Andando entre los senderos del bosque que ellos mismos dibujaron en sus incontables excursiones en los alrededores de Elysia. Una vez más estos eran sus más fieles acompañantes. Sin lugar a dudas, para aquellos jóvenes no existía nada más emocionante que salir juntos y descubrir cosas desconocidas, incluso si aquello no ocurría y regresaban a casa sin haber encontrado nada nuevo; los dos disfrutaban de igual forma por el simple hecho de compartir la emoción de hacer lo que más amaban.
No muy atrás habían quedado los días en los que las prácticas y estudios eran un martirio. Claro, fueron casi dos años de mucho esfuerzo y sacrificio, incontables y extenuantes entrenamientos debieron realizar. No fueron días fáciles para ninguno, muy lejos estaban estos de ser placenteros... pero eran lo que necesitaban para volverse fuertes, para ponerse de pie codo a codo ante cualquier tipo de adversidad.
Sorey se volvió un buen luchador, tenía fuerza más que suficiente para enfrentar en un duelo a cualquiera de la aldea. Cosa que enorgulleció a todos. Aquel niño que todos vieron crecer se volvió un joven asombroso. El castaño con su perseverancia demostró a todos que, aunque sea un simple humano tenía el poder suficiente para protegerse a sí mismo y los suyos, que pueden contar con él para todo y que no le volverían a dejar atrás. Mikleo por su parte aprendió perfectamente lo que involucraron sus artes, logró dominar el arte del maná a total conciencia, claramente aún tenía mucho por mejorar... pero ese fue su primer gran paso, con aprender eso le bastaba por ahora. Pues el albino solo quería dedicar su tiempo a la persona que tenía a su lado.
- ¿A dónde vamos, Sorey? -preguntó con intriga mientras era guiado por el humano. Quien no le había soltado la mano en ningún segundo.
El albino era completamente consciente de lo que esa mano significaba para él y no quería soltarla. Aunque le latiera rápido el corazón por la cercanía de Sorey se mantenía calmado. Ya estaba más que familiarizado con ese sentimiento y le fascinaba la calidez que el castaño le provocaba. Ambos compartían aquella sensación, intuían lo que el otro sentías, pero no mencionan nada al respecto... La relación que tenían el uno con el otro no necesitaba de confesiones cuando conocían casi por completo el corazón del contrario..., pero, el fondo los dos deseaban poder expresarlo de alguna forma, y así de ese modo sin darse cuenta sus manos se entrelazaban al encontrarse con un casual toque, compartían significativas miradas y sutiles sonrisas.
Sorey en ese momento se hallaba ensimismado en sus pensamientos. Estaba contento de poder llevar a Mikleo a un lugar que hace mucho había descubierto y que este no había podido visitar en aquella ocasión. Estaba seguro que le fascinaría, solo imaginar la expresión maravilla que haría cuando llegaran le hacía sonreír. Pero más que nada deseaba compartir con el chico aquel lugar digno para ser llamado santuario. Donde ambos puedan relajarse y ser solo los dos. Después de tantos esfuerzos se lo merecían. Por esa razón en cuanto hubo oportunidad tomo a Mikleo de la mano y salió con él a tan inmaculado lugar. Y tal era su entusiasmo que apenas oyó la pregunta que el de mirada violeta le formuló, para el albino no fue mayor problema desconocer hacia dónde se dirigían. Intuía que el castaño estaba guardando una gran sorpresa y no quería arruinarla con preguntas.
No fue mucho más lo que caminaron antes de que Sorey se detuviera y le sonriera juguetón. Por un instante el serafín no entendía porque su acompañante parecía tan contento y entretenido si estaban en medio del bosque, es más, en muchas ocasiones ya habían pasado por ahí y nunca hallaron nada especial. Sin embargo, Sorey con un rápido movimiento de su espada cortó por la mitad los arbustos que tenía enfrente, eso fue lo que pensó hasta que no vio ninguna rama caer al suelo. Ahora comprendía porque el joven humano se veía tan entusiasmado.
Ante sus ojos se habla una barrera que seguramente aislaba y protegía algo desconocido. Mikleo no sabría definir qué tipo de expresión estaba haciendo en ese momento, pero, Sorey estaba disfrutando de verle tan sorprendido.
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Sormik Week 2019 [Fanfic]
Random"Florecer" La historia de un Humano y un Serafín de agua, que sin darse cuenta se enamoraron de forma pura e inocente. Fanfic de Sorey y Mikleo. Celebrando la Sormik Week 2019