Capítulo 4

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Harmony se levantó del claro césped, y miró a su alrededor.

Tenía que estar soñando, pensó. Y lo estaba, pero por alguna razón no podía salir de ahí.

Se dispuso a explorar el lugar, el cual parecía sacado de un cuento. Entonces vió una casa.

Era pequeña, de madera, con dos ventanas cuadradas y con algunas hojas de los árboles altos que se mecían alrededor.

Tocó la puerta un par de veces con los delicados nudillos de su mano derecha, pero no parecía haber nadie, así que se marchó de ahí.

Siguió explorando, hasta que algo que vio, la petrificó. Era un lobo, el cual gruñía con fuerza, amenazando con saltar al cuello de su víctima.

La chica contó hasta tres, y usó todas sus fuerzas para correr. Pero cada vez que alguien corría, siempre tenía que tropezarse con algo.

Y eso fue justamente lo que pasó.

Por suerte, antes de caerse se sujetó con las manos, y evitó hacerse heridas desagradables.

La respiración de Harmony estaba agitada debido a la adrenalina que sintió en todo su cuerpo, y amenazaba con hacerla vomitar.

Su cuerpo no podía resistir aquello, y se puso las manos en el pecho, tratando de ralentizar su inhalación.

De repente, vió unos botines y levantó su vista.

-Buenos días, le espera el príncipe en el castillo, acompáñeme.-Dichas palabras sorprendieron a la chica, quien se asustó.

-¿Por qué? ¿qué príncipe? Yo no conozco a ninguno, ¡¿y este sitio qué es?!-Se alteró.

-Su alteza quiere verle.

-¡No! ¡Yo me voy a mi casa!-Gimió, a punto de salir corriendo.

-Señorita, son las órdenes del príncipe, no me obligue a usar la fuerza. Acompáñeme, por favor.

Harmony suspiró, y siguió al guardia real con temor.

Cuando llegó, no sabía lo que era estar en un lugar enorme, hasta que fue llevada al palacio.

-Su excelencia, ha llegado la invitada.-Dijo, con su voz grave, a través de una puerta, en posición recta.

Harmony escuchó una voz decir "Adelante."

-Esto es enorme... Dónde...-Se giró para ver mejor el lugar, pero de repente, aquel guardia se había ido.-¡Oye!-Dijo con la esperanza de que quien la acompañaba apareciese mágicamente, pero sólo escuchó el eco de su voz, perdiéndose en el ancho pasillo del palacio.

Fue dejada en un sitio que desconocía, y delante de una puerta que no sabía si debía abrir.

Después de meditar durante un momento, decidió abrir la puerta, con su pequeña y delicada mano.

Dentro encontró a un chico de rostro serio, cabello liso de oro con un corte asimetrico pero formal, y ojos gélidos, quien tomaba té de jazmín en una distinguida taza, de forma silenciosa, mientras reposaba en una butaca victoriana.

Al ver a su invitada, dejó la taza de porcelana que sostenía con la mano izquierda, en la mesa.

Hermony se quedó atónita. Miles de recuerdos empezaron a aparecer en su mente, impidiéndole pensar con claridad, haciendo que pusiera su mano en su frente, por el dolor de cabeza repentino.

Recuerdos del pasado, aquél amigo que tanto había olvidado y no queria recordar...

Se sintió débil, y si no fuese porque todavía tenía la mano en el pomo de la puerta, habría perdido el equilibrio.

-Bienvenida al sacro reino de Lonzhope, soy Kasey Meller, príncipe legítimo y futuro rey-Habló con voz firme pero calmada.

-S-Su alteza... Me llamo H-Harmony... ¿Quiere algo de mí?-Preguntó, tratando de decir lo mínimo posible.

-Dejemos las formalidades para luego. Toma asiento, s'il vous plaît.

Ella obedeció, y con pasos cortos y lentos, se dirigió hacia el sofá del mismo estilo que la habitación.

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-¿Té?-Preguntó.

-S-Sí, por favor...-Se tropezó con sus palabras.

-He oido hablar de ti, ma chéri... Según fuentes cercanas a mi persona, he sido informado de que has cruzado un portal sellado, el que separaba este mundo de otro... ¿Es cierto?-Inquirió, y tomó un sorbo del líquido que quedaba de su taza.

-Supongo...-Estaba nerviosa por la apariencia de Kasey, y eso hacía que le temblase la mano en la que sujetaba la taza.

-Espero que así sea. No me gustaría que haya mentira alguna en este palacio... Una última pregunta, si vous me permettez.

-Claro.-Respondió ella.

-No es la primera vez que nos vemos, ¿verdad?-Preguntó, sabiendo la respuesta.

Al escuchar esas palabras, los recuerdos de su amigo reaparecieron en su mente, y derramó algo del té, que cayó al suelo.

-¿Tu vas bien?-El príncipe se levantó, preocupado, y se acercó a ella, tomándola de los hombros.

-¡Déjame!-Harmony gritó apartándolo, mientras cerraba los ojos con fuerza, sumida en confusión.-Perdón...-Dijo, cabizbaja, y se fue del salón.

Kasey se quedó en esa sala, mientras observaba la ventana, por la que podía ver a Harmony corriendo.

-Au revoir... Nos veremos pronto.-Soltó en un susurro inaudible.

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-...ny, despierta... ¡Harmony!-gritó Elisa, desesperada, agitando la chica por los hombros.

-Qué... ¿Cómo es que estas aquí? Dónde...-dijo, alargando la última palabra, a punto de desmayarse y cerrando los ojos.

-Tenía mis razones... Espera, ¡no puedes desmayarte ahora! Hay un problema...

-¿Cuál... Puede haber?-Susurró.

-Tu madre está inconsciente en el suelo con una especie de botella al lado...

-¿QUÉ?-Se agitó, y todo rastro de sueño desapareció de su rostro.-Dime que no está ebria por favor...

-No, el problema es que no sé qué es lo que tenía en su mano. Examiné el frasco, y encontré unos papeles en latín, como el objeto ese... Pero no pude leer mucho. Deberíamos esperar a que despierte, o eso dicen los papeles.

-Madre mía, vaya problemón... ¡Y todo por coger ese paquete estúpido!

-Cálmate, tu madre despertará, solo debes tener paciencia...

-No tenemos tiempo que perder, salva a mi madre, por favor...-Suplicó.

Pasó un rato, y cuando Harmony creía muerta a Michelle, ella abrió los ojos.

-Mamá, ¡mamá!-Intentó hacer que su despeinada y ojerosa madre le mirara.

-Hija... Estaba en un lugar... cálido, y vi... A tu padre.

Delirios De SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora