Soledad

Chantaje

—¿Dónde te habías metido?— preguntó la rubia arrastrando las palabras.

Le empezaron a temblar las manos, nunca había sido buena mentirosa, la Yamanaka notó su reacción y sonrió —Anda, necesitas más — le tendió una botella de sake y empezó a reír —Vamos Hinata— al oír aquello el resto de los presentes empezó a gritar —Vamos Hinata, vamos Hinata— la aludida asintió y tomó el contenido de la botella.

Sólo hasta ahora se daba cuenta que sus acciones tenían consecuencias y si Sakura no podía solucionar aquello, estaba pérdida, ella, su matrimonio y su familia. Decidió que no iba a angustiarse y remplazaría la preocupación con la bebida, al menos por esa noche.

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Gaara estaba sentado al borde la cama, Sakura estaba de pie tapando su desnudez con una cobija, lo miraba fijamente esperando que las palabras salieran de su boca. Miró al techo por un instante y suspiro profundo, armándose de valor para solucionar ese desastre.

—No puedes decirle a Naruto — dijo, las manos le temblaban, esos ojos amenazadores le recorrían el cuerpo.

—¿Porqué no debería? — la voz áspera del kazekage le hizo temer.

—Si él se entera...— Sakura nunca pensó en las consecuencias de sus actos —Si él se entera— trató de decir de nuevo —le habré arrebatado lo que más ama— ¿Era el alcohol o acaso la culpa? La que hacían derramarse en lágrimas y por primera vez lamentar sus acciones.

Gaara se puso de pie y la miró con escrutinio. Sakura se atrevió a mirar esos ojos agua marina esperando una respuesta ¿Era este el fin de su amistad con Naruto?

El Kazekage se aclaró la garganta y sonrió de manera sádica una vez que su mirada se topo con los jade. Sin titubear desabrochó sus pantalones y miró retador a Sakura.

La pelirosa no entendía lo que pasaba. El pelirrojo avanzó rápidamente hacia a ella y puso su mano en el cuello de Sakura, su delicada piel estaba siendo lastimada y la respiración comenzaba a faltarle. Gaara se apoderó de sus labios en un beso desesperado y salvaje, con la mano que le quedaba libre se deshizo de la cobija que la cubría y se detuvo a admirar su cuerpo.

Si Sakura quería que guardará silencio, Sakura debería pagar por ese silencio.

La soltó del cuello y ella comenzó a toser, su cuello había quedado rojo. Volvió a sentarse al borde la cama y la miró, de nuevo con esos ojos amenazadores. Sakura comprendía lo que el kazekage pretendía y si eso iba a cerrarle la boca y por tanto le traería tranquilidad a ella y Hinata, lo haría, lo haría sin dudarlo.

Camino hacia él y miró sus ojos agua marina. Tomó sus manos y lo obligó a delinear su cuerpo, se puso de rodillas y bajo sus pantalones y su bóxer, dejando ver su prominente erección. Trago grueso y paso su lengua por sus labios lista para meterse el miembro del gran Kazekage en la boca.

Empezó a lamer desde abajo hasta arriba, hacia tanto que no lo hacía y había olvidado lo bien que se sentía estar con un hombre. Gaara la tomo del cabello y empezó a marcar el ritmo al que quería ser complacido, la saliva escurría de la boca de Sakura y eso solo lograba excitarlo más, los ojos jade veían atentamente sus reacciones.

El pelirrojo la detuvo y lamió la saliva que escurría de su boca, se acercó a su oído y susurro —Siempre quise hacerte mi perra— y después beso sus labios con desesperación.

Ambos se pusieron de pie, detuvo el beso la volteo para besar su espalda y aventó contra la cama bruscamente —Pero esto no termina aquí — la nalgueo con fuerza y abrió sus piernas, beso sus muslos y fue ascendiendo hasta encontrarse con su intimidad.

—Gaara— susurró esperando sentir su lengua entre sus piernas.

Pero el pelirrojo se lo negó sin previo aviso la penetró, un gemido de placer salió de Sakura, una y otra vez el miembro del Kazekage salía de ella y se sentía tan jodidamente bien.

—Más rápido— se atrevió a pedir y su deseo fue concedido, pero de repente Gaara detuvo todo movimiento la jalo hacia él, la beso con desesperación y la hizo ponerse de rodillas.

—Este siempre será el precio a pagar por mi silencio— empezó a masturbarse y derramó su semen en esa bella cara, inocente, pero seductora.