Capítulo 3

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El pequeño Jimin se molesto un poco al ver que el palido no hizo nada al notar que el estaba enojado, pero también pensó de que tal vez no le creyó su enojo falso, pues quién sabe en realidad.

-Min es así supongo...

Dijo bajito frente a la puerta de su casa, estaba por entrar cuando empezó a sentir una respiración tras de el, y una voz, esa hermosa voz que a el tanto le gusta, esa voz que el al oírla se emocionaba, esa voz que venía de su mejor amigo.

-¿Que quieres decir con "así"?

El pelinaranja se voltió y quedó muy cerca de Min, sus mejillas tomaron un leve color carmesí en seguida, estaba muy nervioso. Eran pocas las veces que estaban así de cerca, y cuando ocurrían pues el corazón de Jimin comenzaba a latir a mil por segundo.

Ambos se quedaron viendo a los ojos por un largo tiempo, como si estuvieran buscando algo dentro de estos inconcientemente, pero el palido se sentía completamente perdido en la oscuridad de los ojos del contrario, se sentía atrapado e incapaz de poder encontrar la salidad de aquel laberinto donde se sentía perdido. Pero tampoco queria encontrar la salida. Sentía como un universo dentro de los ojos de el pelinaranja aparecía, un mundo el cual solo Jimin conocía y Yoongi estaba por encontrarlo, sin siquiera buscarlo. Tataba de ignorar aquellos sentimientos, tratando de convencerses de que solo se tenían mucho cariño. En cambió el menor no entendía lo que le sucedía, sin embargo no se preocupaba en formular siquiera una hipótesis.

El de cabellos menta amaba los ojos de Park, tanto como sus labios, se preguntaba si algún dia podría llegar a probarlos. Pero aquella pregunta era algo en lo cual no debía de pensar y mucho menos aquello debería de existir, por tanto el sacudia su cabeza tratando de eliminar aquel pensamiento que el lo encontraba "estupido".

Min se acercó un poco más al pequeño, haciendo que cada vez este se pusiera más nervioso, pues el tenerlo cerca le hacía sentir un montón de cosas, pero amaba que estuvieran así.

Finalmente el mayor rodio con sus brazos al pequeño Jimin, susurrandole al oído de que no estuviera enojado, de que el debió ser más amable. El pelinaranja moría de ternura y risa, pues le encantaba que su mejor amigo se pusiera así de tierno, es que realmente Jimin era una persona muy importante para Min, de no ser así el ni siquiera le hubiese pedido perdón.

Yoongi se separó y al ver que Park tenía una gran sonrisa y luego empezaban a salir pequeñas risitas de los labios del menor, lo miró extrañado y a la vez un poco enojado, ¿por que se reía de que el palido le mostrara afecto?

-Oye tarado, ¿de que te ries? -dijo desarmando el abrazo.

-Ay hyung, deberías estudiarme más, no estaba enojado era una bromaaa. -dijo alargando la "a".

Al decir esto el mayor se sintió avergonzado, y a la vez enojado, se alejó lo suficiente y se cruzó de brazos, miró hacia otro lado y susurró:

-Mocoso idiota.

-Yoongi hyung no te enojeeess -pidió alargando las últimas sílabas de la palabra.

Park dejo las bolsas junto con honey en el suelo y abrazó a el de cabellos menta, pero este no correspondió.

-Alejate.

-Hyunnngg -dijo alargando de nuevo la palabra- mirame, mirame -ordenó.

Este obedeció y miró al pelinaranja, estaba aún con su seño fruncido por la broma de mal gusto que le jugó su mejor amigo.

-Eres muy lindo... -al notar que el mayor desvío la mirada rápidamente buscó sus ojos y le regañó.- ¡No, no desvíez la mirada! ¡mirame!

El de cabellos mentas solía desviar la mirada cuándo Jimin le hacia cumplidos, ya que este le hacia sonrojar y el no quería que se diera cuenta.
No dijo nada. El pequeño tomó con su pequeñas manitas las mejillas del palido, haciendo que pusiera nuevamente la mirada en el. Notó sus mejillas un poquito rojas, los que le dió mucha ternura, pero volvió su mirada a sus ojos.

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