Classmate [Tachibana Makoto]

Parte 3

Hola a todos, de verdad me alegra mucho saber a qué todas las personas que leen, les gustan mis historias (bueno, no sé si a todos los que leen). Aquí les dejo la parte 3 de esta historia, espero sea de su agrado.

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(1) Tú nombre.

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— ¿Un desmayo? ¿De verdad? —preguntó otra vez Sora, sin creer.

— Sí —respondí —no sabes lo tonta que me sentí luego de eso.

— No es para menos. ¿Cómo te desmayas por algo así?

— ¡No estás en mi situación, así que no te burles! —Protesté —No sabes lo que se siente ver al chico que te gusta así...en especial si tiene un cuerpo como el de Makoto... —sentí que me avergonzaba una vez más al recordarlo. — ¡Ya no quiero hablar más de esto! —grité y tomando mis cosas, me fui del lugar.

Estaba en el patio, caminando entre el lugar cuando a lo lejos divisé a los chicos, quienes esta vez almorzaban sobre el pasto. Nagisa me detecto enseguida y levantó su mano, llamándome hasta el grupo. Cuando llegue todos me saludaron con una sonrisa, también estaba Kou, quien me invito a sentar a su lado... todos actuaban como si nada hubiese pasado y me sentí bien.

Las semanas pasaron y junto a ello muchas cosas ocurrieron; me habían incluido al club de natación pero solo apoyaba a los chicos puesto que no era buena dentro del agua. Los acompañé a algunas competencias y desde las graderías apoyábamos junto a Kou.

Era divertido y excitante.

— Buen trabajo —le dije a los chicos cuando nos encontramos fuera del gimnasio.

—Gracias. —habló Makoto con una sonrisa tranquilizadora.

— ¡Estuvieron geniales! —fue el turno de Kou, entusiasmada.

— ¿Quieren ir a comer algo? —ofrecí.

— ¿(1)-chan nos invita? —preguntó Nagisa con sus ojos grandes e iluminados.

— SÍ.

— ¡Waa! ¡(1)—chan es la mejor! —gritaron emocionados el chico de cabello amarillo y la pelirroja.

— Gracias, no deberías molestarte —añadió Makoto.

— No me molesta —respondí al mismo tiempo que Nagisa me tomó del brazo indicándome que conocía un buen lugar para comer, y cercano.

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— ¡Todo estaba delicioso! —soltó Nagisa mientras caminábamos de vuelta hacia nuestros hogares. Ya era de noche y poco a poco el grupo comenzaba a desaparecer.

Primero Kou, luego Nagisa y Rei, al final quedamos Haruka, Makoto y yo. Habíamos llegado hasta el cerró donde vivían ambos chicos, me despedí de ellos agitando la mano, mientras Haruka subía los peldaños. Mi casa estaba unas cuadras más arriba y me tocaba continuar sola.

Busqué entre el bolso mis audífonos y el reproductor para acompañar el viaje, pero antes de poner la música, sentí un suave agarré en mi brazo. Con el corazón en la mano, me giré y encontré la dulce sonrisa de Makoto.

— ¡Dios! —Exclamé —¿Por qué te gusta asustarme de esta forma?

—Lo siento —se disculpó —Te acompañaré hasta tu casa.

— ¿Eh? —me quede boquiabierta. —No es necesario —hablé un poco nerviosa.

—Es peligroso que una chica ande sola por las calles a esta hora.