Reyes (Servamp Yaoi)

Dieciocho

—¡Ya las hice!

—Que ruidoso, eres demasiado problemático

Se quejó Kuro sentándose en el sillón mientras se sobaba los ojos

—..Perdón, le daré las galletas a otro

—Oe, esas son mías

Susurró el mayor jalando del brazo a Mahiru dejándolo sentado entremedio de sus piernas, con sus brazos rodeo al castaño y lo abrazó por la cintura, podía oler la dulce fragancia natural de Shirota, ese olor le gustaba, ¿Qué había hecho Mahiru para conquistarlo de tal manera en tan sólo unos días? El castaño podía sentir la respiración del mayor en su cuello, eso lo hacía temblar

—Hueles bien MahiMahi

—K..Kuro, esto es raro

—MahiMahi

—¿Si?

—¿Puedes darme de comer en la boca?

—¡¿Eh?!

El castaño estaba sonrojado a más no poder, su corazón latía rápidamente, las manos le sudaban, no estaba acostumbrado a ese tipo de "confianzas"

—S..si

Kuro se tiró en el sillón y recostó su cabeza en el regazo del castaño. Mahiru con las manos temblorosas acercaba la galleta a la boca del mayor, Kuro tomó con ambas manos la temblorosa mano del chico y le dio un pequeño beso en esta

—¿Por qué estás tan nervioso?

—Am..e..es que yo..etto...

—Esto se volverá algo común en nuestro día a día, dormiremos juntos, comeremos juntos, gobernaremos juntos, incluso tendremos que tener relaciones las veces que sean necesarias para tener un hijo y hacer un sucesor

—E..es que...tienes razón

Kuro sabía que la había cagado, ver la cara triste del castaño

—Aunque..igual podríamos decir que si tuvimos relaciones, pero que no quedaste embarazado

—¿Eh?

—..Tú serás él que se llevaría la peor parte a la hora de hacerlo, no voy a forzarte a tener relaciones

—..¿De verdad?

—Si, no porque vallas a cumplir el papel de "reina" significa que tu opinión importe más, de hecho a la hora de tener relaciones tu opinión sería la más importante

—..Eres muy dulce

Susurró Mahiru con un leve sonrojo en las mejillas, quería la boda, la quería ahora. Suspiro quitándose un peso de encima y acercó la galleta a la boca de su futuro esposo, ya no se encontraba nervioso, solo estaba feliz. Kuro sonrió viendo al castaño y masticó la deliciosa galleta, sin duda Mahiru cocinaba como los dioses