El Abogado del Diablo.|| {l.s.}

II.

Pasaron los días para llegar al día del juicio, nada del otro mundo, era seguro que iban a ganar.

-Harry.- Llamó Lucifer.

-Dígame, Señor.- Dijo mientras ordenaba unos documentos.

-¿Cómo va tu vida amorosa?- Dijo viéndolo a los ojos en busca de una respuesta.

-No muy bien, Señor. No he tenido tiempo para ese tipo de cosas.- Dijo nervioso.

-¿No has tenido tiempo para eso?-Dijo extrañado.

-Pues, no. No lo he tenido, y la verdad que no me importa mucho.-Dijo algo serio.

-Jamás había oído a un hombre de tu edad decir eso.-Dice en tono burlón.

-Señor, tengo apenas 25 años, no tengo por qué preocuparme de eso por ahora.- Dijo en un tono bastante serio.

-Si, te entiendo, te entiendo. Pero, no dudes que en cualquier momento te encuentres una mujer hermosa, con buenas curvas, cara de un ángel y que le agrade a todos, y obviamente que esté a tu nivel.-Dijo como si estuviera describiendo un premio.

-Señor, para serle sincero, a mi no me interesan ese tipo de mujeres que los buscan a uno solo por ser parte de la alta sociedad que nos llama la gente. Prefiero una persona que me ame de verdad, que no se fije solo en el físico y el status social.-Dijo sin dejar de revisar documentos.

-Suenas como ese hombre con quien hice el trato hace unos años. ¿Cómo se llamaba, cómo se llamaba?-Dijo en tono burlón, tratando de recordar su nombre.

-¿Michelangelo Buonarroti?-Alza una ceja.

-Ese mismo.- Dijo riéndose.

-Bueno, déjeme decirle que muchas gracias, porque, él es un hombre muy sabio. Además, eso no fue hace unos años, eso fue hace como 300 años.- Rueda los ojos.

-Ay, bueno. Tranquilízate, Styles. Sabes que yo te quiero mucho, eres mi abogado, mi mano derecho, mi mejor aliado y mi mejor amigo. Son solo bromas entre amigos.-Palmea su espalda.

-Como sea.