Edad [; ᴄᴏʀᴛᴏꜱ ᴄʀᴇᴇᴋ]

Creek y San Valentín

14 años.

Llegó San Valentín, el no tan esperado San Valentín para Craig Tucker. Pensó durante dos días enteros qué darle a Tweek, descartando chocolates caseros.

¡que marica sería cocinar para otro hombre! Pero se estaba quedando sin tiempo y era pésimo para improvisar.

Clyde presumía lo que suponía que Bebe le daría y Token sonreía mirando la pulsera de pareja que había comprado para Nicol.

— ¿qué con esa cara, dude?— pregunta Clyde.

Craig gruño, ignorandolo.

— no tiene un regalo para Tweek—  contesta Token, sin levantar la vista de su videojuego.

— ¡oh viejo!¿en serio?— pregunta Kyle—  ¿ya se acerca San Valentín y tú no tienes nada para Tweek?

— se me hace que pronto veremos a un Fucker botado—  bromea Eric.

Craig en respuesta mostró su dedo corazón.

— mmmph mmmph— interviene Kenny.

— carajo pobre, habla bien.

— puta madre, uno quiere mantener su personaje— se quita la capucha—  ¿qué le gusta a Tweek, Craig?

Craig lo pensó. Pensó y pensó, con la atenta mirada de todos los adolescentes de la mesa.

— Red Racer— contesta.

— eso te gusta a ti— dice Token obvio.

— lo vemos juntos.

— eso no significa que le guste— refuto el afroamericano.

Craig gruño e intentó recordar las cosas que dice Tweek.

— las conspiraciones— contesta, recordando sus constantes ataques de paranoia.

— eso lo aterra— dice Clyde— ¡Vamos viejo! Llevan juntos cinco años ¿cómo es posible qué no sepas qué le gusta?

Se encogió de hombros.

— como siempre, tendré que salvar tu culo gay— suelta Cartman, dejando un casete sobre la mesa— mira eso y tendrás el mejor San Valentín de toda tu virgen vida.

Craig lo tomó, leyó el título "Sexo gay, secretos y posiciones" y lo arrojó directo al rostro de Eric.

— ¡joder, estúpido marica!— suelta, frotando la zona afectada.

Los hombres de la mesa rieron mientras Craig se ponía en pie con su bandeja en las manos. Se retiró, sin decir nada.

Con las manos en los bolsillos recorrió los pasillos de la secundaria. Presionó a su cerebro para recordar por lo menos un hobby del rubio, sin éxito.

¿cómo es posible? Llevaban dos años saliendo falsamente y otros dos de manera oficial ¿y no sabía nada de Tweek? En verdad era un mal novio. Aquel lindo rubio le había regalado un telescopio en su cumpleaños 13 y una cobaya en su anterior San Valentín, mientras que Craig sólo atinaba a regalarle tazas con diseños ridículos.

Una nueva sensación lo abrumó; no se sentía suficiente, no merecía a alguien como Tweek.

Craig estaba aterrado, nunca antes se había menospreciado sinceramente porque no le importaba si su actitud no era buena, sin embargo esa opresión en su pecho se encargaba de recordarle lo hijo de puta que había sido siempre.

Craig se saltó las demás clases, sin ánimos de ver a Tweek, por temor a que esa nueva sensación lo consumiera.

Vago por las calles de South Park con su mochila en la espalda, mirando los escaparates con lindos y trillados regalos.

"no son lo suficiente para él" pensó mientras miraba los artículos con molestia.

Entró por la ventana de su habitación, sin hacer ruido pues no quería que su madre lo molestará. Se echó en su cama sin ánimos de nada.

— Tweek— murmuró derrotado—  es rubio,tiene ojos azules, su piel es blanca y suele arañarla en sus ataques de pánico, por eso sus brazos están llenos de banditas de colores que lo hacen ver más lindo. Es amable y rudo, parece alguien débil, pero es capaz de patearte el culo. Aunque no lo parezca le gusta hablar, de cualquier tema. Tiene pequeños tics y suelta gritos muy graciosos, su voz es aguda como la de una niña y eso le molesta. Bebe demasiado café, lo altera, pero le gusta mucho. Ayuda en la cafetería de sus padres, es bueno atendiendo a los clientes a pesar de su pánico por casi todo. Cree que el gobierno nos observa, por eso siempre cuida de que no hagamos nada en público, dice que los gnomos roban su ropa interior, lo que no sabe es que es solo su madre quien se la lleva para lavarla. Es adorable cuando hace pucheros. Le gusta tomar mi mano, cuando dormimos juntos se pega a mi por temor a caer y ser abducido, cuando nos besamos sabe mantener la respiración ¡es tan adorable! Sabe cocinar, siempre prepara el pastel en mis cumpleaños. Es la madre de Stripe aunque no lo sepa. Es malditamente perfecto.

Después de ese corto soliloquio sobre Tweek, las mejllas de Craig se pusieron coloradas y cubrió su rostro como si su amor por Tweek se le fuera a desbordar por los poros.

Su celular vibró en su bolsillo, distrayendolo de su vergüenza. Contestó.

— Craig ¿dónde haz estado? ¡te estuve marcando toda la tarde, estúpido!— le regaño su pareja.

— perdón cariño, no me sentía muy bien.

— uy sí, no te creo nada Fucker ¡ahora mismo voy a tu casa para qué me expliques que mierda te pasa!

— no es nada Tweek... bueno, en verdad pensaba en que...

— ¿qué?

— eres alguien muy genial ¿Qué haces con un idiota como yo que no es capaz si quiera de  darte un regalo de San Valentín?

Tweek se mantuvo en silencio, después cortó la llamada. Craig suspiró, recostado en su cama, miro las estrellas brillantes que le había regalado Tweek y que juntos pegaron en el cielo raso de ambas habitaciones.

¡vaya que Tweek era un jodido ángel bello!

Sonrío avergonzado ante tal comparación. Escuchó ruidos fuera de su ventana, ni se molestó en ponerse de pie cuando el rubio entró.

— ¡Craig!— le llamó junto con algunos gritos agudos.

— ¿si?— preguntó, sin levantar el cuerpo de la cama.

Tweek no lo pensó mucho y se abalanzó hacia Craig envolviendolo en un fuerte y torpe abrazo.

— ¡te-te a-amo!— tartamudeo, el corazón de Craig palpitó desenfrenado— ¡te a-amo, por eso estoy con un idiota como tú que no es capaz de darme un regalo de San Valentín!

Una risa estruendosa salió de Craig, mientras intentaba acomodar a Tweek sobre él.

— te amo tanto, cariño— susurra para después besarlo.