Four

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—¿Por que estas tan apurada?—Preguntó la morena sentada en la cama.

Necesitamos irnos, probablemente quieran saber donde estamos, entonces, debemos irnos. Dijo la rubia desesperadaa " no quiero que te hagan daño"

—¿Por que nos encontrarían?—preguntó atrayéndola hacia ella—No saben donde estamos Pipes—

La morena comenzó a besar a la rubia tiernamente para poder calmar su ansiedad, pero a estas alturas, ni los besos de la morena podrían llegar a dar resultados, pero todavía sentía ese cosquilleo de amor en el estomago.

—Tenes razón—mintió. —No pueden encontrarnos, por lo menos no ahora—besándola de nuevo.

—Tal vez podríamos hacer algo para relajarnos, como ir a algún lado, o pasar la tarde juntas haciendo otras cosas—tocando el borde de su remera —prefiero la segunda opción—

—Acepto—dijo para comenzar a besar a la morena de una forma voraz, llena de apetito, mordiendo sus labios cada que podía, probablemente dejaría rojos esos oa ios que ahora proclamaba como suyos, y era lo que planeaba.

Ambas se tambaleaban por toda la casa hasta que llegaron a un sillón lo bastante cómodo para que la morena tirara a la rubia sobre este sin dejar de besarse.

La mayor fue dejando besos húmedos por todo el cuello de la rubia, para poder encontrarse con sus hermosos pechos proclamando un poco de atención por su boca.

Por arriba de la prenda que portaba la rubia, comenzó a rodear sus pezones con su lengua mientras sus manos bajaban por la espalda baja de su acompañante.

Piper estaba extasiada, no podía evitar gemir cada vez que Alex le daba una caricia, cada vez que sus manos rozaban su delicado cuerpo, ahora bastante sensible por las caricias de la lengua de la morena, las cuales fueron bajando para encontrarse con su abdomen.

Alex repartió besos por todo el lugar hasta que le hizo una seña a Piper para que se pusiera en una posición más cómoda, quedando en cuatro.

Como pudo, comenzó a retirar el pantalón ajustado de la rubia, pues se interponía con lo que deseaba hacer.

La rubia comenzó a sentir un malestar en su abdomen, un dolor y unas ganas enormes de vomitar, por lo que paró los movimientos de la morena sin previo aviso, y salió corriendo del lugar.

Después de vaciar la mitad de su comida en la taza del baño, la joven fue por la otra quien la miraba expectante.

—¿Estas bien?—preguntó preocupada—eso no se escuchó bien.
—Perfecta, pero creo que ya la segunda opción no es una—dijo haciendo notar su mal estar.
—Esta bien bebé, voy a descansar un rato, si necesitas algo voy a estar ¿si?
—Claro—dijo sin más para darle un beso a la mujer.

Piper solo podía pensar en el test que hizo hace meses, el que dio positivo, por que si, estaba embarazada y no era algo que planeara seguir, no importa que dijeran.

El timbré irrumpió sus pensamientos cuando comenzó a sonar sin parar.
La rubia se levantó a regañadientes para atenderlo, sin embargo, no había nadie, salvo una decorada caja con un moño en esta.

Piper entró la caja, temiendo lo que podría haber dentro, aunque no demasiado, era chica por lo que no podría ser un arma biológica.

Se dispuso a abrirla, y cuando lo hizo su corazón dejó de latir, cada parte de su cuerpo estaba congelada.

Era un test de embarazo, su test de embarazo, junto con un babero, y una nota perfectamente lisa y decorada con el papel más elegante que pudiera haber.

"Felicidades por el bebé, ni te atrevas a tenerlo con Vause, aléjate o vamos a ir por ella"

Era lo único que decía, pero su sangre estaba helada, por un momento dejó de pensar, su cerebro dejó de funcionar cuando leyó ese maldito trozo de papel.

Agarró su cabeza entre sus manos mientras calculaba su próximo movimiento a mil por hora. Pasó así unas horas hasta que ya sabía lo que haría, y era, hacerles caso.

Subió a la habitación de su novia, donde esta descansaba plácidamente en su hermosa cama. Piper creía jamas haber visto persona más hermosa, quería recordar cada gesto de su linda cara.

Mientras agarraba una mochila, fue por toda su ropa y sus pertenencias. Otra vez dejaría a la joven, pero esta vez, se aseguraría de no dejar nada sin cabos sueltos, su antiguo plan no funcionaría, este era concreto.

Memorias pensaba ella.

Cuando terminó de recoger toda su ropa, llamó a Aaron, quien no dudó ni un segundo en reprocharle de dejar a la morena, pero la rubia lo hizo callar diciendo que tenía un plan, para acabar con todo y todos si era necesario.

Le dijo que iría por su auto y lo vería en su antigua casa, así no levantaría sospechas, o por lo menos les demostraría que la dejó.

Pero antes de todo, la rubia decidió dejar una nota, no se despediría con la morena consciente, no era tan fuerte.

Su mano comenzó a temblar al escribirle todo a la morena, y sus lagrimas, parecía un mar, sus ojos completamente rojos y todo por lo que había luchado tirado a la basura.

a Veces te veo tan lejos, que no pareces real, Inundo mi mente pensado En vos, parece uNa fantasía EN mis sueños más mórbidos. Donde solamente vos acaparas toda mi atención. Pero te espero, ojalá el destino logre reunirnos. Te amo.
No me olvides, MORENA , todo lo mío eS tuyo, perdóname por tAnto, por tanto doLor, pero es lo que tengo que hacer, no es una venganza, es la dulce enmÍenda que no puede cicatrizar, DEsde luego te ruego, dulce mujer, que me perdones por lo que mAs aHneles, mÍ amor.
Sos lo que QUEMA TODO en mi interior.

Y con todo eso, la joven rubia dejó al lado de la carta al babero con las dos notas, y el test de embarazo, no podía enviarle más señales, solo era cuestión de vista que la mujer se diera cuenta de la carta.

La rubia salió, y se dirigió al mismo auto en el cual llegó, para poder irse intentando no mirar atrás.

Horas después,una muy agotada mujer se despertaba de un sueño profundo, se levantó, y llamó a la rubia quien no respondió a su voz.

Se dirigió a la puerta de su cuarto, y mencionó otra vez su nombre para no tener respuesta.

—¿Pipes?—preguntó bajando a la sala donde pudo ver una nota junto a una caja en una mesa en medio de la sala.

La morena comenzó leerla y sus ojos se llenaron de lagrimas, comenzó a temblar y a sentir que le faltaba el aire cuando sus ojos pudieron visualizar el test de embarazo.

Pero sobre todo, prestó atención a las letras en mayusculas, o por lo menos más grandes que las otras. La morena comenzó a intentar descifrarlo cuando por fin pudo dar con la frase que intentaba ponerle en verdad.

—Por dios Piper—suspiró agotada.

DON'T DWELLWhere stories live. Discover now