Me encontraba sentada en el banco de la oficina esperando la siguiente tanda de pedidos que realizaban los empleados para nosotros los de entregas. Daly, mi mejor amigo y compañero, estaba sentado a un lado mío, hoy era uno de esos días en que la entregas no eran muchas pero si contenían gran carga. El se encontraba mensajeando, sentado en el suelo y recargado sobre el escritorio.
Entraron Arlen y Doug, mis chicos alegres y de carisma abrumadora, cargando nuestras entregas. Daly se paró del suelo y reviso que fueran correctas en el computador mientras yo revisaba que todo lo encargado se encontrara en ellas.
-Hey, _____, te cambio de entrega- mencionó mientras corría cerca de mi.
-¿Por?- cuestione, mientras tomaba las llaves de los autos y los abría para que metieran las cosas a éstos.
-La dirección que te toca es de mi novia, y son varias cosas tipo cena romántica, me había comentado que hoy no podría verme, pero es nuestro aniversario, y después de esto, creo que ya se cual es mi regalo.- mencionó con una sonrisa coqueta- Además, ya son las dos últimas entregas del día, ¿Qué dices?
-Vale, como gustes- mencioné entregándole las llaves del auto que se llevaría y montandome al mío.- Nos vemos mañana, Arlen y Doug traerán unas películas en la noche, por si vuelves.
Me regaló una sonrisa y se fue, me despedí de mis chicos, aunque los vería en el departamento y subí al auto. Ingresé la dirección de la casa a la cual se haría entrega, una casa a las afueras de Madrid, en un complejo muy grande, cerrado y privilegiado por la alta seguridad que este contenía. Tomé la tabla en la cual se indicaban los datos de la persona solicitante, más un número por si esta no se encontraba, aunque mencionaba que siempre había gente en la casa, por lo que comparando ambos números se podría realizar la entrega, arranqué el auto y me fui. Pasado un rato y acercándome al complejo fui bajando la velocidad mientras me dirigía a donde el guardia me observaba con una ceja levantada y una mirada sombría.
-¿Quién y para que?- preguntó mientras se acercaba al automóvil.
-Vengo de JoJo's super, por una entrega.- comenté mientras le enseñaba la tarjeta de presentación de la tienda.
-¿Número?- preguntó entregándome la tarjeta mientras se alejaba hacia el comunicador.
-777- mencioné leyendo la tabla de contenido del cliente. Presionó el número y tomó el teléfono.-Hola señor, le llegó una entrega de JoJo's super, ¿La dejo pasar?- espero respuesta. -Está bien, buena tarde.- Colgó, me miró y presionó el botón que dejo que la puerta se abriera delante de mí.
-Avanza todo derecho y en la séptima calle, gira a la derecha.- asentí y puse en marcha el auto, siguiendo sus indicaciones llegué a una casa grande y muy agradable. El paisaje alrededor de las casas a la redonda, que no eran muchas siendo un complejo enorme, estaban rodeadas de arboles y arbustos, dando mas énfasis en que nos encontrábamos muy lejos del centro de la ciudad.
Me estacioné, retiré mis lentes que me estaban apretando la nariz, lo puse a un lado de mí y tomé la tabla donde debía firmar el cliente y bajé, acomodé mi camisa que se había arrugadó con el cinturón y cerré la puerta. Me acerqué a la entrada y toqué el timbre. Después de un par de minutos en que revisaba que todo estuviera en orden la puerta se abrió.
- Disculpe el señor Gunder... Gonder... Gundersen?- trate de leer pero sin mis lentes y con la letra tan pequeña no alcanzaba a entender gran cosa. - Perdone, olvide traer mi lentes y no logro entender muy bien... pero si...
No termine de decir cuando una risa algo pesada me interrumpió. -Vaya tía, no te preocupes, al final lo leíste bien.- Levanté la vista y un joven, si es lo que lograba distinguir estaba parado frente a mi, entrecerré los ojos para poder distinguirlo y al parecer lo incomodé. - Si, soy yo, Ru..
- Perdóname, no logro distinguir tu rostro bien, ¿me disculpas si voy al auto por mis lentes? no se por que los dejé si ya se que siempre pasa esto- dije mientras me dirigía al auto pero una mano tomó mi muñeca.
- No no, por favor, déjalo así, soy yo y llegaste a la dirección correcta, ¿ocupas que firme algo?- pregunto soltándome y haciendo un ademán, como rascándose la nuca que no logré distinguir muy bien.
- Si, esto. - Le dije, tendiéndole la tabla y riendo un poco - Eres la segunda persona, en todo el tiempo que llevo entregando que me pide eso, el otro era un chavo que recogía siempre los pedidos de su madre y le daba pena por que sufría de acné, respete su decisión y desde entonces siempre piden que yo sea quien entregue.
-Nunca pensé que mi falta de una visión perfecta fuera un beneficio para este trabajo- Continué - Si tienes algún problema con tu apariencia o algo similar también podría traerte las cosas siempre que lo ocupes, no pierdo nada y tu evitas incomodidad, siempre hay que ser amables en este tipo de cosas. Ayudarnos unos a otros.
-Bueno- Titubeó y acercó la tabla a una de mis manos para que la tomara- Eso estaría muy bien si solo te quedas con ese apellido, de hecho preferiría confirmar todo con algún numero.
-Elige el que quieras, siempre que venga preguntare en base a él- Sonreí mientras me dirigía al automóvil y lo abría, mientras él recogía las cosas.
-13, si no es mucha molestia- comentó cerrando la puerta por mi - También, si no es mucha molestia, podrías dejarme el número de tu trabajo para poder solicitar el servicio.
-Claro, no hay problema, es 90, solo pregunta por _______, y estaré aquí cuando lo necesites.- Dije, dirigiéndome hacia la puerta de mi automóvil y abriéndola.
- Claro, gracias, conduce con cuidado ______ - dijo, alejándose de mi con sus bolsas en mano.
Tomé mis lentes y volteé otra vez hacia la puerta viendo una sudadera de cuadros de colores lejos de mi y un cabello café rubio.
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La chica del Jojo's super (Rubius y tu)
FanfictionMientras las dudas y la presión consumían a un joven, una chica que desconocía la soledad se abría paso cada vez mas en su corazón.