Empezaba a amanecer, las aves comenzaban a cantar y los rayos del sol empezaban a iluminar todo a su paso. Fred se despertó más temprano de lo normal, ya que en esa parte de la casa entraba demasiado el frío y era casi imposible dormir en esas condiciones. Se levantó del sofá y recordó lo que había deseado la noche anterior, la memoria de Freddy. Fue a la habitación de Freddy y se detuvo delante de la puerta para finalmente llamar.
—¿Freddy? —Fred golpeó la puerta dos veces.
—¿Fred? —Una respuesta inmediata se escuchó al otro lado de la puerta.
A Fred empezaron a temblarle las manos al momento de tomar la perilla de la puerta para abrirla, quería que Freddy recuperara su memoria pero temía que lo odiara por el resto de su vida por fingir ser su novio.
—Él va a entender, él va a entender —se decía Fred mentalmente mientras giraba la perilla.
La puerta se abrió lentamente y Fred pasó todo su cuerpo a través de la puerta para después cerrarla nuevamente. Freddy estaba sentado en su cama mientras miraba por la ventana desde la cual se podía ver una montaña lejana de la cual empezaba a asomarse el sol. Fred no podía ver la expresión que Freddy tenía en ese momento, así que se acercó lentamente a él y se sentó en el borde de la cama mientras sus manos comenzaban a sudar.
—Buenos días Freddy —la voz de Fred era nerviosa—. ¿Cómo te encuentras?
La cabeza de Freddy se giró dejando ver una expresión neutra, Fred empezaba a asustarse un poco más.
—¿Estas molesto conmigo? Creeme que no tuve otra opción más que decir eso, lo lamento Freddy, pero puedes decir que yo solo era tu hermano tonto y medio raro...
—Fred, ¿realmente tú sientes algo por mí? —La mirada de Freddy bajó hasta mirar las sabanas en las que estaban sentados—. Es que... No lo sé, siento que eres muy cortante conmigo, no me aceptas ningún beso y ningún abrazo, y cuando te tomo de la mano tu agarre es demasiado rígido y fingido. Puede que no recuerde si eras así conmigo antes de yo perder la memoria, así que contéstame, ¿realmente me amas?
Fred se quedó callado ante las palabras de Freddy, él aún no tenía su memoria, ¿cómo era posible? Él lo había deseado.
—¿No tienes tu memoria? ¿No recuerdas nada antes del accidente? Parásito, así me solías llamar ¿realmente no te recuerda nada ese sobrenombre? —Fred se dirigió al cajón que había en la mesa de noche de Freddy y de ahí sacó un bote pequeño de pastillas—. Mira, estas pastillas las tomabas para controlarme, cuando te hartabas de mí, ¿no lo recuerdas?
—¡Basta! —Gritó Freddy mientras lágrimas empezaban a caer de sus ojos—. ¿Estas inventando todo esto para no responder a mi pregunta? Si no sientes lo mismo que yo por ti lo hubieras dicho así nada más, no hacia falta que inventaras todo eso.
—No estoy inventando nada Freddy. Antes de que perdieras la memoria eras de esa manera, y yo era mucho peor.
Fred se subió a la cama junto con Freddy y se quedaron mirándose fijamente a los ojos, sin decir una sola palabra. Fred estaba serio pero Freddy estaba algo nervioso, en eso Fred empezó a acercarse lentamente a Freddy, sus respiraciones empezaban a chocar pero antes de que sus labios se unieran, Fred desvío su cabeza a un lado y le dio un abrazo a Freddy y se quedó así.
—Todo esto que te ha estado pasando me ha hecho comprender lo importante que eres para mí. Sí, es culpa mía que hayas perdido la memoria, pero estoy haciendo todo lo posible para que la recuperes. Pero... Quiero preguntarte algo yo a ti ahora —Fred se quedó callado durante unos segundos y siguió hablando—. ¿Puedes prometerme que cuando recuperes tu memoria no me odiarás? Tú eres el único que me escucha y me tolera a pesar de lo molesto que puedo llegar a ser para ti, durante todos estos años eres el único que me hace sentir vivo y no solo un parásito, así que el hecho de que me odies me haría alguien inútil e inservible, así que ¿puedes prometerme eso?
La habitación se quedó en silencio, Freddy no dijo nada ni se movía, ni siquiera había correspondido al abrazo. Fred se recostaba constantemente en el hombro de Freddy esperando su respuesta, una respuesta que al parecer no llegaría. Finalmente Fred entendió y empezó a separarse de Freddy lentamente, pero de un momento a otro Freddy no dejó que se apartara y acercó a Fred de nuevo con un abrazo fuerte.
—Fred, no sabes lo feliz que me hace escuchar eso, al menos ahora sé que te importo. Y referente a tu pregunta, por supuesto que te lo prometo, jamás podría odiarte y más cuando veo que intentas hacer lo posible por ayudarme. Eres lo mejor que tengo, te amo Fred.
—Y yo a ti, Freddy.
Fred se apartó de Freddy un poco y besó delicadamente su frente. El beso duró cerca de cinco segundos y después Fred regresó rápido su rostro al hombro de Freddy. Ambos chicos estaban sonrojados ante aquella acción, pero con una sonrisa en sus rostros.
—¿Sabes algo? Creo que nunca he besado a nadie, o no que yo recuerde —dijo Freddy con una voz nerviosa.
—No, nunca has besado a nadie, te conozco mejor que la palma de mi mano —Fred soltó una ligera risa ante su comentario.
—¿Me besarías?
A Fred le recorrió una descarga eléctrica por toda la espina dorsal a la vez que su cara se ponía demasiado roja, su corazón dio un gran salto en el pecho, casi queriéndose salir de él, temía que Freddy lo hubiera sentido.
—Freddy... —Fred se apartó lo suficiente como para mirar al castaño a la cara, el cual también estaba tan rojo como Fred.
—Por favor Fred. Nadie nos está mirando, si es eso lo que te preocupa.
Fred se quedó inmóvil, no sabía qué hacer, si rechazaba a Freddy éste se sentiría mal, pero si lo aceptaba sería más doloroso al momento de partir.
—De acuerdo Freddy —dijo finalmente Fred—. Pero cierra los ojos.
Éste obedeció y cerró inmediatamente los ojos. Fred empezó a acercarse lentamente a Freddy, puso su mano en la mejilla del sonrojado castaño mientras empujaba despacio hacia él mismo el rostro de Freddy. Fred fue cerrando los ojos de a poco en poco como se iban acercando, sus respiraciones estaban más cerca, sus labios se rozaban constantemente. Finalmente Fred decidió besarlo pero antes de hacer la acción una puerta abriéndose y una voz de madre los interrumpió.
—Freddy, cielo, debes despertar para ir a... —Se interrumpió la madre de Freddy al ver la escena.
Freddy y Fred rápidamente se alejaron mientras se daban la espalda, ahora con sus rostros mucho más rojos de vergüenza. La madre de Freddy lentamente cerró la puerta y sus pisadas escaleras abajo eran lo único que se escuchaba.
—Espero mamá no se moleste con nosotros —dijo Freddy sin moverse.
—Eso espero —Fred se giró hacia Freddy y lo tomó por el hombro—. Oye, esta no será la última vez que intente besarte, así que guarda ese primer beso para mí.
Un beso rápido se estampó en la mejilla de Freddy.
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La noche de las estrellas lloronas. (Fred x Freddy)
FanfictionFreddy y Fred desde siempre nunca se pueden llevar bien, uno siempre le lleva la contraria al otro, aparte de que sus personalidades no coinciden mucho. Freddy es más tímido, reservado y callado, mientras que Fred es egocéntrico, extrovertido y siem...