- Capítulo 4 -

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Me resulta fascinante la versatilidad que la vida puede llegar a tener siendo tan simple y compleja al mismo tiempo, sin dejar atrás la posibilidad de que, en un abrir y cerrar de ojos, ésta puede dar un giro de ciento ochenta grados, sin aviso alguno.

Yo solía pensar que tenía la habilidad de predecir cuando uno de estos "giros" se presentaría en mi vida, ya que había tenido la oportunidad de analizar un patrón en específico que se presentaba en todas las ocasiones:

Cuando la vida se pone muy buena como para ser verdad, es cuando todo se viene abajo.

Uno de estos sucesos fue cuando mi madre decidió "separarse" de mi padre y nos mudamos a otro país, cambiando todo lo que yo conocía previamente. En esas circunstancias, tuve que adaptarme a mi nuevo modo de vida: aprendiendo un nuevo idioma, conviviendo con gente de comportamientos diferentes a los que yo estaba acostumbrada a tratar, y sobre todo, a convertirme en hija única.

Afortunadamente, no me considero una persona traumatizada por esa experiencia; o sea, sí fue bastante complicado, pero gracias al trabajo de mi madre, carecíamos de problemas económicos, los cuales son problemas recurrentes que las familias de padres separados ocasionalmente enfrentan.

Básicamente, sí fue malo, pero pudo haber sido peor.

Así que imagínense la sorpresa que me dio —después de nueve largos años de haberme enfrentado a ese obstáculo enorme en mi vida, y habiendo logrado por fin aceptar mi nueva realidad— cuando mis padres me dieron la noticia de que habían decidido juntarse de nuevo.

Épico, lo sé.

Dejando de lado mi "eufórica" reacción ante esa declaración, sí me sentía feliz por dentro, ya que por fin lograría hacer algo que hasta ese momento, no había tenido la oportunidad de realizar:

Tener una relación cercana con mis hermanos.

Con lo de la separación y eso, fue muy difícil para los tres mantener una relación "normal" como trillizos. A ver, al menos lo que yo he visto en las redes sociales, usualmente los trillizos —y hermanos en general— son bastante unidos, en especial porque pues logran pasar la mayor parte del día juntos y tienen una conexión más grande que el resto de hermanos o de familias puede tener.

En nuestro caso, eso claramente no era así. Pero bueno, eso es una historia para otra ocasión.

A lo que iba con todo esto, es que, desde que volví a Madrid, mis expectativas de lo que sería mi vida —al menos en este año—, se veían resumidas a intentar recuperar el tiempo que perdí con mis hermanos; sin embargo, la vida me trajo otra sorpresa, aproximadamente hace una semana, cuando conocí a los chicos.

Es la primera vez en mucho tiempo que logro congeniar con alguien así de rápido, especialmente porque no soy una persona a la que se le facilite eso de ser sociable, más que nada porque me cuesta un poco distinguir cuando las amistades que tengo se forman por conveniencia, o si son genuinas.

Y el sentimiento que tengo con su amistad es... uno genuino.

— ¿Qué escuchas? —preguntó Chica apareciendo junto a mí, sacándome de mis pensamientos.

Yo retiré uno de mis audífonos de mi oído— Ah... es solo una canción —murmuré encendiendo la pantalla de mi celular, en el cual estaba escuchando música mientras sacaba un par de libros de mi casillero y contemplaba mi vida.

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⏰ Última actualización: Oct 14 ⏰

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Un Amor por Accidente ||Fox x tu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora