La rubia podía ver todo negro, no sabía donde estaba, le daba taquicardia de solo pensarlo.
Pero podía divisar algunas voces en el fondo, preguntando cosas medicas que ella debía saber ¿signos vitales? ¿Que le pasó? Supongo que era obvio acababan de intentar ahorcarla.Pero de quien si se acordaba era de Alex. Su hermoso rostro aterrorizado cuando el hombre se había subido sobre ella. No quería pensar más, solo quería estar lejos, con su chica en algún lugar remoto donde ahora no las encontraran. ¿Remoto? ¿Encontraran? Si, por que las matarían después de saber que la dejó con vida.
Piper pudo sentir las luces en su rostro y comenzó a poder despertar. Intentó abrir los ojos pero las luces se hacían más fuertes cada vez que intentaba abrirlos. Pero, cada vez que lo intentaba volvía otra vez al comienzo. Último intento, los abrió por centésima vez hasta que sus ojos se acostumbraron a la horrible luz que yacía sobre su cara.
—No pensé que despertarías tan rápido—dijo una voz conocida.
—¿Donde estoy? ¿Que haces vos acá?—preguntó la rubia.
—Me asignaron a enfermería, y estas en la central.—dijo la voz.
—Zel, ¿cuanto tiempo estuve inconsciente?—preguntó.
—Unas dos semanas, sinceramente pensé que serían menos, pero otra vez Piper Chapman me sorprende.—dijo apoyando su mano en la camilla.
—No hagas eso, me duele la cabeza como el infierno—acotó la rubia adolorida.
—Déjame revisarte—dijo la pelirroja.
Así estuvieron entre preguntas y respuestas por un rato, pues la rubia parecía no asimilar del todo que había pasado.
—Supongo que no soy buena cumpliendo mis promesas—acotó Zelda.
—¿Que queres decir?—preguntó intrigada.
—¿Te acordas que te dije que no te salvaría?—miro con una sonrisa a la otra joven.
—¿Vos...?—preguntó Piper ahora recordando cada maldito segundo de ese lugar, desde ella hasta Alex...—Alex...—dijo la rubia al recordar a la mujer de sus sueños.
—¿Ella?—preguntó sin entender la pelirroja.
—¡¿que mierda le hiciste?!—gritó tirándola contra la repisa más cercana—Si la tocaste juro que voy a matarte—dijo sin más.
—Para tu suerte, no se donde esta tu novia—dijo.
—¿no?—preguntó la rubia.
—No, solo no estaba ahí cuando me di cuenta—dijo la pelirroja.
—¿Esta viva?—preguntó la joven.
—Estaba herida, probablemente no—dijo sin más desviando su vista—capaz no vayan a asesinarte por dejarla vivir.
—¿No piensas que podrían haberte dicho de matarme pero sigo viva?—preguntó Piper.
—No, yo no soy— dijo sin más.—Podes irte, tus cosas están en tu casillero, agarra lo que tengas que agarrar y Deberías irte.
—Bien—dijo sin dirigirle la mirada.
La rubia vestía un body color azul marino, era lo que les daban en su trabajo cuando Alguien estaba mal herido o casi al borde de morir, que suerte la suya.
—¡Por dios, Piper!— gritó otra voz conocida.
—Lor—corrió a abrazarla.
—Pensé que habías muerto—dijo—¿Como esta Vause?—diciendo su nombre en voz baja.
—No lo se, pero es algo que voy a averiguar— dijo la rubia.
—Suerte con eso,dicen que no la pueden encontrar, eso es bueno para ustedes—dijo la mujer.
—Si...—dijo algo triste la mujer—Lor, tengo que irme—despidiéndose de su amiga.
La rubia no le dió la oportunidad de responder pues las lagrimas estaban amenazando con salir y ella no quería que la vieran. Salió casi
Corriendo a sus casilleros para poder sacar
Lo que necesitaba y salir de ahí, pero algo
Llamó su atención en ese momento, una nota.40°43'40"N 73°47'40"W · 15,4 m
Otras malditas coordenadas, ella sabía que revisaban lo que entraba de afuera, debieron revisarlo con más cuidado, pues la rubia ahora estaba corriendo para ir por su auto hasta donde le indicaban las coordenadas.
La joven cuando consiguió su auto, condujo unos 15 kilómetros, hasta llegar a donde las coordenadas demandaban. Estas la llevaron a Queens.La rubia quería llorar de la emoción, había una posibilidad de haberlos encontrado, de haber encontrado a Alex.
Las coordenadas la llevaron a una casa, era bastante modesta pero linda de todas maneras
Piper no se hizo esperar y tocó la puerta, esperó por varios minutos los cuales parecían una eternidad para la rubia.—Piper—dijo Aaron cuando abrió la puerta—pensé que estabas muerta.—abrazándola.
—Estoy bien—dijo.—¿y Alex?—preguntó.
—En la cocina, le va a dar mucho gusto verte—dijo dejándola pasar al interior de la casa.
Piper casi corrió por la casa para ir por la morena, llegó a la cocina y pudo ver a la hermosa mujer, de espaldas sentada leyendo una revista.
—Alex...—dijo haciendo que la joven se sobresaltara.
—Pipes...—dijo con sorpresa en sus ojos
🍱i'm back bitch🍱
COMO SABEN ESTA ES LA SEGUNDA PARTE, Y ESPERO QUE LES GUSTE. ESTOY PENSANDO EN HACER ALTO MARATÓN ASÍ QUE TENGAN PACIENCIA.