Un nuevo reto

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Una vez de vuelta en Milky Way, Cástor, acompañó a Vega hasta su nueva habitación y dejó que se instalase mientras Tegmine se encargaba de hacer lo mismo con su invitado Libertas, por fortuna, cuando Rigel había construido la base con ayuda de personas de todos los clanes con los que pudo contar se aseguró de que contase con habitaciones de sobra para acoger a todo el que lo necesitase. Como estaban algo cansados del viaje de ida y vuelta y era bastante tarde Kaus y Antares, en calidad de cocineros decidieron servir la cena a base de sobras que había en la nevera del comedor.
-¿Y esto es todo lo que tenéis para darle la bienvenida a vuestro invitado? -Libertas miró los platos que habían servido con cara de asco.
-Si no te gusta puedes irte por donde has venido, sólo te hemos aceptado porque Antares confía en ti y porque es necesario para acabar con Cassiopea. -Spica clavó en él su mirada bicolor, siempre había tenido la lengua afilada y no dudaba en decir las cosas tal y como las pensaba, además se podía notar en ella que el joven del clan del Águila no le caía demasiado bien.
-Veo que aquí faltan tanto los modales como abundan los idiotas. -Contestó con bordería ante lo cual Spica quiso lanzarse a partirle la boca de un puñetazo pero Antares la detuvo poniendo la mano en el hombro de ésta.
-Spica, es mejor que lo dejes ¿sí? No estamos en momento de pelearnos entre clanes con todo lo que está ocurriendo, igual Libertas no es una persona fácil de tratar, pero es mejor que ignoremos sus comentarios y aceptemos sus críticas sobre batalla. -Comentó en un tono de voz suave, no quería peleas innecesarias en la base.
-Está bien, pero si de pronto le faltan unos cuantos dientes no sabré nada de ello. -Contestó algo exasperada.
Por fortuna la cena transcurrió sin ningún percance más, según acabaron se encaminaron a la sala de reuniones ocupando sus respectivos lugares junto a sus dioses. Libertas se mantuvo de pie al lado de una de las pantallas.
-Tal y como he visto las cosas en vosotras no estáis preparados para enfrentaros a Cassiopea, no duraríais ni medio segundo en su castillo, dudo que siquiera pudierais llegar hasta el final del laberinto de las celdas para encontrar al señor Rigel. No tenemos tiempo que perder, el rey Alderamin le está manteniendo con vida y el jefe está haciendo lo posible por ayudarle pero no sabemos cuánto durará, tenéis que entrenaros en la doble magia.
-¿Qué es la doble magia? -Preguntó Alrisha confusa, era la primera vez que oía aquello
-Deja que te explique. -Una sirena un poco más grande que la palma de una mano, de escamas blancas y cabello de agua saltó de la cabeza de la pequeña Sadalsuud. - Todas las magias de los ochenta y ocho clanes den Plejadë forman parte de los seis elementos: agua, tierra, fuego, aire, luz y oscuridad, por ejemplo, la magia de Antares y el clan Escorpio es una magia de arena por lo tanto pertenece al elemento tierra. Sin embargo, nosotros, los dioses tenemos nuestra propia magia que no siempre coincide con la de nuestros guardianes, mi magia por ejemplo es de viento, pero la de Sadalsuud pertenece al elemento agua. Los guardianes pueden llegar a controlar tanto su magia como la nuestra, poseyendo así dos elementos o simplemente uno más fuerte, aunque en los dioses tenemos un elemento añadido, el vacío, el elemento más poderoso y peligroso.
-Entiendo... Entonces tenemos que dominarla pronto para ser más fuertes. -Apretó los puños con decisión.
-Eso vais a hacer, os voy a dividir en grupos. -Contestó Libertas. -Los Doce Dioses del Zodiaco tienen magia de los cuatro elementos principales, cada grupo se irá a un clan a entrenar, os enviaré con verdaderos expertos en cada elemento así que no os preocupéis por ello. Alrisha, Antares y Tegmine, vuestros dioses pertenecen al elemento agua, por lo que iréis con Sualocin al clan del Delfín, es la mejor sacerdotisa y una verdadera sabia en cuanto al agua. Sheratan, Algedi y Regulus, los vuestros pertencen al fuego, y no hay nadie mejor que Ankaa, Nair y Cymbae para ayudaros, las tres hermanas del clan del Fénix están en armonía con las llamas. Póllux, Cástor, Zubeneschamali, Vega y Sadalsuud, vosotros tendréis que aprender a manejar el viento, para ello iréis al clan más sepentrional del planeta, el clan Vulpécula, los gemelos Lucida y Anseris son sus líderes, os enseñarán todo lo necesario.
-¿Yo también? -Preguntó Vega, no era una queja pero no se esperaba aquello.
-Sí, si no recuerdo mal nunca has peleado, tu magia es útil pero no creo que puedas pelear en condiciones sin manejar el elemento. Por último, Kaus, Elnath y Spica, vosotros sois los guardianes con dioses del elemento tierra, vosotros iréis a las estepas del clan del Caballo, Kitalpha cuidará de vosotros y os enseñará todo lo necesario.
Todos asintieron, si aquello les ayudaba a pelear contra Cassiopea y acabar con aquella pesadilla tenían que conseguirlo.
-Salís mañana por la mañana. Tenéis que prepararos, vais a estar dos semanas fuera así que llevaos lo necesario, pero recordad que esto no es un campamento sino un entrenamiento. Elnath, el equipo de agua necesitará una nave especial, el clan del Delfín vive bajo el agua, dales una nave que aguante la presión y la sal.
-Espera ¿vamos a estar bajo el agua? -Antares le miró sorprendido.
-Por supuesto ¿qué esperabas de un clan marino? ¿Que viviese en un desierto como tú o como Sheratan?
-Creo que intentaré aprender de la pequeña Polaris, si no la has nombrado es porque ella ya la conoce ¿verdad?
-Sí. Yo aprendí a usarla nada más me convertí en la guardiana de Ursa Minor, al igual que mi hermana. -Respondió ella.
-No, la princesa Polaris tiene que entrenar algo diferente conmigo, te toca ir al clan del Delfín. No tenéis mucho tiempo y estaréis cansados, id a prepararos para mañana y a dormir. -Ordenó algo molesto.

Mientras tanto, en el castillo de Cassiopea Giennah y Alpheratz se dedicaban a entrenar con su compañero, nadie le había visto nunca el rostro, parecía que sólo Gamma sabía quién era en realidad aquel muchacho, ni siquiera decía su nombre así que Giennah había decidido apodarle "Black" ya que llevaba una túnica negra en lugar de la capa morada de Cassiopea.
-Oye, Black. -El cuervo se estaba entreteniendo acertando en una diana con unas dagas dando de espaldas. -¿Cuándo vas a decirnos quién eres? Sólo sabemos que eres un tío fuerte y que nunca hablas de ti mismo. Ni siquiera sabemos qué guardián eres.
-¿Quién dice que tenga que ser un guardián? La fuerza no depende de tener un dios que te de su ayuda y puedas pelear con él. La fuerza depende del esfuerzo que le pongas.
-Así que no eres un guardián como nosotros. -Contestó la princesa peleándose con un saco de boxeo.
-Puede que sí... O puede que no. Todo llegará en el momento justo.
-Ugh, siempre con enigmas ¿no puedes ser un poco más... Simple? -La joven comenzaba a molestarse un poco por el comportamiento de su supuesto compañero, no sabía si podían confiar en él, su madre aseguraba que era un asesino sanguinario pero ellos no habían visto más que alguien que se quedaba de fondo sin mover un dedo por ayudarles aún cuando estaban en problemas.
Black se encogió de hombros, no le importaban las peleas que se estaban librando, sólo le importaba una y aún no había llegado el momento de librarla.

En Milky Way todos se habían acostado salvo Antares y Alrisha, la muchacha del clan Piscis fue sorprendida por el escorpión.
-Es raro verte despierta tan tarde. -Dijo con suavidad mientras se acercaba a la fuente en cuyo borde se había sentado ella. -Te vi desde el balcón de mi habitación y pensé en bajar por si te pasaba algo ¿no puedes dormir?
-Algo así... Han sido demasiadas emociones fuertes en muy poco tiempo... Mi vida ha pegado un giro de ciento ochenta grados y no puedo hablarlo con mi madre quien es de la que necesito que me explique todo...
-¿Que te explique todo? -Ladeó la cabeza
-Pisces me dijo la verdad sobre mí y no sé qué hacer, de pronto me he dado cuenta de que no se nada sobre mi madre ni sobre mi propio clan, ayer creía que era una simple granjera con un padre que murió de una enfermedad y hoy descubro que mi madre era la reina y mi padre el rey...
-Pero eso es algo bueno, enana. -Le revolvió el pelo, aquella chica empezaba a caerle muy bien. -Siempre te has sentido inferior a todos nosotros por no ser de la realeza, nosotros siempre hemos pensado en ti como a una igual, pero tú no te veías así, igual ahora que realmente eres una princesa dejas de sentirte inferior a todos nosotros.
-No es sólo eso... Desde que se formó Fallen Stars he sido fan, cada día soñaba con ser una más del equipo, os admiraba y admiro... Y verme de pronto rodeada de gente tan fuerte me abruma, no se si estoy a vuestra altura.
-Pero si podrías darle una patada en el culo a Reg. -Le dio una palmada en la espalda. -Si lo haces por favor grábalo. -Se rió. -Llevas aquí poco más de un mes y te has convertido en una guerrera increíble.
-Me lo dices tú que eres uno de los más fuertes del grupo... Y yo ni siquiera soy capaz de asumir la muerte de mi familia
-Bueno, no es que me sienta orgulloso de tener tanta experiencia... Pero sé como te sientes. Mi mejor amigo y mi hermana murieron frente a mí hace unos años, mi debilidad provocó aquello y aún sigo sintiéndome culpable, nunca le he contado a nadie esto, eres la primera en saberlo, así que será algo así como nuestro secreto.
-No lo sabía... Siento lo ocurrido, Antares.
-Tranquila, pequeña, estoy bien, se que Ras y mi hermana me están viendo y lo único que quiero es que estén orgullosos de mí, tú puedes pensar lo mismo, tu madre, tus hermanos, tu verdadero padre... Se que ven lo mucho que te estás esforzando.
-Gracias Antares, me alegra mucho hablar contigo, siempre sabes qué decir. -Sonrió suavemente. -¿Y tú por qué estás aquí?
-Eh... Bueno... Pues yo... ¡Demasiados secretos por hoy! -Apartó la mirada buscando cómo acabar la conversación.
-¿Es por algo del viaje al Clan del Delfín? -Preguntó.
-Puede, el agua y yo no nos llevamos bien.
-¿No sabes nadar? -Preguntó con timidez, no sabía si aquello sería verdad.
-Bueno, no es tan raro para mí. N-no hay apenas sitios para aprender en mi clan, vivimos en un terreno muy árido, así que sí, no se nadar, pero no se lo digas a nadie ¿vale? No quiero que se sepa, uno tiene su reputación de chico duro ¿vale?
-Será un secreto. -Hizo el gesto de sellarse los labios con una llave. -Como estamos en el mismo equipo en el entrenamiento podré ayudarte con la natación, el clan Piscis está lleno de ríos y lagos, así que para nosotros el nadar es algo muy normal, somos como peces, nunca mejor dicho.
-No se... El agua es fría y húmeda, no me inspira confianza, y además hay animales peligrosos en el mar ¿has visto lo terribles que pueden ser los Leviatanes? Nos comerían sin dudarlo un segundo.
-Antares, los Leviatanes son criaturas de las leyendas, nunca se supo si realmente existían, y además las ciudades de los clanes marinos están protegidas con barreras mágicas para que evitar que animales peligrosos se acerquen, no habrá ninguna clase de peligro.
-Está bien, confío en ti, peque. -Le revolvió el pelo sonriendo. -Ahora que ambos estamos más relajados deberíamos irnos a la cama ¿no crees? Mañana nos espera un viaje bastante largo hasta el clan del Delfín y tenemos que estar preparados para entrenar.
-¡Sí! -Se levantó de la fuente y le siguió hacia los dormitorios preparada para afrontarse a la nueva aventura.

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