Inesperado (Camren)

Capítulo 17

Unos días después, Camila estaba limpiando la cocina después del desayuno, cuando Sadie asomó la cabeza por la puerta.

"Toc Toc".

"Hola, Sadie. Adelante".

"Traje el pastel que querías que hiciera para tus invitados que vendrán mañana, y una caja de huevos de mis gallinas".

Camila le dio un beso a Sadie en la mejilla y tomó los artículos de aquí. "Gracias. Toma asiento. ¿Té?"

Sadie acercó una silla y dijo: "Oh, me conoces. Nunca rechazo una taza de té".

Mientras Camila preparaba una tetera, Sadie preguntó: "¿Cómo te has sentido? Me di cuenta de que saliste a algunos trabajos esta semana".

"Sí, hice dos esta semana, además..." Camila cerró los ojos por un segundo. "Además de las fotos del garaje de Lauren". Camila llevó la bandeja del té y la dejó sobre la mesa.

"Yo serviré, querida", dijo Sadie. "Tú sientate y toma un respiro. ¿Cómo te has sentido? ¿El doctor todavía está satisfecho contigo?"

Camila suspiro. "Sí, mi presión arterial está bastante estable ahora. Ha mejorado desde que Lauren entró en nuestras vidas".

Sadie debe haber detectado su triste estado de ánimo. Le entregó una taza de té a Camila. "¿Hay algo mal?"

"Tuvimos un desacuerdo el otro día, en realidad una pelea".

Sadie puso dos cucharadas colmadas de azúcar en su té y agitó vigorosamente. "Pensé que algo andaba mal cuando te vi ir a la cita con tu médico sola ayer. Te ha llevado las últimas veces y se ha preocupado por ti como un papá oso".

Camila tuvo que reírse de esa imagen. Te extraño, Lauren.

"Lauren piensa que no confío en ella y uso a Jake como excusa", dijo Camila.

"¿En qué manera?"

Camila se sintió un poco avergonzada al hablar sobre cómo surgió la pelea. "Bueno, a veces Lauren se queda, y..."

Sadie comenzó a reírse. "Solo dilo, querida. Tu generación no inventó el sexo, ya sabes".

Camila sintió que sus mejillas se calentaban. No estaba acostumbrada a hablar sobre este tipo de cosas. Nunca había tenido amigos cercanos, ya que siempre estaba mirando por encima del hombro.

Sadie continuó: "Puedo ver cómo están juntas, hay una química brillante entre ustedes".

Había tanta química y atracción. Lauren podía excitarla con solo mirarla, y cuando ponía sus manos sobre ella, Camila se derretía.

El sexo siempre había sido bueno con Taylor, pero no tan desesperado, de una manera en que se arrancaban la ropa. Lauren era el paquete perfecto: amaba a Camila y Jake exactamente como Camila siempre había soñado que una pareja lo haría, y tenía un cuerpo que Camila adoraba. Lauren sabía que se sentía de esa manera, y eso le había dado más arrogancia que antes. Pero eso no era algo malo, solo hacía que la tensión sexual entre ellas, la atracción magnética entre ellas, fuera aún más fuerte.

"Se ha quedado conmigo hasta tarde varias veces, pero no la dejo quedarse en caso de que Jake la vea en mi habitación y piense que somos una pareja perfecta y feliz de cuento de hadas, y luego todo salga mal. La otra noche, Lauren se enojó. Piensa que no confío en ella, y que Jake es una excusa. Luego dijo que me amaba".

"Oh, Dios mío, ¿y qué le dijiste?"

"Nada, y la lastimé. No hemos hablado desde entonces, aunque envió un mensaje de texto para preguntarme cómo fue mi cita con el médico".