Capítulo 17

9 1 0
                                    

Esa mañana como arte de magia Yoongi se levantó solo. Antes de que su alarma pudiera sonar este ya estaba despierto. Tenía tiempo de sobra, por lo tanto decidió ir a buscar al menor.

Jiminnie🐝🌻  [últ. vez hoy a las 7:16]

Buenos días Jimin, pasaré por ti en 20 minutos. [7:24]

Ya enviado el mensaje, hizo su rutina diaria de la mañana y fue a casa del menor.

Al llegar como tenía llave simplemente entró. Fue a la cocina y encontró a Jimin de espaldas con una taza de café entre sus manos. Ya vestido y peinado. Este al sentir su presencia voltió y lo saludo.

-Deberías de avisar cuando entras, yo podría estar desnudo bailando por toda la casa.

-No hay alguna parte de tu cuerpo que no conozca -se encogió de hombros sin importancia.

-Hyung... -el color de sus mejillas se acentuó y luego de eso frunció su seño e infló sus mejillas- que me hayas visto desnudo cuando pequeño cuando nos bañabamos juntos, no significa que mi cuerpo siga igual.

-Uh... pues cuando te quite la virginidad ahora ya ya, habré conocido todo tu cuerpo, no me importa que quieras perderla a los 18 yo quiero ahoraaa -dijo imitando las palabras que había dicho aquel día cuando el sueño lo había consumido.

-No puedo creer que me sigas molestando por eso, ya han pasado como 4 días.

-Pues yo quiero seguir molestandote, ¡yah! Toma tus cosas, se nos hace tarde.

Ambos chicos tomaron sus cosas y se fueron al instituto. Yoongi tenía planeado contarle lo sucedido el día anterior, también quería contarle lo que había pasado en la semana que ellos estaban peleados, lo consideraba algo importante.

Al llegar aún era temprano, por lo tanto se dispuso a hablar con el del tema.

-Jimin, tenemos que hablar...

-Oh claro, ¿pasa algo?

-Si... ¿sabes? ayer encontré...

-Hola Jimin hyung, hola Yoongi hyung -el castaño lo interrumpió saludando a ambos chicos que estaban ahí.

-Hola Jungkook.

-Hola Kookie, ¿como estás?

-Bien, bien, ¿y tu?

Jimin tenía curiosidad por lo que le quería decir Yoongi, sin embargo sería descortez botar a su dongsaeng, por lo tanto optó por seguir con la conversación. Lo que hizo que Min se sintiera ignorado, ya no quería seguir ahí, era incomodo ver como lo ignoraban.

-Eh... chicos tengo que irme.

El pelinaranja al darse cuenta de las intenciones del mayor decidió que esta vez era hora de elegir a Min.

-Oh si casi lo olvido -dijo siguiendole la corriente- tenemos que ir a hablar con el profesor de historia sobre un trabajo grupal, tenemos dudas.

-¿No pueden hacerlo en su clase? -preguntó el castaño.

-Hoy no nos toca con el -dijo el de cabellos menta.

-Pues díganselo mañana. -este se esmeraba en que se quedaran, cosa que a Yoongi le comenzaba a molestar.

-Jungkook, tenemos que hablar con el ahora, no deberías de juzgar lo que debemos hacer y mucho menos tratar de alterar nuestros planes ¿si?

-Lo siento Jimin hyung. -dijo bajando la cabeza y avergonzado de sus actos.

-Esta bien, nos vemos en el receso.

Una vez se fueron del lugar en una dirección contraria al más alto, estos se miraron y buscaron un lugar para hablar. Pero justo cuando el mayor abrió la boca con intenciones de hablar el timbre que indicaba el inicio de clases sonó.

-Perfecto -dijo con sarcasmo el palido.

-Tranquilo hyung, ya se nos dará el momento -le dedicó una linda sonrisa y comenzaron a caminar hacia su salón.

Y pues no, no se les dió el momento en ningún momento del día, pues Yoongi ya se encontraba en el autobús camino a su casa.

Iba desconcentrada de todo. Miraba por la ventana pero a la vez no miraba nada, simplemente sostenía la mirada en esta. La radio del autobús comenzaba a reproducir canciones y el no traía sus audifonos como para evitar escucharlas. Dió un bufido y frunció un poco el seño. Pero este desapareció cuando una suave melodía comenzó a acriciar sus oidos. Su labio inferior comenzó a temblar. Como un relámpago apareció una imagen frente a sus ojos. Una mujer, muy similar a la de su sueño. Movía sus labios mientras la música sonaba, esta estaba cantando la canción. Los ojos de Yoongi se empaparon. Un nudo en su garganta se hizo presente. Y con todas sus fuerzas sostuvo las lagrimas en sus parpados, tratando de que estas no cayeran.  La música era tan suave, como una canción de cuna, no era triste, era anima y transmitía tanto, muy armoniosa. La mujer que veía frente a el se veía borrosa, al igual que aquel día donde había despertado empapado de sudor. No pudo soportar la tensión, faltaba poco para llegar a su casa, sin embargo decidió bajarse antes de exponerse de esa manera a las personas que se encontraban dentro del transporte público. Cerro sus ojos con fuerza, algo en su pecho hacía presión y las lagrimas brotaban de sus ojos teniendo como meta la camiseta del mismo. Metió sus manos en su bolsillo y comenzó a caminar hacia su casa, le quedaba poco, menos de 40 metros. Se fue llorando, o al menos botando todas las lagrimas que se habían acomulado en sus parpados cuando escuchó aquella canción.

-El trozo de... -susurró con los ojos cerrados- el trozo de cielo... que no merecí -completó recordando algo de la canción. Y la imagen de aquella mujer de nuevo apareció en su mente. Abrió rapidamente sus ojos tratando de eliminarla. Ya no quería seguir viendola. El corazón se le aturjaba y la respiración se le volvía irregular.

Al llegar a casa subió cansado a su habitación. Tomó su libreta y comenzó a escribir lo que recordaba de aquella canción. Asustado también de lo que esta podría provocar.

Sus parpados se hacían cada vez más pesados. Daba bastantes bostezos seguidos, debía de acostarse a dormir.

Tiró todo lo que estaba en su cama al suelo sin importarle lo que había en esta. Abrió las tapas y se tiró sobre su amada cama para por fín dormir todo lo que había deseado aquel día.

SerendipityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora