Fated To Love You [Chanbaek] Omegaverse

Capítulo 1: Todo cambió cuando te vi.

Chanyeol había estado recibiendo información relacionada con los recientes casos de asesinatos y secuestro de cambiaformas. Las pistas que habían reunido Seungcheol y Jihoon señalaban a una manada en cuestión, dirigida por Lee Youngjae, un fuerte enemigo de la paz que él y sus amigos, miembros del Concejo habían traído a Seúl.

El Alfa líder estaba cansado de todo el alboroto y las desgracias que los Lee estaban causando en su manada y sus aliados, ya no soportaría un día más sentado detrás de su escritorio esperando la confirmación por parte de Kyungsoo. Chanyeol era juicioso, se tomaba las cosas con calma, pensaba bien antes de tomar decisiones arriesgadas, esa actitud lo había convertido en el Alfa respetado y querido que era hoy. Sin embargo, no consideró las consecuencias que traería consigo la misión que se había impuesto esa noche, y al amanecer del  siguiente día había marchado rumbo a la frontera dónde se habían encontrado a las últimas víctimas del ataque, dónde se escondía la manada Lee. 

El objetivo de la misión era claro: primeramente analizar el terreno, acercarse sigilosamente al enemigo, espiarle y obtener la prueba que le permitiría acabar con ellos, por último lanzaría un aullido que sería escuchado por sus amigos y se lanzaría a la cacería de los que lastimaron a su gente.

Notó que había entrado en el territorio de los Lee cuando escuchó los aullidos de alerta de varios lobos a solo unos metros de él. Sí, le habían tendido una trampa y había caído como un tonto. Se volteó y comenzó a correr en dirección contraria a la docena de lobos grises que le perseguían. Algo le había quedado claro al pelirrojo, había un espía entre su gente.

Chanyeol era rápido y fuerte, se había enfrentado a varios de sus enemigos y había perdido a otros en la carrera, sin embargo no contaba con que estos estuvieran armados. Un sonido le hizo mirar a su izquierda, un hombre vestido de negro apuntaba una escopeta hacia él, la bala ya iba en su dirección por lo que no pudo evitar el impacto y cayó al suelo. Para un Alfa tan fuerte como él, era fácil sacarse la bala con las garras y continuar corriendo, lo había hecho varias veces, pero algo había cambiado, y esto era que la bala incrustada en su pata delantera tenía ciertas propiedades químicas que le hicieron alucinar e incluso perder la consciencia con rapidez. No pudo alertar a sus amigos de su posición, la buena noticia era que sus captores no sabían con quién se estaban metiendo.

[...]

El pelinegro maldijo una vez más al ver a los perros idiotas fuera de la celda, sonriendo mientras apreciaban su cuerpo desnudo, silbando y diciendo palabras obscenas. El horrible olor a excitación llegó hasta él y sintió asco de ellos y de sí mismo, recuerdos de cómo le torturaron y violaron, alegando que era un monstruo llegaron a su mente, y terminó vomitando. Eso solo atrajo más la atención de los hombres que comenzaron a carcajearse al verle tan deplorable y no dudaron en acercarse a los barrotes y golpearlos con largos tubos de hierro que alguna vez dejaron marcas en todo su cuerpo.

El chico se alejó de ellos, arrastrándose hasta la pared del fondo, pegándose a esta y encogiéndose lo más que pudo, tratando de protegerse de la maldad que reinaba en el lugar, de aquellos que le llamaban monstruo cuando ellos eran bestias salvajes y crueles. Al principio les temía, pero con el tiempo ese miedo se convirtió en odio, y juró matarlos a todos, si alguna vez lograba escapar.

Tenía su cabeza apoyada sobre sus rodillas mientras sus brazos le abrazaban, lágrimas se deslizaban por sus ojos y él no lo había notado porque no podía sentirlas, no sentía nada. La puerta de la celda fue abierta y ni siquiera hizo el intento de mirar lo que pasaba, no se movió de su lugar. Si esos perros habían regresado por más diversión ya sería tirado al suelo con brusquedad y penetrado hasta la inconsciencia, si querían golpearlo terminaría igual. Sin embargo nada de eso sucedió, la puerta de metal se volvió a cerrar y el silencio reinó por primera vez en mucho tiempo.