Dos niños pequeños jugaban alegremente en entre los verdes prados que únicamente se podían ver en Elysia. Ambos eran vigilados por su abuelo que sonreía al verlos. Tanto Sorey como Mikleo, eran lo más preciado para el anciano. Les crío desde que nacieron como si fueran sus propios hijos, cosa realmente difícil para serafines de su edad. Pero no solo por eso era feliz al ver aquellos niños, pues ellos representaban lo que muchos creían imposible. El pequeño castaño vivía feliz en ese pueblo de serafines, este podía verlos, hablar y jugar con todos. No se equivocó ese día en que le trajo consigo, Sorey y Mikleo representaban la esperanza que hacía falta en estos amargos días.
"-¿Zenrus, estás realmente seguro de que es buena idea que este niño esté entre nosotros?
Cuestionaba uno de los serafines de aquella aldea que observaba aséptico a uno de los bebés que Zenrus trajo consigo. El bebé que era humano. Ninguno podía ver con buenos ojos lo que el mayor pensaba hacer. Un humano viviendo con serafines no es algo que pueda ser posible.
-Shaun ¿Es tan raro para ti creer que este niño puede crecer con nosotros? -cuestionó mirándolo fijamente, lo que incomodó al Serafín, pues ese rostro denotado por la edad expresaba con mucha claridad su molestia. - ¿No eres capaz de ver la esperanza en él?
-Zanrus sabes muy bien que los humanos solo son fuente de malicia y calamidad. - respondió manteniendo su postura, estaba convencido que esto no era nada bueno.
-Eso lo tengo claro, he visto mucho más que tú en lo largo de mi vida... Y por eso quiero depositar mi fe en este niño. Siempre me he mantenido al margen viendo como la calamidad hace destrozos en nuestro mundo. Protegiéndonos únicamente a nosotros.
-Y es lo único que podemos hacer para permanecer seguros. -en aquella aldea de serafines apartada de los humanos estaban seguros bajo el dominio de Zenrus, pero por más fuerte que este sea no debían bajar la guardia en tiempos como estos.
-Es hora de que haga algo al respecto. Siempre he dicho que la convivencia entre humanos y serafines es imposible. Pero he visto algo en estos niños, estoy convencido que ellos serán la prueba de lo equivocado que he estado.
-¿Y por qué crees que este niño será diferente? Para los humanos es imposible no corromperse por la malicia. -exponía su preocupación aquel Serafín de tierra - Si eso sucede no podremos hacer nada al respecto. No tenemos el poder de purificación.
-Nosotros no, pero este niño lo tendrá.
-¿Qué es lo que quieres decir?
-Criare a esos chicos para que le entreguen luz a estos días llenos de oscuridad. Para que le pongan fin a esta era del caos."
Cada vez que recordaba el día que rescato a Sorey y Mikleo, de la catástrofe ocurrida en Camlann hace ocho años, solo podía pensar que fue una de las mejores cosas que ha hecho en los miles de años que lleva en la tierra. Incluso se cree incapaz de vislumbrar qué sería de su presente sin ellos. Esos pequeños ángeles se ganaron su acorazado corazón.
-¡Abuelo! ¡Abuelo! -gritaba el pequeño de cabellera castaña y alegres ojos verdes, corría tan rápido como sus piernas se lo permitían, siendo seguido por el infante serafín de agua. - ¡Abuelo toma! ¡Es para ti!
El pequeño Sorey con una gran y alegre sonrisa le entregó un joven tulipán azul, la pequeña flor aún no separaba sus pétalos, pero ya se apreciaba esplendorosa en las manos del niño. Recibió la flor y acarició los cabellos del chico.
-No es justo, me has ganado de nuevo Sorey. -explicaba el pequeño Mikleo. Qué también llevaba un tulipán para su abuelo.
-Fui más rápido esta vez y mis piernas son más largas que las tuyas.-decía orgulloso de si mismo.
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Sormik Week 2019 [Fanfic]
Random"Florecer" La historia de un Humano y un Serafín de agua, que sin darse cuenta se enamoraron de forma pura e inocente. Fanfic de Sorey y Mikleo. Celebrando la Sormik Week 2019