Lo Que Sucede, Conviene.

317 15 4
                                    

Cuando Macarena salió de la enfermería vinieron a recogerme la bandeja, me eche a dormir, por la tarde casi noche ya me habían dado el alta, fuimos a cenar no había nada interesante en verdad, alguna que otra bronca pero nada, acabamos de cenar y fuimos a las duchas, ya me había acabado de duchar y lavar los dientes, entra Macarena asustada, abre la puerta de un baño y había una presa, pidió perdón, entró en otro y me llamó al ver que no iba me volvió a llamar.

Macarena: ven, ven, corre.

Yo con una sonrisa en la cara fui donde ella, entramos juntas al baño. Estaba ella muy asustada y yo al verla con un móvil me asuste también, cerró la puerta.

Macarena: se lo robé ayer a Palacios.

Dijo enseñándome el teléfono que la estaban llamando.

Macarena: ¿que hago? ¿Que haces?

Dijo cuando vio que cogí la llamada.

María: shh.

La dije para que callara.

María: dígame.

Palacios: hola, so... Soy el dueño del teléfono.

Tenía el dedo índice puesto en mi boca y media sonrisa.

María: hola, si, si, estaba esperando su llamada.

Me quite el dedo de la boca, Macarena me dijo que bajara un poco la voz y lo hice.

María: lo encontré en el autobús, en el 122.

Palacios: agg, claro es el que cojo para venir a trabajar, tuve que perderlo ahí.

María: si quiere quedamos mañana y se lo devuelvo.

Macarena me hizo un gesto que quería escuchar, me cambié el teléfono a la oreja derecha y ella también escuchaba.

Palacios: si, si, por favor, no sabe cuanto se lo agradezco, ¿y donde quedamos?

María: eem... En... En la estación de Sotillo, en la estación de tren hay una rotonda, hay ahí un monumento como con forma de grifo.

Macarena y yo nos echamos a reír en bajo.

Palacios: si, si ya se donde es, no sabe cuanto se lo agradezco eeh, mi nombre es Antonio.

Mire a Macarena sin saber muy bien que nombre decir.

María: el mio Asun.

Palacios: encantado Asun, ¿si quieres te digo como soy para que me reconozcas?

María: vale, claro, claro.

Palacios: eeh, mira soy moreno, así fuerte.

Macarena me miró y dijo por lo bajo que estaba gordo, aver Palacios también se estaba columpiando un poco, y no, no estaba precisamente fuerte, estaba gordo, se tenia que decir y se dijo.

Palacios: eeh... tengo gafas.

María: eeh, vale, vale, yo soy...

Mire para Macarena y sonreí.

María: yo soy, rubia, así delgadita y muy guapa.

Macarena sonrió y yo también al verla sonreír.

Palacios: eem vale, bueno pues mañana nos vemos.

María: vale mañana le veo.

Palacios: y tuteame por favor.

María: muy bien Antonio pues hasta mañana.

Palacios: hasta mañana Asun.

Colgamos la llamada y Macarena salió, yo la mire y sonreía al verla, me encanta esta mujer, me enamoré desde que la vi, es preciosa. Me terminé de vestír, me lave los dientes y me eche en la cama, nada más tocarla me dormí, a la mañana siguiente suena la alarma, hago la cama, y me voy al comedor, desayunamos, yo miraba mucho a Macarena, pero ella no me miraba a mi, acabamos de desayunar y me tocó ir a recepción, estaba mirando unas cosas y viene Macarena con Valvuena.

vis a vis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora