La noche de las estrellas lloronas. (Fred x Freddy)

Capítulo 4.

-¡Fred!
-¡¿Qué?!
El pelinegro despertó asustado ante el grito de Freddy. Se levantó casi de un salto del suelo y miró hacia la cama donde yacía Freddy. Eran las 4:21 de la madrugada.
-¿Dónde estabas?
-Estoy aquí, solo que estoy en el piso. ¿Podrías dejar de gritar? Van a pensar que te estoy matando o algo.
-¿En el piso? ¿No está muy frío? Mejor ven aquí conmigo.
-E.. Estás loco si crees que me voy a dormir contigo en la misma cama -Fred se sonrojó ante el comentario de Freddy.
-¿Es malo?
-Sí, mamá podría llegar y vernos, podría pensar mal.
-¿Mamá no sabe que soy homosexual?
-Freddy, ¿Podrías dejar las preguntas para cuando amanezca? Tengo bastante sueño.
-Lo siento. Entonces, buenas noches.
Ambos chicos se recostaron y se quedaron dormidos hasta que amaneció.
Cuando eso pasó Freddy fue el primero en despertar, bajó lentamente de la cama y se recostó a un lado de Fred mientras lo miraba. Éste al sentir una extraña presencia se despertó y se encontró con los ojos azules de Freddy.
-Buenos días -Freddy sonrió inocentemente.
Fred, asustado, gritó y se levantó de golpe de la colchoneta donde estaba.
-¿Desde cuándo estás ahí? -Dijo mientras un ligero sonrojo se asomaba en sus pálidas mejillas.
-Desde hace medio minuto, te despertaste casi cuando me recosté -Freddy se sentó en el piso.
-Bueno... Tenemos que desayunar e ir a la escuela -Fred empezó a caminar hacia la puerta del cuarto.
Freddy siguió a Fred por la espalda mientras ambos se dirigían a la cocina.
-¿Y qué haces en mi casa? -Preguntó Freddy-. No es que me moleste, pero solo pregunto.
-¿Qué no oíste al doctor? Tengo que cuidarte, tu mamá no sé hasta cuándo regrese, pero por el momento tengo que cuidarte en lo que llega tu mamá.
-Querras decir "mi suegra" -bromeó Freddy.
Fred soltó una risa corta y miró la estufa.
-Eh... ¿Tú sabes cocinar? -Fred miró a Freddy.
-No lo recuerdo.
Fred con miedo trató de encender la estufa, y con una facilidad increíble pudo hacerlo. Después se puso a hacer el desayuno para Freddy y él, pero lo que más lo desconcertaba era que él no sabía hacer absolutamente nada sin la ayuda de Freddy.
Sirvió el desayuno y se lo entregó a Freddy.
-Vaya, ¿No que no sabías?
-Sí, eso mismo pensé yo -Fred se sentó junto a Freddy.
Fred miró detenidamente el desayuno que acababa de preparar y se quedó hací medio minuto.
-¿Qué fue lo que hice? Digo... No es malo pero yo nunca hice algo como esto -pensaba Fred-. Hay algo extraño en todo esto, primero mi cuerpo y ahora esto... ¿Qué pasa?
-Fred -la voz de Freddy lo sacó de sus pensamientos-. Esto sabe delicioso, eres un excelente cocinero.
-¿Eso crees? -Fred sonrió.
-Por supuesto -Freddy se lanzó a los brazos de Fred-. Gracias Fred.
Fred se quedó quieto, pero luego simplemente abrazó a Freddy.
-Bueno... Debemos cambiarnos de ropa para ir a la escuela -Fred se separó de Freddy.
Ambos regresaron a la habitación a cambiarse la ropa, Fred salió de la habitación mientras Freddy se cambiaba.
-Creo que la pregunta más importante es saber de dónde demonios salió este cuerpo. Lógico que no es mío. Freddy me podría ayudar a saberlo pero el Freddy que yo conozco no se encuentra aquí por el momento, ese Freddy cree que está enamorado de mí... Pero, si vuelve a recuperar la memoria, va a saber que les mentí a los chicos sobre su sexualidad. Va a matarme.
-¿Con quién hablas? -Freddy miró fijamente a Fred.
-¿Desde cuándo estás ahí? -Fred se giró rápidamente.
-No es eso, solo que desde la habitación se escuchaba que hablabas de algo, pero no escuché bien -Freddy se hizo a un lado para permitirle el paso a Fred-. Debes cambiarte ahora tú.

Pasado el tiempo, ambos chicos empezaron a caminar rumbo a la escuela, ya que nuevamente se les había pasado el bus.
-Oye Fred.
-¿Qué pasa? -Dijo sin mirarlo.
-¿Puedo tomar tu mano?
-¿Qué? -Fred se detuvo y miró a Freddy, el cual estaba sonrojado.
-Es que... No recuerdo nada y me siento inseguro, pero tú me darás valor si siento que estás conmigo -Freddy bajó la mirada-. ¿Podrías hacerme ese favor?
Freddy extendió una mano hacia Fred esperando que él la aceptara, pero éste empezó a ponerse nervioso ante aquellas palabras.
-Debo seguirle la corriente -pensó Fred-. Cuando recuerde todo se dará cuenta de que no tuve otra opción que mentir.
Fred miró nuevamente la mano de Freddy que seguía extendida, lentamente acercó su mano a la de Freddy y la entrelazó. El calor del tacto entre ambos fue agradable hasta tal punto de que ambos compartieron la misma risa nerviosa, se miraron al mismo tiempo y Fred solo repetía una y otra vez en su mente "es una mentira" para poder evadir tal emoción.
-¿Seguimos? -Preguntó Freddy sonriendo.
-Sí.. -Y ambos se pusieron en marcha de nuevo sin soltar la mano del otro.