Boy meets evil [VHOPE]

Souvenir de mi amor

Para ser honesta, escribir esta historia, en específico en esta parte, me ha costado mucho esfuerzo por razones personales. Espero que no me odien por no actualizar casi nunca... porque a pesar de ser difícil, aquí estoy intentándolo una vez más porque esta historia tiene un buen final, ojalá algunx se quede hasta el final de ello. Gracias!
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Te dejé el último pedazo que quedó de mí en un papel blanco envuelto en un sobre de correspondencia. Aún después de todo, aún después de romperme, te obsequié un souvenir de mi amor.
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2017.
Escribí esa carta de San Valentín desde mi corazón roto pero aún enternecido, aún confundido. Con mucho miedo, y hasta quizás una pizca de emoción, se la entregué a Taehyung aquella tarde del día de los enamorados en la escuela. Recuerdo que estaba vestido de rojo, lo cual hizo mi corazón punzar fuerte. También tenía un pantalón negro ajustado y los tenis guindos que luce tan bien. Me regaló una sonrisa confundida mientras le entregaba el sobre blanco cerrado. Mi corazón me ardía tanto que quería abrazarlo hasta derretirme en sus brazos y desaparecer. Quise decir tanto pero sólo pude decirle -Feliz día de San Valentín-, cerré mis ojos y asentí para después voltearme e irme.

Me fui sin que me pidiera que me quedara... Como cada vez.

Y los días pasaron y pasaron, y Taehyung no me había comentado nada sobre la carta. No esperaba que volviéramos a intentarlo, ni que tomara mi mano por los pasillos, mucho menos que me esperara afuera del salón después de clase, ni que me besará una vez más en el kiosko, ni que acariciara una vez más mi cabello negro... no esperaba eso. Quizás sólo quería saber si ahora entendía por qué quería estar con él a pesar de que insistía en que no funcionaría, quizás sólo quería que él entendiera todo lo que yo no podía entender. Pero ni una mirada me regresó; supongo que ni siquiera eso me merecía. Tan poco valía para él.

Por un par de semanas mi vida parecía tan gris. Lloraba por horas diariamente y no tenía apetito a ninguna hora del día, prefería dormir que cualquier otra cosa. Encima tener que soportar la vergüenza de que mis padres supieran que su hijo había salido del closet simplemente para que le vieran la cara, para que estrujaran su corazón como una pequeña uva.

Pero ya que nada dura para siempre, tampoco el dolor... así que un día comencé a sentirme mejor, volví a reír un poco más con mis amigos y familia, mis calificaciones mejoraron, me volví representante de una materia y líder del grupo en mi salón de la tarde. Sin darme cuenta había creado un ambiente agradable para mí.

Pero así como el dolor no dura para siempre, tampoco la paz.

A pesar de que Taehyung y yo seguíamos frecuentándonos en el mismo salón de mis clases de la tarde, jamás lo volteaba ver, nunca le dirigía una sola palabra. Sabía que una parte de mí seguía rota, y era por él. Sin embargo, comencé a notarlo cerca de mí en distintos lugares donde no era normal que coincidiéramos, y no quise darle mucha importancia.

Una tarde de regreso a casa mientras caminaba a la estación del metro, noté que caminaba detrás de mi, admito que fue muy extraño pero más estudiantes también caminaban hacia allá, así que sólo seguí mi paso. Quise hacer un poco de tiempo al entrar a una tienda y comprar cualquier chuchería para que él tomara el tren primero y no topármelo en el camino. Tardé alrededor de 10 minutos comprando unas gomitas y comiéndolas afuera de la tienda mientras escuchaba música con mis audífonos. Al revisar mi reloj y notar que ya habían pasado dos metros, decidí bajar al subterráneo más tranquilo. Mi sorpresa fue que al llegar ahí, sólo estaba Taehyung recargado en una pared con un libro de pasta café en sus manos esperando el metro, o a mí. El corazón se me fue a los pies y quise correr de vuelta arriba, mi cuerpo se puso pálido y me faltaba el aire. Kim me miró un par de segundos a lo lejos, simplemente para volver a hundir su rostro en la lectura. No me acerqué y me senté en una de las bancas metálicas, en la más lejana a él. Estando sentado, un gran coraje recorrió mi cabeza y odiaba que Tae me haya esperado, pero ¿qué era lo que quería ahora? ¿Acaso no le había sido suficiente el daño que causó?

Kim Taehyung comenzó a parecer un obsesionado con mi ubicación, no sé si me seguía, pero siempre estaba cerca de donde yo me encontraba, estuviera solo u acompañado. Trataba de ignorarlo, de no pensar en la razón de sus acciones... quería convencerme a mí mismo de que sólo eran coincidencias, hasta que un día se desmintieron todas las teorías que había creado en mi cabeza.

El día que Kim tuvo un poco de valor fue más o menos así: Después de terminar la actividad de la clase de Psicología salí al baño. Al terminar de orinar y lavarme las manos, abrí la puerta del cuarto de baño y Taehyung estaba parado a lado del bebedero. Lo noté e ignoré, como cada vez. Le di la espalda y escuché su voz llamarme -Hobi...-. Me estremecí de pies a cabeza y mi estómago se hizo un nudo. Era la primera vez en dos meses que mi nombre había salido de su boca.

Apreté mis dientes y tomé un respiro, me giré y respondí en seco -¿Sí?- sin expresiones, sin idea de lo que estaba pasando y cómo debía manejarlo.

-¿Podemos hablar?- dijo Tae bastante temeroso -He estado intentando hablar contigo todo este tiempo y no sabía cómo hacerlo- En todo el tiempo que llevábamos conociéndonos, mucho o poco, jamás había visto a Taehyung tan inseguro y débil. Yo sólo lo miraba con miedo o lástima, o ambos, no estoy seguro. -Por favor...- insistió un poco más.

-De acuerdo, te escucho- le dije serio. Taehyung sonrió de lado y me tomó del brazo para guiarme al borde del balcón. Me jaloneé para soltarme y le exigí molesto -Sin contacto físico, sólo te escucharé-

-¿Estás enojado conmigo?- me miró desde su altura mayor a la mía, con una voz de niño regañado, con una voz arrepentida, confundida, asustada.

-Sí- respondí de manera fría.

-¿Por qué? ¿Es por eso que no me volteas a ver cuando camino a lado de ti en los pasillos, es por eso que cuando te saludo me quitas la mirada de encima? Antes no eras así, Hobi- acarició un mechón de mi cabello de manera tierna y con una sonrisa linda en su rostro. Puedo asegurar que nadie nunca me había estudiado tanto como él lo había hecho, tanto que sabía cuáles eran mis debilidades, y él lo era... antes. Antes de que me partiera en dos, antes de que me diera el jarabe amargo de la realidad por medio de sus besos.

Aquel día, el único vulnerable era él, no yo...

-Déjame pensar- tomé una postura recta y me alejé de él medio metro más, mi tono de voz se volvió sarcástico -¿será porque jugaste con mis sentimientos? ¿O será porque todo este tiempo quisiste cambiar la persona que soy? ¿Este nuevo Hoseok no te gusta? ¿No era lo que tú querías, Kim? ¿No era yo un tonto ingenuo? Ya no lo soy...-. Sentí tanta paz, tanta tranquilidad finalmente. Kim Taehyung parecía tan diminuto ahora, frente a mí y por mí.

-Jamás quise que esto terminara así, Hobi... Esperaba que saliera bien.- dijo Taehyung con una voz quebrada y cabizbajo -Después de leer la carta que me diste, después de entender todo lo que eres, todo el daño que te hice... he intentado tanto tener las palabras correctas y hacer las cosas bien. De verdad lo siento...- tragó duro.

-Yo también lo intenté mucho por ti, y no te importó...- le contesté mirándolo a los ojos, mirándolo como jamás había podido. -Quizás creaste expectativas en tu cabeza que no se cumplieron... quizás por eso te sientes mal ahora. Quizás sólo hay cosas que no funcionan y ya.- me crucé de brazos sabiendo que había clavado una daga en su pecho, como él hizo conmigo aquél día de febrero.

Me miró asombrado por un segundo, tragándose una cucharada de su propio chocolate, para después poner una media sonrisa y reír arrogantemente -No eres mejor que yo por esto, Hoseok, al contrario deseas ser como yo-

Mi rostro molesto cambio a una sonrisa sincera y le aclaré -Tú y yo no somos iguales, sólo deseaba que sintieras algo de empatía pero para ser honesto, lo siento por ti, tú decidiste aferrarte a tu arrogancia. Y aunque no lo creas, yo te perdono por todo, pero eso no significa que quiera estar cerca de ti-

Lo maravilloso  de los souvenirs es que guardan la belleza de un lugar donde fuiste feliz y al que, probablemente, no volverás... o sí.