Cápitulo 5. Primera cita.

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Toqué al timbre de mi casa, claudine se sorprendió al verme con una chica, y empezó a decir las típicas chorradas que diría una niña de primaria cuando ven a un chico y una chica caminando juntos.

Tras llegar ofrecí asiento a Soph, que miraba todo a su alrededor. Se sentó junto a Claudine, y empezaron a charlar mientras me daba una ducha fría.

Al salir me vestí con un chándal, pero se me veia bastante bien, de hecho, me lo puse precisamente por eso.

Para mi sorpresa Claudine estaba manteniendo una conversación normal con sophia, ambas sonreian y reian juntas, decidí no interrumpirlas, y pasé a la cocina.

Mientras cocinaba carne, noté que alguien entraba en la cocina. (Dije)

- Claudine, ¿te apetece carne para cenar?

- Tienes que hechar un poco más de sal por aquí, y héchale un poco más de aceite (noté que era una voz aguda, pero agradable)

- ¿Soph? (Me quedé perplejo al verla cojer las paletas y añadir especias a la comida, era impresionante la soltura que tenía)

- ¡Listo! Ahora ha dejarlo a fuego lento... (paro de hablar unos segundos, luego continuó hablando) este tipo de carne, es la que me hacía mi abuela, era para la gente que quería y apreciaba... (Miró hacia otro lado) po- por eso te la he hecho a ti...

- Soph... Muchas gracias, eres lo mejor que he encontrado aquí. (le sonreí)

-(vi como se sonrojaba) ¡va-vaya! ¡La carne se va a quemar si nadie la vigila!

- ¡E-es verdad! (Empezamos a charlar mientras cocinábamos juntos)

Durante la comida, estuvimos charlando los tres juntos, Claudine no paraba de preguntarnos cosas como si fuesemos un pareja, yo me reía muchísimo, ya que soph se ponía como un tomate, y sobre todo, había muy buen ambiente. Ambas me dijeron que era una persona muy agradable, y eso me alegró mucho.

Tras la cena, soph intercambió teléfonos conmigo y con claudine.

Escuché que claudine le dijo a soph que fuesen amigas, y ella no pudo evitar tener una gran sonrisa. Me dispuse a llevar a Soph a su apartamento en bicicleta, por el camino, ella iba sujeta a mi espalda para no caerse.

Tras llegar a la puerta de su bloque, me dispuse a decirle mis intenciones, sin embargo, ella habló primero

- Leo, quiero darte las gracias, pensé que iba a estar sola y eso..., pero no me dejaste sola, y encima, me has presentado a una amiga. Te debo un montón... (Se me acercó un poco)

- Esto... Soph, yo..., a mi... me gustaría...

- Leo, creo... que vas un po-poco rápido, ¿n-no?

- No... o sea... yo quería decir que si te gustaría salir... a cenar conmigo... ¿a solas?

- ¿E-eso es una cita?

- Es como lo quieras ver (sonrei)

- M-me haces feliz proponiendome eso, ¿sabes? Nos vemos el sábado que viene (Sonrió y se metio para su apartamanto)
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Al día siguiente, desperté de nuevo con claudine en mi cama, ella tenía sueño, ya que me había bombardeado con preguntas hasta largas horas de la noche.

Pasé un fin de semana tranquilo, fui ha hacer la compra con claudine, tomamos algo y volvimos a casa.

El domingo fue dia de juegos de mesa y sofá, no mucho que contar.

La semana volvió a empezar, las clases pasaban muy lentas, apuntes, mirar lo mucho que me atrae ayano y más apuntes, en fin, lo de siempre.

Cada vez prestaba menos atención a ayano, y eso me alegraba bastante, ya ni siquiera me levantaba a encontrar una excusa para entablar una conversación. Además, ella se relacionaba con los alumnos populares y me miraba con preocupación, de hecho, el viernes, se acercó a mi sitio y me dijo que tuviese cuidado con Soph, ya que como ella es una chica inpopular y apartada, iba yo a acabar igual que ella.

Un nuevo caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora