Odio por amor

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Más de dos mil años de convivencia "civilizada" y, aun así, nos seguimos enfrentando. Con todas las herramientas que tenemos; todo el conocimiento a disposición; todas las lecciones de la historia, y todavía pensamos que peleando se resuelven los conflictos...

¿Resulta absurdo o no?

Dejemos las ideologías, intereses, religiones y cuántos otros temas más existan, ¿cómo es posible que sigamos en feudos sin razón?

Resulta casi absurdo que si tenemos la dicha del lenguaje, no lo podamos utilizar. Si, habrán momentos en la que barrera es más grande, pero de igual forma se puede encontrar una manera de comunicar la posición.

Ahí se encuentra la clave: no es convencer, sino comunicar. Primero debemos entender el punto de los demás para poder argumentar elocuentemente. Dejando los sentimientos de lado y abriendo espacio a la racionalidad de la comunicación, se logra entender.

He aquí otro factor clave: escuchar para entender y no para contestar. Muchos solo prestamos atención para inmediatamente argumentar en contra; no damos espacio para el entendimiento y reflexión sobre el comentario expresado.

En un momento de oscuridad mental, los sentimientos serán el combustible que queme rápido y efectivo, sin embargo, el pensamiento será el combustible que queme estable y eficiente. 

Pensando en JulioWhere stories live. Discover now