Capítulo 2. Una nueva ciudad

33 2 4
                                    

Desperté por la alarma de mi télefono, me levanté, y observé un mensaje de mi amigo Laru, deseandome mucha suerte.

Ya tenía las maletas preparadas y aquel día me esperaba mi familia en l cocina con el desayuno en la mesa, me extrañó la situación, ya que estab acostumbrado a prepararme un café y partir hacia el instituto.

Me despedí de mi familia con un abrazo y llegué puntual al aeropuerto, todo estaba lleno de gente y no conocía a nadie. Más tarde pensé que tenía sentido, ya que hay muchas de estas ciudades repartidas por el país, y en el mundo adulto, habrá muchísimas personas que no conocerás, por lo tanto es mejor así.

Empezarón a nombrar chicos y chicas por su nombre completo, uno por uno.

Y así fue, estuve esperando hasta escuchar mi nombre

Leon Nijima.

Presente! (Exclamé)

Avión número 4, segundo pasillo a la izquierda.

Cojí rápidamente mi maleta y mi mochila y apresuradamente llegué al avión.

Me sentaron junto a una chica de cabello liso, largo y rubio, pero de tono muy débil, diría que su cabello era más blanco que rubio, pero sus ojos eran aún más extraños, eran de un color verde azulado.

No intercambiamos ni una sola palabra en todo el viaje, pero pude observar que dibujaba fenomenal, tenía un cuaderno lleno de dibujos, de paisajes y personajes que ni yo podría haber imaginado.

Tras 4 horas de viaje, el avión aterrizó, entonces intenté despedirme de mi compañera de viaje, y antes de decir nada ella pronunció sus primeras palabras en un tono muy suave, su voz era aguda, pero no desgradable

- Te... gustan mis dibujos?

- ¿Te diste cuenta de que los miraba?

- No era tan difícil percararse, ¿sabes?

- Lo siento...

- No te preocupes, soy Sophia, Sophia Levèdev

- Yo soy Leon, Leon nijima.

- Encantada, bueno, he de irme, un placer!

Me quedé unos segundos pensativo, lo primero que pensé fue, sabía que era extranjera, y lo segundo fue que no sabía hacia donde tirar, había un señor citando nombres y casualmente volví a ser citado, y acto seguido guiado hacia mi apartamento.

Por el camino nos explicaron que eramos la primera promoción que tenía apartamentos mixtos, es decir, apartamentos para parejas de sexo opuesto. Y que debido a las molestias, la beca por estudiar viviendo de una forma más incomoda sera ligeramente mayor, me puse contento al escuchar lo de la beca, ya que no me importa compartir apartamento con una chica, me considero un chico respetuoso y callado, además es una oportunidad de conocer a amigas, que apenas tengo la verdad.

Finalmente llegué a mi apartamento, situado lejos del instituto pero en una zona con un parque acojedor y buenas vistas,dentro, estaba todo amueblado, con un salón con sofá cama, un televisor nuevo, una cocina, un baño y dos dormitorios, parecía mentira todo lo que veía la verdad. Ni que yo fuese alguien con derecho a lujos!.

Coloque todas mis cosas en mi habitación y me tendí en la cama, pasó el tiempo, ya eran las 5 de la tarde y habían pasado tres horas desde que llegué, mi compañera no apareció en ese tiempo, como ya no iba a esperar más para dar la bienvenida, decidí levantarme y explorar la ciudad.

Caminé por las calles de la ciudad, no veía ni un solo adulto, ni a nadie solo como yo iba, pero en fin, eso me importaba bien poco. Localicé la escuela, mi lugar de trabajo para contribuir a la ciudad y diversos sitios que me llamaron la atención, sobre las 6 y media me senté en una mesa de una cafetería que me pareció acojedora.

Pedí un café, como de costumbre y empecé a mirar mi teléfono, sin muchos mensajes la verdad. Da un poco de pena, pero normalmente tengo el móvil vacío, solo hay mensajes de Laru, y mi familia.

Sonreí con una mirada vacía y me dije mi mismo que iba a dejar de ser un chico del montón aquí. Mis pensamientos fueron interrumpidos por una libreta roja cayendose al suelo, al lado mía.

La recojí y subí el rostro, para mi sorpresa, la encontré alli.

- Ayano... Fukawa..

Un nuevo caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora