XV

5 1 0
                                    

El año escolar había terminado, habían pasado 6 meses desde que Ji-yong y yo dejamos de hablar, mi vida tenia un balance en cuanto a la escuela, y la familia. Mi hermano me dio la canción con ritmo y letra, me dio una USB con el instrumental y la canción cantada por alguien, desde hace 5 meses que la tenia en mi cajón con llave, la escuchaba cuando estaba deprimida, la bautice como "mi canción triste", pero ese era mi secretito; otra chica termino haciendo el comercial, y Ji-yong escribía canciones para un grupo de música llamado BTOB.

Mis amigos estuvieron mas cerca de mi, mientras que mama estuvo cada vez mas lejos, ayer me dijo que tiene un novio desde que llegamos aquí, me dijo que nos mudaríamos con el y su hijo, porque venia uno mas en camino, lo cual me dejo estupefacta, pero era mi mama y debía entenderla así como apoyarla y ayudarla. Conducía a una velocidad razonable mientras yo solo miraba a la ventana, el camino me parecía conocido, pero quizás lo vi en mis sueños.

Aunque nunca lo he dicho en voz alta... Extraño a Ji-yong, todo el maldito tiempo que permanecimos alejados uno del otro mientras nos evitábamos, fue en vano para mi, todas las noches lloraba mientras escuchaba mi canción triste, abrazaba el collar que le compre, y me deshacía. Creía que estar sola seria mas sencillo de lo que resulto ser tan malditamente difícil, una sensación que no le deseo sentir ni a mi peor enemigo, tenia ganas de abrazarlo, de besarle, de pedirle otra oportunidad y jurar que jamas le haría sufrir de nuevo, pero el orgullo debe ser mas fuerte que cualquier otra cosa.

Todo era mas difícil desde que nos distanciamos, soy una idiota, lo único que se torno mas sencillo fue la escuela, las materias eran mas sencillas que antes porque comencé a prestarles mas atención, pero el resto del tiempo era complicado, como siempre, mama no estaba en casa nunca, y ahora mismo se creía con derecho a llamarme hija y subirme al maldito auto.

- Como se llama? - dije sonriendo falsamente, últimamente se me daba muy bien hacerlo, tendría que vivir el resto de mi vida así, por eso perfeccione la técnica.

- Para que quieres saberlo pequeña? - dijo mi madre

- Para que cuando lo salude, pueda hacerlo de forma educada llamándole por su apellido - dije mirando a la ventana

- Prefiero que lo veas tu misma, según se ya le conoces - dijo sonriente

Comencé a analizar las miles de personas del sexo opuesto a quienes conocía, y a todos mayores de 17 años, o quizás mi madre estaría saliendo con Taeyang o Top?, me reí ante la idea.

Llegamos a una casa que no reconocí pero se me hacia bastante conocida, como un deja vu, sentía que ya lo había vivido antes, toco la puerta abriendo esta misma, quizás avisando que habíamos llegado, entramos y me recibió nada mas y nada menos que... EL DIRECTOR DE MI ESCUELA!!!.

- Eun-tak, que gusto verte de nuevo, ojala no te entristezca que sea tu padrastro, te aseguro que soy un buen sujeto - sonrió de forma tranquila y agradable, estuve a punto de sonreír cuando Ji-yong bajo las escaleras mirándome con indiferencia - Ji-yong, ella sera tu madrastra y ella tu nueva hermana - no me quito la vista de encima, pero yo ya no apartaría la mirada por mas tiempo, no soy la misma de antes, todo lo escondo con insolencia a las reglas de una dama - no seas grosero y di algo - dijo el padre cuando este llego al ultimo escalón

- Que asco verte de nuevo - me dijo fríamente - esa playera no te va, pareces africana

Las palabras a veces hieren, eso lo se perfectamente pero jamas me habían lastimado, me hacían enojar como ni si, mi pecho se contrajera, un nudo en la garganta se forma por la rabia, y mis ojos toman vida propia formado molestia en ellos y todas las variaciones posibles existentes, me importaba un carajo recibir criticas de todo el mundo, pero cuando le escuche lanzar las palabras como cuchillos de la boca de Ji-yong, me rompió en mil pedazos. Me seguía importando, y mucho, si el decía que eso me iba mal, sabia que era así aunque el mundo entero me dijera lo contrario.

For YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora