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Fuego.
Fuego.

Frente a nuestros ojos, fuera del gran ventanal del salón en el que Yoongi y yo acotumbrábamos tocar juntos, una luz resplandeciente. Producía calor y era alarmante, Yoongi cayó en cuenta de la situación antes que yo y se puso de pie rápidamente asomándose al jardín.

En el momento en que pareció volverse loco, tomó mi mano y tiró de ella, la voz de Mi-Suk sobresalía entre los gritos del pasillo y sonaba cada vez más cerca hasta abrir la puerta en el momento en que nos paramos frente a ella.

-Chicos, deben bajar rápido.- Estaba asustada, pero intentaba mantener la calma. Se giró a gritar hacia otro lado.- ¡Dense prisa, pero no corran. Desalojen el lugar!, ¡todos salgan del insituto!

-Directora Jung, ¿qué está pasando?- Una parte de mi aún desconcertada no lograba entender todavía lo que estaba ocurriendo. Por los pasillos, los pacientes comenzaban a toser y el calor se hacía presente en el aire. Respirar se volvía cada vez más difícil y el humo no nos facilitaba la vista tampoco; apenas y podía ver por dónde pisábamos de camino a la salida.

Pero, sin importar qué tan insistente fuera Mi-Suk con sus palabras, nadie parecía guardar la calma. Todos corrían por todas partes y sus cuerpos impactaban con los nuestros. Junto a mi, noté a Yoongi preocupado, incluso más que yo por la situación.
Todo ocurría muy rápido y sin embargo narrarlo suena en cámara lenta.

-Han...¡Han!, ¿¡DÓNDE ESTÁ HANEUL?!- Él volteaba hacia todas partes intentando encontrar a su hermana, pero por supuesto no lograba ver nada. Su mano, que hasta ese momento había estado entrelazada a la mía, se desprendió y su tacto dejó de sentirse en mi piel.

-¡Yoongi, espera!

-Tengo que encontrar a Haneul. Mi-Suk, saca a Hye de aquí pronto.- La madera crujía bajo nuestros pies y por todo alrededor. Yoongi miró al techo por un segundo.- ¡Éste lugar va a caerse pronto!, vamos, todos salgan, salgan, salgan.

En ese momento, él comenzó a abrirse paso entre la gente. En ese punto, ya no podía gritar más, el aire me faltaba y sentía el humo atorado en mi garganta. Mientras tocía, intenté safarme del agarre de la directora Jung e ir detrás de Yoongi, pero ella no me soltaba.

-¡Espera, Yoongi!

-¡Hye, tenemos que salir de aquí!- Un poco de la pared empezó desprenderse causando que Mi-Suk se asustara.- ¡AHORA!

Para éste punto, la directora Jung parecía haber perdido la cabeza. Incluso ella corría junto conmigo para llegar a la salida. Ya no parecía preocuparse por que nadie gritara, corriera o se empujara.
Una vez fuera, todos tocíamos y ella volvió a su cargo rápidamente.
El personal se encargaba de llamar a la policía, a los bomberos y a cualquier equipo que fuera de ayuda mientras ella buscaba que todos estuvieran fuera. Pasaba persona por persona y mencionaba sus nombre como si de pasar lista se tratase, pero realmente no necesitaba una. La directora Jung conocía de pies a cabeza a todos y cada uno de los pacientes de Rydell. Eso la volvía una mamá para todos y no fui capaz de darme cuenta hasta ese día, ella realmente quería una mejoría para todos. Era una persona tan buena y con un corazón tan grande que era difícil de creer.

Verla tan preocupada contando a todos y cada uno de los pacientes fuera me hizo recordar por un segundo el momento en que la conocí y pensé en si realmente nunca paraba de sonreír. Después de casi un año en Rydell, pude responder a mi pregunta. No, nunca dejaba de hacerlo y eso hacía crecer una duda en mi cabeza, ¿cuál era su historia?, ¿por qué se dedicaba a ésto? Ser directora de un centro de rehabilitación para jóvenes parece ser un trabajp deprimente, pero ella siempre sonreía. Dedicaba su vida a ayudar a personas que habían sufrido demasiado, ¿ella habría sufrido así de mucho alguna vez?

𝓚𝓮𝔂 || ᴍ.ʏ.ɢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora