Creek y las discusiones.

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...

Despertó por la insistencia melodía en su celular. 

—  ¿bueno?—  contestó, adormilado. 

—  ¿¡Craig!? ¿dónde mierda estás?—  exclama enojado Cartman al otro lado de la línea— ¡estamos luchando contra ese hijo de...! ¡mierda Tweek cállate!

—  ¿Tweek? ¿Tweek está jugando?—  pregunta al incorporarse en la cama.

— ¡controla a tu perra Craig, está arruinandonos el juego!

Cartman cortó, Craig lo pensó durante unos instantes. Tweek estaba teniendo una crisis nerviosa, podría hacerse daño y sus padres aún no llegaban del café. Estaba solo, debía sin sentirse muy solo ahora. 

—  como si me importará—  murmuró, intentando convencerse.

Se echó sobre la cama, encogiendose. Recordó las primeras crisis de Tweek, cuando comenzaron a ser pareja, era muy difícil calmarlo, sin embargo había aprendido a hacerlo y ahora le resultaba más fácil. Era el único que podía hacerlo a parte de sus padres.

El único que sabía que se hacía daño en un vano intento por calmarse.

De un salto dejó la cama y corrió escaleras abajo, sin dar explicaciones salió de la casa, Laura se cruzó e brazos esbozando un sonrisa.

Encendió el auto y condujo sin respetar las señales de tránsito hasta la casa Tweak.

Se tomó un par de minutos para entrar, desde la planta baja se oían los gritos de Tweek, rápidamente subió las escaleras y entró sin tocar a la habitación de su pareja.

Tweek lo miró con sorpresa, como si no esperará verlo ahí, como si hubiera pensado que nunca más lo vería.

—  Tweek...—  susurró al dar lentos pasos, como si de un tímido y desconfiado cachorro se tratara.

—  Craig...- soltó sus cabellos y agachó la mirada—  lo... lo siento.

Craig no lo entendía era la disculpa que tanto había esperado, mas no le satisfacía, de hecho, lo hacía sentir peor. Miró la laptop, seguramente los metiches de sus amigos estaban escuchandolos.

Desconectó el audio y pausó la partida. Sin embargo, se mantuvo dando la espalda a Tweek, sin saber cómo actuar.

—  Craig... lo lamento en verdad, te mentí porque tenía miedo de que te enojaras conmigo— arañaba su antebrazo con insistencia mientras hablaba— estos días sin ti fueron lo peor, te-te extrañé tanto que me asustaba decirtelo, yo... lo lamento tanto Craig... por favor no terminemos
— para ese momento Tweek se encontraba llorando.

El azabache se sentía peor, por causarle tanto estrés y tristeza a Tweek, siendo altamente consciente de sus problemas. Claro que ya no quería aquella disculpa.

Craig volteó, con rapidez detuvo la mano de Tweek, aprisionandola contra la suya.

— no te hagas daño—  susurró, mirándolo a los ojos, intentando encontrar la respuesta indicada en esos grandes mares—  también... lo lamento. 

—  ¡pe-pero fue mi culpa! Mi culpa, yo te mentí, era muy importante para ti y yo... ¡lo lamento! ¡gah! ¡es mucha presión!

Craig soltó la mano de Tweek, se acercó al armario y tomó el botiquín. Se sentó frente a él y empezó a curar sus antebrazos.

— en verdad es tu culpa—  comentó Craig al colocar las banditas de colores— pero también es mía, yo... lo lamento...— suspiró, terminando de curar sus antebrazos— esta semana fue horrible, te perdono... cariño.

Tweek sonrió, sintiéndose tranquilo. La habitación quedó en un cómodo silencio, al fin, el peso sobre sus hombros se fue aligerando de a poco.

—  Craig.

— ¿si?

— ¿puedo besarte?

Craig sonrió a medias y asintió con la cabeza. El contacto de sus labio duró pocos segundos, pues el celular de Craig empezó a sonar.

— mierda ¿quién puede ser?—  maldijo, contestando la llamada, sin apartar mucho su rostro del de Tweek— ¿qué? 

—  ¡Craig! ¿están cogiendo o qué, par de maricas? ¡estamos perdiendo! Oh mierda...

Craig lo miró, Tweek le sonrió y le besó nuevamente. 

— ¡Craig! ¡maldito marica! ¡contesta!

Tweek le lanzó los brazos al cuello, alargando el beso y sonriendo en medio de este.

— ¡Craig, dejen de coger y vengan a jugar ahora mismo! 

El de chullo se posicionó sobre él, sin dejar de besarle juguetonamente.

—  ¡mierda, estamos perdiendo! ¡jodete Craig, jodete Tweek!— cortó. 

La joven pareja compartió miradas de complicidad y se echaron a reír. Craig se recosto al lado de Tweek, entrelazando sus piernas.

—  ¿está bien esto?—  preguntó Tweek.

—  claro, quedemos así un rato más.

Edad [; ᴄᴏʀᴛᴏꜱ ᴄʀᴇᴇᴋ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora