1. just one moment

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Temo y Diego estaban viendo la televisión cómodamente en la sala del hogar de la abuela. Justo cuando iba a suceder una escena importante de la novela de las seis, a la abuela se le ocurrió decir algo que, estaban seguros muchos odiaban.

— Toma, necesito el tomate para la comida.

Temo y Diego se miró con una mueca de molestia. ¡Ah! Enviar a la tienda a los adolescentes en plena escena importante era un clásico en este bendito país. Temo se encogió de hombros resignándose a la orden y poniéndose de pie tomando el dinero de la mesa para emprender el camino de la aventura hacia la tienda.

No estaba lejos, solo tenía que cruzar hacia la calle de arriba, caminar unas cuantas casas y listo. Iba a ser rápido.

— Carlota me contó del chico ese que les mira mucho —dijo Temo — ¿quién es? ¿lo conoces?

Diego bufó con molestia, restándole poco a lo que Carlota pensaba. Esa chica se emocionaba solo al decir la palabra "chico"

— Ni idea. Parece que son nuevos aquí en la calle—contestó nunca los había visto hasta que Lota y yo salimos a pasar el rato aquí arriba el otro día.

Temo hizo una mueca de indiferencia, la verdad es que no le importaba mucho, es solo que Carlota se veía bastante emocionada hablando sobre ese chico y sus miradas furtivas hacia ellos. En lo que cabe, a Temo le sonaba más como un acosador y eso a él no la emocionaría tanto.

Si había algo que a Temo le estresaba mucho y que para otros (sobre todo a hombres) le parecería un poco exagerado, era caminar sobre una calle llena de chicos en medio de ella jugando al futbol.

Momento crudo incoming...

Diego alzo las cejas al ver a ese chico que él y Carlota habían visto, del que Carlota había quedado emocionada, volteo un poco con Temo y lo observo encogido de hombros, con frustración y un toque de miedo en su mirada.

Diego sonrió un poco negando con la cabeza.

— Míralo, ahí esta —murmuro diego, lanzando una mirada hacia el chico.

Temo guío su mirada hacia la de Diego, sin embargo solo miro a un montón de chicos en las banquetas, pateando balones hacia un disimulo de porterías con dos piedras a los lados y gritándose cosas. Hizo una mueca de molestia.

Agh, odiaba este tipo de momentos.

La mirada de los dos chicos fue hacia un chico poco alejado de los dos, el cual lanzó un grito hacia todos los chicos de la calle.

— ¡paren el juego un momento! —lanzó —van a pasar.

Temo pensó que quizá este chico era el que había mencionado Carlota aquel día, puesto que no le quitaba la mirada de encima a Diego, el cual lo miró por unos segundos desviando la mirada rápidamente, con una sonrisa en su boca.

Si, era ese chico.

— No mames wey, que siga el juego, dale, dale, dale —gritó otro chico del otro lado de la calle.

Temo lo miró con cara de pocos amigos. Este chico era un patán bien hecho.

Muestra un poco de respeto, muchacho.

Disfrutó un poco el momento, puesto que sus amigos lo ignoraron por completo y la pelota siguió parada mientras ellos iban cruzando la calle. Trató de ignorar a aquel idiota poco respetuoso, sin embargo, antes de salir de la calle completamente, no pudo evitar lanzar una pequeña mirada hacia ese chico, quien, sorprendentemente, lo miraba con cejas fruncidas y un porte donde daba a entender que el chico vivía de su ego.

Temo rodó los ojos mentalmente.

Idiota

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