Hola a todos, hace poco me inserte en este universo del conjuro y debo decir que quede encantada con los Warren ficticio, la historia de amor que se cuenta es muy bonita en si misma pero debo decir que los actores que eligieron le dan el toque final. Una pequeña historia pensada desde una escena de la película. Espero que les guste y muchas gracias por leerme.
Llovía torrencialmente, el frio se colaba por cada hendija de la casa y el hecho de que la pequeña Judy se encontrase descalza, vagando por la casa lo hacía notar aún más. La puerta prohibida de sus padres estaba a medio abrir, observo dentro y noto que Anabelle no estaba en su sitio, casi como por arte de magia la habitación oscura comenzó a volverse aún más oscura, sintió un ruido, corrió hacia una de las habitaciones a esconderse. La puerta se azotó bruscamente, al otro lado algún tipo de ente la golpeaba insistentemente, las luces se apagaron, Judy giro sobre si misma y la mecedora que habitualmente estaba vacía, ahora estaba ocupada por la presencia de una mujer y Anabelle. La muñeca se giró a verla y la pequeña corrió hacia la puerta, pidiendo ayuda a gritos.
- ¡Abuela! ¡Abuela! Abre la puerta - gritaba la pequeña mientras golpeaba la puerta con todas sus fuerzas. Su abuela, Georgiana, se encontraba durmiendo en el piso de arriba y salió de sus sueños con los gritos de su nieta. Se levantó y siguió los gritos.
- ¡Abuela! ¡Mamá! - seguía gritando la pequeña, el ultimo llamado hizo un eco irreal que llego al corazón de su madre, que justamente estaba llegando a su hogar acompañada de su esposo, Ed.
- Ed, algo no está bien - comentó Lorraine, su corazón de madre lo presentía. Ed la miró con preocupación e ingresaron a su hogar.
La imagen que encontraron no la hubieran esperado nunca. Georgiana se encontraba golpeando la puerta de una habitación.- ¡Judy abre la puerta! - gritaba su abuela golpeando la puerta.
- ¡Abuela, abuela ayuda! - solo respondía la niña desesperada.
- Mama ¿Qué fue lo que le paso? - grito Lorraine entre lágrimas acercándose a su madre. – ¡Judy!
- Atrás, atrás - dijo Ed y ambas mujeres se hicieron a un lado- Judy, apártate hija, apártate- gritaba Ed intentando derribarla.
- Rápido Ed, por favor- pedía Lorraine en un completo estado de histeria. Nunca había temido a su mundo ni a la oscuridad que los rodeaba hasta que su mundo tocaba a Judy.
- ¡Ayúdame, ayúdame papá! – gritaba aún más fuerte su hija.
- ¡Apártate de la puerta, Judy! - insistía su padre. La silla dejo de mecerse sola y salió disparada hacia la puerta donde se encontraba la niña, Ed consiguió abrir la puerta justo a tiempo de que la silla golpeara a su hija, en un movimiento rápido la tomo en sus brazos y la saco de allí.
- ¡Cuidado! - grito el seguido de un grito de su hija y la dejo en el suelo donde su madre fue a su encuentro
- ¿Estas bien? – pregunto aterrorizada y tanteando a su hija para corroborar que no le había sucedido nada.
- Había una mujer sentada en la silla con Anabelle- relató la pequeña entre lágrimas y totalmente alterada. Si bien sus padres veían este tipo de cosas todo el tiempo, ellos intentaban que la infancia de Judy sea lo más normal posible.
Ed y Lorraine se miraron con preocupación cuando su hija dijo lo de la muñeca, él salió disparado hacia el museo para corroborar lo dicho por Judy.- Anabelle está en su caja - les dijo a su esposa e hija al volver. Judy miro a su madre con total terror en su mirada y lágrimas que no dejaban de caer.
- Aquí estoy, tranquila hija - le repetía Lorraine, una y otra vez a su hija mientras la abrazaba y besaba la parte superior de su cabeza. Ed se acercó y envolvió a ambas en sus brazos de manera protectora. Estuvieron así unos segundos hasta que el clima frio los obligo a separarse, un poco más calmados.
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Ustedes me salvaron - ONESHOT
General FictionNunca habían temido a su mundo ni a la oscuridad que los rodeaba hasta que su mundo tocaba a Judy.