto ni imaginado, me desnudó en un segundo, sus besos eran feroces, jamás me había tomado de esa manera y era justo lo que estaba esperando, pues solo con sus besos y caricias es como poco muy poco aminoraba el dolor que sentía, mi Omega estaba feliz y preparado para ello también, jamás lo había visto tan dispuesto, cuando lo hacíamos siempre estaba en un modo sumiso, deleitándose de su aroma, y esperando a lo que mi Alfa dispusiera, pero en este momento estaba ansioso, exhibiéndose y paseándose, moviendo la cola descaradamente, tocando con ella la cara del lobo de mi Alfa justo para ser tomado.

-Joonie, me duele...

-No debería abusar de ti... debo controlarme...

-No lo hagas Joonie... ayúdame con el dolor...

-Hueles tan bien... déjame olfatearte más.

-Joonie...

Mi cuerpo exigía atención, dolor y satisfacción al aroma de mi Alfa es lo que me tenía perturbado, estaba tan preparado que sentía segregar mi entrada, todo era confuso para mí, pues por una parte estaba sumamente excitado,  pero por otra sentía tanto dolor.

Abrí un poco los ojos al no sentir el cuerpo de mi Joonie cerca de mí, mi Omega entrelazaba su cola con mi Alfa, entonces pude ver como se desnudaba frente a mí, como trepaba por mi cuerpo en cuatro como si fuera una fiera y yo su presa, atacó mi cuello bajando la mascada, estaba tan perdido en mi excitación que si él en este momento quisiera marcarme, me dejaría sin duda alguna, porque simplemente mi razón y la de él nos estaban jugando una mala pasada, ninguno de los dos se atrevería a controlarse.

Sus fuertes manos tomaron mi espalda, logrando levantarme ligeramente, cosa que aproveché para poder besarle el cuello, aspirar su aroma para minimizar el dolor que traía, él también gozaba de mi olor, las feromonas que desprendíamos harían de esto algo rápido, intenso y satisfactorio.

Ligeramente nos separamos mirándonos a los ojos, sus pupilas las tenía completamente dilatas, nos besamos con pasión, fue recorriendo mi cuerpo con besos y caricias fuertes y toscas, ninguno de los estábamos pensando, más bien estábamos actuando en relación al deseo sexual que ambos teníamos.

Chupó mi miembro, cosa que hizo que cayera al colchón, al sentirme libidinoso, solo jadeos de placer salían de mi boca, mi cuerpo se retorcía completamente, busqué el cabello de Joonie para evitar que se quitará de ahí, pero él tenía otro objetivo, se separó de mí, me abrió las piernas y me penetró, un pequeño momento se quedó fijo, hasta que empezó su balanceo que poco duro tranquilo, por el contrario, su embiste crecía cada vez más fuerte y más rápido.

Mi pelvis no tocaba la cama, Joonie me tenía tomado de las caderas embistiéndome sin piedad, jamás habíamos sentido esta lujuria, nuestros cuerpos chocaban, sudaban, gemíamos y gozábamos de nuestra sexualidad como nunca, casi no había besos, ni caricias, eso paso a un segundo término, ahora lo que queríamos era desahogarnos, satisfacernos y explotar.

Joonie me hizo suyo boca arriba, boca abajo, de lado, incluso de pie empotrándome en la pared, haciéndome subir y bajar en su miembro, estaba sumamente cansado, me sentía desfallecer, pero él y su Alfa estaban enteros, me bajó a la cama, depositándome suavemente al sentirme cansado, pero eso no lo detuvo para seguir cogiéndome a su antojo, no sé cuántas horas pasamos teniendo sexo, pero Joonie se quedó quieto sobre mí penetrándome, me miró, me besó y se anudó en mí, fue doloroso, sentía que no lo soportaría, pero no dejó de acariciarme, ni besarme hasta que después de varios minutos, dejo ese vaivén, me corrí infinidad de veces, estaba satisfecho como nunca en la vida, poco a poco su nudo se fue desinflamando y por fin pudimos separarnos. Mi Omega estaba literalmente tirado, su Alfa muy cerca de él, Joonie atrajo mi cuerpo para abrazarlo y yo me sentía cansado, cual hoja de árbol que ha caído bajo una fuerte ventisca, pero satisfecho completamente.

Me desperté con la respiración alterada, busqué a Hobi, él estaba checando el suero que tenía puesto.

-Por un lado no quería despertarte, porque tus facciones denotaban alegría y tu cuerpo también. –miré mi entre pierna y estaba erecta, con mucha pena bajé la mirada. –Pero por otro lado tus pulsaciones estaban alertándome, me alegra que hayas despertado por tu cuenta, buenos días Jimin.

-Buenos días Hobi.

-Hoy tu cuerpo amanece mejor, aunque sigues con tus ojeras pronunciadas, sigues pálido y con tus labios muy secos, aun asi te veo un poco mejor, pero debo ser sincero contigo, tu cachorro no está aceptando esta situación y cada vez su pulso es más débil, a este paso ninguno de los dos sobrevivirá, el cachorro necesita de su padre.

-No cuando su padre quiere matarlo.

-Lo entiendo, pero tal vez en estos meses, él ya haya cambiado de opinión.

-Mañana le llamaré, tal vez si su modo de pensar es diferente, pueda permitir que nos vea, pero si no es así... Hobi, yo de verdad agradezco todo lo que has hecho por nosotros, no tengo con qué pagártelo, pero si pierdo a mi cachorro no hay nada por lo que quiera luchar allá afuera... yo prefiero morir con mi cachorro si es que ese es nuestro destino.

-Y a mí no me queda otra opción más que respetar tu voluntad. Mañana nos comunicaremos con él.

-Gracias Hobi. –Me acunó en un bello abrazo desprendiendo su aroma, cada vez necesitaba de su olor, sentía que mi Omega y mi cachorro aceptaban día a día y más y más a Hobi.

PREDESTINADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora