Romance adolescente.

Lo inevitable.

Al acabar con la munición, Leonardo se puso en blanco, como pudo se escondió y empezaron a disparar los motorizados.

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Verónica noto una luz de coche acercarse a ellos rápidamente, alertó a Juan... Pero era demasiado tarde, lo inevitable sucedió, el coche quedó arrumado en un costado de la carretera y el camión volcó.

Del golpeado camión, se vieron tres encapuchados salir rápidamente del camión y se dieron a la fuga, los motorizados no dudaron en seguirlos y empezaron a disparar.

Javier saco su arma, como pudo apunto y disparó a los motorizados, uno de ellos lo vio y le dio un tiro certero a la cabeza. Al ver la escena, los encapuchados y los motorizados empezaron a disparar, la moto se desplomó y atropello a dos de los encapuchados, mientras el otro cayó al suelo por el impacto de una bala.

-¡Mierda, mierda! Esto no puede estar pasando-. Dijo Andrés corriendo hacia la escena, junto a él, el guardia de seguridad... Él no sospechaba de Andrés, pues no lo había visto en la zona al momento del Robo.

El guardia de dirigió al coche chocado, mientras Andrés fue a quitar la capucha a los Sujetos tirados. Se fijó en Leonardo, al verlo herido, con una bala en el pecho y lágrimas caer con fuerza de su rostro, no demoró en abrazarlo y levantarle la cabeza.
-A..a..amigo, me duele mucho. Quítame el dolor, haz devolver el tiempo cuando éramos niños, cuando todo era risa y diversión... Quiero ver a tus hermanos crecer, quiero casarme, tener hijos... ¡Quítame el dolor, hermano!-. Al escucharlo, Andrés rompió en llanto y recuerdos de su infancia con Leonardo aparecieron de repente, las caídas en bicicleta, las travesuras en el colegio, las veces que se apoyaron mutuamente cuando se necesitaba. Andrés abrazo a Leonardo fuertemente, le levantó la cabeza y posó su frente con la de el amigo. Finalmente, Leonardo cerro sus ojos, Andrés grito y no podía contener el llanto.

Andrés se dirigió a la posición del vigilante, estaba intentando abrir la puerta del coche.
-¡Hay dos dentro, ayúdeme a sacarlos joven!, ¡El coche va prender en llamas pronto!-. Andrés corrió rápidamente hacia él y empezaron a forcejear la puerta del copiloto, hasta que finalmente se abrió. Dentro se encontraba Verónica y su nuevo amigo, Juan. A pesar de los golpes, la chica no se veía tan grave. Rápidamente sacaron a Juan, lo acomodaron en el suelo y el coche empezó a prenderse en llamas.