For You

XVI

Un sonido estresante comenzó a invadir por completo la habitación golpeando las paredes de un lado a otro hasta llegar a mis oídos adormilados, el sonido no se detenía y podía jurar que se hacia mas fuerte cada vez que salia de aquel dispositivo que seguía y seguía una y otra y otra vez diciéndome que era hora de despertar; mis ojos se abrieron regalándome pestañeos innecesarios que se provocados por la sensación de sueño.

Me levante frotando mis ojos con ambas manos, me senté en la orilla de mi cama mientras apagaba la alarma que había programado a las 4:22, mi madre se había ido hacia 22 minutos, y no podría despertarme, por lo que siempre lo hacia yo sola, me levante y camine somnolienta hacia el baño, el cual era el cuarto que estaba entre el cuarto de la ex esposa de el señor Kwon y la habitación del balcón.

Llegue y cerré la puerta con seguro, comencé a desvestirme sin encender la luz, así me había acostumbrado yo, llene la tina lo mas rápido que pude y me recosté dentro para despertarme, muchos pensamientos me inundaron en el momento, entre ellos y por cierto, el que mas resalto entre todos, fue el de hundirme en la bañera y no salir, lo medite un poco, analizando mis razones para vivir, tales como... Exacto, ni una sola.

Al principio exaltada, comencé a sumergirme hasta que cubrí el final de mi frente. Luego podía ver a mi madre, quizás un recuerdo que me vino de golpe, entretenida con mi hermano, después tragué agua y aún recuerdo como me quemaba el pecho, quería salir, añoraba salir, poco después llegó a mi una gran relajación, ya no pensaba en salir. Estaba todo oscuro pero recuerdo muy bien escuchar la voz el mismo Ji-yong reprochando por levantarse. Se intento abrir la puerta del baño y llamaron a la puerta, deje de escuchar lo que sucedía, deje de estar cociente, me sentía tranquila y parecía que ya no estaba ahí, ni siquiera escuche como se abrió la puerta, pero si sentí como unos brazos me sacaron de golpe hasta dejarme en el piso, el frió piso y tieso, pero luego, recupere la conciencia y la respiración exhalando agua, mas y mas agua en ligeros tosidos que eran similares al infierno en mi garganta. Me senté de forma rápida distinguiendo a ji-yong que me miraba con tranquilidad.

- Estas bien? - dijo asustado aun tomándome de los hombros

- S-si - dije recuperando de mejor forma la vista, aun estaba apagada la luz

- Que chingados te pasa?! - grito Ji-yong abrazándome y segundos después deshaciendo el abrazo

-Te diré que en esa fase de tranquilidad, no sufrí nada, es como si el cuerpo estuviera preparado para la muerte. No te puedo explicar mejor - le dije a Ji-yong recuperando aun el aire aun, el me dio una fuerte cachetada con su mano derecha mientras me balancee al lado contrario, fue tan severo en el momento, pero yo apenas podía ver y hablar un poco

- Porque querías suicidarte? - dijo mirándome directamente a mis ojos con lagrimas en los suyos

No me permitió responderle pues se levanto, me aventó una toalla y salio totalmente furiosos del baño. me seque con la toalla mientras pensaba en como llegue a ese punto, debí de hacerlo antes, seguramente no me faltaba mucho para morir, pude haber esperado un poco mas y decir adiós a este asqueroso mundo.

Salí de la habitación descalza para no hacer ruido, tenia solamente una toalla cubriendo la mitad de mi cuerpo, eran las 4 de la mañana y todo estaba en completo silencio, inclusive mi padrastro ya se habían dormido, por lo que creí que en el lugar adecuado nadie me escucharía llorar. 

Camine hasta la habitación que contenía el rompecabezas para cerrar la puerta y llorar en el balcón, así nadie podría escucharme y evitaría que Ji-yong checara las polillas de la casa, y así lo había planeado hasta que después de cerrar la puerta de la habitación y abrir la del balcón, me encontré con Ji-yong bebiendo lo que parecía ser una cerveza y soltó de la boca humo de cigarro, lo que me hizo pensar que estaba fumando en el balcón en el que yo pensaba ir a llorar, le mire de cerca admirando sus facciones que formaban una sonrisa casi cínica, mientras sus lagrimas recorrían su rostro. Quería quedarme a ver con detalle todo de el, cosa que no había podido hacer desde hace mas de siete meses, pero al creer que no me había notado, iba a irme hasta que su voz me detuvo, era una voz firme y un tanto baja, menor a los 70 decibelios, lo cual al principio me hizo dudar acerca de mi oído.