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Iba mirando a la ventana tratando de recordar el camino, pues regresaría sola, pero no tenia sentido, solo tomaba dos camiones y llegaba, únicamente necesitaba saber el nombre de los camiones y donde estaban las paradas, lo cual ya había memorizado.

Llevaba mi uniforme presentable y una mochila ya llena con una libreta plumas y lapices para iniciar el año escolar, pude reconocer la escuela de inmediato a pesar de no haberla visto antes. Estábamos a dos cuadras todavía cuando le pedí a mi padre que se detuviera, lo cual hizo algo sorprendido.

- Que pasa?- pregunto mirando hacia atrás

- Caminare a la puerta, tu ve al trabajo - Dije abriendo la puerta, salí y me asome a su ventanilla abierta.

- Estas segura?

- Claro, me daría algo de vergüenza salir de un carro lujoso y llamar la atención de todos, no es lo mio - Aparte un mechón de mi frente y respire hondo - Suerte en el trabajo

Sonrió para mi y condujo derecho, observe como se iba mientras avanzaba uno o dos pasos, una vez que lo vi lejos baje lo falda para que llegara casi a las rodillas, tener la falda corta para mi refleja mucha mucha mucha inseguridad, y aunque soy alguien insegura no pienso reflejarlo.

Casi llegaba a la puerta de entrada cuando de repente mire hacia el estacionamiento, me detuve para ver que sucedía al otro lado de la escuela y note que un muchacho bajaba de un auto muy lindo, el chico era de cabello negro con tonos anaranjados cuando le daba el sol, tenia el uniforme y un tanto desgastado y una mochila muy descuidada. Dijo algo al conductor y azotó la puerta, luego volteo la mirada repentinamente hacia mi, era una mirada fuerte y penetrante que reflejaba aparente furia, por lo que me vi forzada a apartar la mirada involuntariamente hacia abajo y a continuar caminando apresurando mi paso para entrar a la escuela lo antes posible. Con suerte no me reconocería.

Al entrar, un olor a vainilla con caramelo recorrió todo mi alrededor, algo agradable, pero no estaba ahí para detectar olores, estaba ahí para que me dieran mi credencial y horario, así que pase rápido dirigiéndome directamente a la oficina del director ubicandome con el mapa que mi padre me había hecho cuando fue a inscribirme.

La puerta de la oficina estaba abierta, pero para no ser descortés toque asomandome dentro de esta oficina encontrándome con dos secretarias.

- Buenos días, podemos ayudarte?- Dijo amablemente la secretaria del escritorio que se encontraba a la derecha de la entrada.

Para ahora el olor en el interior de esta oficina el olor a vainilla y caramelo se había esfumado, ahora predominaba el olor a café y té verde. Saque torpemente mi folder con los documentos que mi padre dijo, debía entregarle al director.

- Me dijeron que debo entregarle al director esto - Dije poniendo los papeles al frente

- Oh, eres la nueva, debes saber que aunque seul es muy conocido, este municipio exactamente es muy pequeño, todos saben todo, así que, que no te extrañe si muchos te ven raro de acuerdo - Dijo la secretaria al mismo tiempo que tomaba los papeles y buscaba entre ellos.

Entonces entró un hombre de aproximadamente 1.80 de altura, robusto y con mala cara.

- No puedo creerlo, tengo que llegar quince minutos antes todas las malditas mañanas para que mi hijo este feliz de que nadie lo vea conmigo - Dijo a la vez que dejaba su abrigo en donde se colgaban, dirigió la mirada hacia mi y sonrió - Eres la nueva? - pregunto con una voz mas amable

Asentí con timidez y di un paso hacia atrás, el hombre olía a tabaco y un perfume extranjero muy similar al olor del 212, extendió su mano para estrechar la mía, dude un segundo y la tome estrechándola.

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