A LA ENFERMERIA

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Mel, Charlie, Tom y yo.

Kevin, Bryan, Laura y Jou.

Jou llevaba el balón de juego en las manos.

-Pásamelo, somos dos chicas, sacamos nosotras- Realmente yo era muy buena jugando pero Jou sabia que llevaba razón, asi que me entregó el balón y fue a su media pista, con su equipo.

-Vale, teneis que dar cuatro pases para poder lanzar el balón y matar- Advertia el profesor.

Jou y yo nos mirabamos vacilando con las miradas. Listos para la acción. A jugar.

Le pasé el balón a Charlie que estaba a mi derecha, no podia moverse con el balón y tenia que buscar otro pasé.

-¡Uno!- Grité.

Charlie se lo pasó a Mel. Mel a Tom, y Tom devuelta a mí. Tenia a Jou al lado, así que se lo lancé con mucha fuerza, algo en mi interior pensó, va, haber si se le rompe la cabeza. Pero lo esquivó con arte.

-Con que esas tenemos eh, Lucy, vale- Me dijo totalmente picado.

Sacaron ellos, Charlie y Tom intentaban quitar el pase, pero no pudieron hacer nada.

-¡Cuatro!- Gritaba Kevin.

Y Bryan le lanzó el balón a Mel, eliminandola del juego, con la más débil, buena jugada.

-¡Una menos, quedan tres!- Gritaba Jou mirandome a mí.

Nos tocaba sacar a nosotros, ibamos a ir a por Laura, una 'amiga' o tonteo más de Jou, era una de las que le comian el culo, me daban asco, en serio. ¿Desde cuando las mujeres vamos como perritos falderos detrás de los hombres?. Jou veía a las mujeres muchas veces como trapos, eso era algo por lo que me daba asco.

Saqué de fondo, pases para Charlie, yo y Tom, al cuarto Tom estaba al lado de Laura, ella ni se habia movido, ni se habia inmutado, entonces Tom le lanzó el balón.

"Quedan tres" me dije y le choqué la mano a Tom.

Kevin, le pasó el balón a Bryan, y al tercero le pasarón el balón con fuerza y altura a Jou que se escondia detrás de Tom, ninguno lo habiamos visto.

-Muerto- Le dijo a Tom mientrás le lanzaba el balón.

-Eh, eso no, por las espaldas nunca se avanza, ¡Cobarde!- Le dije a Jou empujandolo hacia atrás, y sin querer se tropezó y acabó boca abajo al lado de un árbol, sin poder mover el pie, quejandose de él, le dolia mucho.

Yo me arrepentí de empujarlo, y una gran culpa invadió mi cuerpo.

-¡Lo siento, Jou, Lo siento!- Le dije, pero él no me escuchaba ya que el profesor a su lado decia que lo llevaran a la enfermeria.

SOY TU HERMANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora