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Sé que ATARAXIA nunca tuvo tanto éxito como lo tuvo mi primera obra, LUNE. Aún así, yo estoy mil millones de veces más orgullosa de ATARAXIA. Antes de que os preguntéis por qué o directamente dejéis de leer, por favor, escuchad lo que tengo que decir. Me parece que es importante.
LUNE, que cuenta a día de hoy con 176K de leidos y 18K de votos, fue una obra que escribí porque sí y que decidí clasificar como poesía porque sí, porque escribía
todo
así.
Era una niña en ese entonces, y lo digo muy enserio ya que creo que LUNE la escribí en 2015, que tendría yo unos 13 o 14 años. Además, estaba pasándolo mal, así que creé ese final que a nadie le gusta. A mí tampoco. No he borrado la obra por el mero hecho de que, me guste o no, lo escribí en un momento difícil de mi vida como forma de desahogo y recuerdo la ilusión que me hacía ver subir las visitas, los votos, los comentarios... LUNE y su secuela, CIELO, están ahí para el recuerdo.
[NOTA: LUNE Y CIELO AHORA ESTÁN BORRADAS]
Sin embargo con ATARAXIA es distinto. Si bien es una obra que empecé hace 1 año (creo recordar) siempre he estado renovándola, borrándola y revisándola. Yo nunca consideré que escribía poesía, más bien yo quería escribir poesía tan bonita como la de mi madre, o la de Rosalía de Castro. Con todas sus figuras literarias, sus significados y metáforas profundas... así que nunca me gustó lo que escribía. Porque no cumplía lo que yo exigía. Entonces, a principios de este año, decidí coger mis viejos poemas y darles una nueva vida. Sí, no son los poemas más felices del mundo. Sí, sé que quizá no tiene metáforas tan profundas ni potentes como las de los grandes escritores que hay por todo el mundo. Pero son mis poemas. Son mis sentimientos. Es por lo que yo he pasado. Es mi poesía. Cuentan mi historia. Así que ahora digamos que son como mis hijos, jajaja.
Espero que os hayan llegado. ATARAXIA termina aquí hoy. Gracias por haberme acompañado.
