❄️¡No Soy Un Príncipe! ❄️(Jack Frost X Reader )

Prólogo: D E S E O

Podía sentir mis botas hundirse en la nieve, al soltar un suspiro el aire salió de mi boca con una pequeña nube, nunca fui muy fan del invierno, yo era más una chica de verano y calor debido a que soy sumamente friolenta, pero mis padres siempre habían dicho que yo era fría de cierta manera, lo cual, era verdad, pero no era para menos, me estaba preparando para ser reina al final de cuentas, era de los pocos países que se reinaban por una monarquía y el país era bien llevado claro que era tarea difícil, era triste ver a mis padres en un estado de cansancio peor yo era la primera en el linaje real y luego mis hermanos, me había tocado ser la hermana mayor ente 8 varones.

Acomodo levemente la chaqueta mientras anhelaba el cielo nocturno y como la nieve caía como pequeñas estrellas, si había algo que me gustaba mucho del invierno más que el verano es que era rebelde pero a la vez elegante, el invierno era difícil de entender pero era tan elegante los copos que llovian parecía que bailaban a su propio ritmo y la nieve se acumulaba y se hacía en pequeños montículos, el hielo creaba paisajes divinos al mezclarse con la luz del amanecer, el Invierno era Hermoso, pero siempre preferiría el verano.

Después de un tiempo afuera en el frío decidí entrar al sentir como mi cuerpo se helaba aún con las ropas puestas pues lo último que quería era atrapar un resfriado.

Con tranquilidad me dirigí a una sala familiar en la cual estaba uno de mis hermanos Jorge, se había quedado dormido con un libro en mano, Jorge era de los más chicos con tan solo 9 años y no me sorprendía que se durmiera, era admirable y noble, era un niño que le gustaba superarse y le encantaba leer libros que estuvieran más allá de su conocimiento actual, razón por las cuales solía quedarse dormido en los sofás, delicadamente recogí el libro de trigonométria de sus pequeñas manos, lo despeine un poco y deje el libro en la mesa de centro, la chimenea estaba encendida así que acomode mi largo vestido, la chimenea dejaba luz en el lugar el la temperatura de mi cuerpo poco a poco se elevaba gracias a esta, el sueño no tardó en llegar a mi de forma cautelosa y con el sueño en mi rostro me levante de la silla, me acomode y emprendí camino a mi habitación.

Nunca había sido muy fan de usar vestidos muy largos y esponjosos, pero mi madre lo era, así que logre hacer un pacto con mis padres, un pacto por ambas partes la cual no afectaría mi imagen pública pero yo podría vestirme de forma cómoda sin que me dijesen lo contrario.

Con tranquilidad abrí la puerta de mi habitación para encontrarme a mi madre mirando por mi ventana, podía escuchar un leve lamento por su parte, me acerque a ella y de forma delicada puse mis manos en su espalda al parecer no se había dado cuenta de que yo había entrado a la habitación pues se asustó y giro rápidamente al ver mi presencia la cual solo hizo que rompiera en llantos.

-¿Madre que ocurre?-dije yo mientras la sostenía de los brazos para que no cayera mientras ella poco a poco perdía la fuerza en sus piernas que la mantenian de pie.

-Perdoname cariño, perdónanos-dijo mi madre sin previo aviso abrazándome con fuerza, estaba confundida no entendía que sucedía ¿perdonarlos? ¿Por qué?, mientras mi madre lloraba en mi hombro me limitaba a darme abrazos o confortarls de cierta manera, esto me tomo por sorpresa, mi madre no era una mujer que pudiera ser muy fuerte emocionalmente pero frente a nosotros ponía esfuerzo en verse fuerte, era una buena madre y verla así frente a mi hizo que me diera miedo, pocas veces la habíamos visto llorar frente a nosotros.

-¿Qué sucede?-dije yo apartandols delicadamente y tomando sus manos mientras las lágrimas recorrían su fino rostro desde sus ojos hasta plantarse en el piso con velocidad.

-Has sido escogida mi cielo-dijo mi madre mientras ponía su mano en mi mejilla, me miró a los ojos de una forma tan triste que fue cuando mi cerebro repitió aquella oración sabiendo que significaba, el color no tardó en irse de mi rostro junto con el calor de mi cuerpo y al igual que mi madre las lágrimas rápidamente comenzaron a rodar por mi rostro solo que yo tenía dudas.

-¿Porque? ¡Hay más princesas! ¿Qué no?-dije un poco desesperada, era uns chica joven con el futuro título de reina, siempre hice todo, nunca falte a ninguna clase o llegue tarde, siempre estudiaba, era educada, nunca desobedeci o falte el respeto a mis padres, ni siquiera recuerdo haberles levantado la voz hasta bueno... Ahora, incluso había sido una buena hermana mayor y buen ejemplo para el pueblo y de la nada mi futuro es lanzado al vacío.

Estuve horas discutiendo en la oficina de mis padres sobre cómo está práctica arcaica debía terminar, estaba frustrada, deseaba que esa estúpida cosa, persona o lo que fuese que sea hubiera escogido incluso a aquella ridícula princesa, yo tenía un futuro brillante de eso estaba segura.

Mis padres y yo teníamos la misma opinión, aquella práctica era estúpida, arcaica e infantil, pero no había nada que pudiésemos hacer para evitar mi partida, era aterrador, a pesar de que miles de princesas hayan estado ahí, era triste, cada princesa que iba a ese lugar, era borrada de la existencia, miles de princesas borradas de la historia como si fueran nada, sin comunicarse con el mundo, con sus familiares para no ser vueltas a escuchar nunca, la idea de simplemente estar en el mismo lugar que chicas de varías edades aterradas y en soledad me petrificaba, si lo pienso bien, quizás no era mi futuro lo que me preocupaba, si no más bien, mi vida, no quería morir en ese lugar, era feo, asqueroso, seguramente olía mal, me aterra a morir en el palacio como para ir a morir en una torre que en cualquier momento podría derrumbarse como si fuese un Jenga pero ya nada importaba y pronto la fecha de mi partida llego.

Deseaba con tantas ansias que todo fuese un sueño, deseaba, rezaba, pedía un milagro de que fuese una broma, un error algo pero mis deseos no se cumplieron.

rápidamente desaparecí de los ojos de la historia.

Pero es la fecha en la cual, empezó mi camino para llegar a ser vista por los ojos de la magia