Theo.

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Luego de algunas semanas yo ya me encontraba mejor, había estado haciendo recorridos por el hospital, y Gabe se había encargado de presentarme a la mayoría de los pacientes, desde niños hasta adultos, la verdad es que es una grandiosa persona, en verdad ama su trabajo, tanto como a Emma, cuando los veo juntos me da una necesidad de tener a alguien a mí lado, sólo espero llegar a amar a alguien así y que esa persona me mire de la misma manera en la que Gabe ve a Emma.

Gabe entro a mí habitación y se quedo observandome unos cuántos minutos, hasta que por fin se decidió a hablar.
- Bien, mmm, tengo… más bien tenemos algo que decirte.
-Claro.- nos dirigimos al consultorio de Gabe.
Emma ya se encontraba ahí, me pidieron que me sentara en uno de los sillones color naranja que se encontraban ahí, que era lo único que resaltaba ya que todo el lugar era completamente blanco.
-Bien, él ya ha despertado.- dijo Gabe y continuó.- Se encuentra mejor, ya hemos hablado con él, pero quiere verte, ¿estas lista para esto?
Emma me tomo de la mano y me miro con los ojos cristalizados.
-Claro, estoy lista.- dije.
Cuando nos encontrábamos en el elevador mi mente comenzó a hacer muchas preguntas, estaba llena de intriga y miedo, pero sabía que sólo con él podría encontrar respuestas.

Entramos al dormitorio donde se encontraba, lo vi… estaba sentado en la cama, aún llevaba la bata puesta, era guapo, cabello rubio, ceja poblada, ojos color azul y una bonita sonrisa, su tez era de un tono blanco, se le marcaban mucho las mandíbulas,parecía bastante algo, tenía pinta de ser el chico bueno, que tiene buenas calificaciones y obedece a sus padres, me miro, tenía expresión de sorpresa, sonrió, y me dijo:
-Oh, April, ¿estás bien?, lamento tanto lo que ha pasado, lo único que tenía en mente era el cómo estabas, no te imaginas lo mucho que me he preocupado.-se quedó callado por un momento, y me miro con expresión muy rara.
-Theo.- dijo Emma en un tono de advertencia.- los dejamos solos.
Salieron, y yo baje la mirada, ya que me incomodaba la manera en la que me veía. Así que decidí hablar, y comenzar por el principio.
-Como sabrás, no recuerdo muchísimas cosas, así que necesito me ayudes a recordar, ¿quieres?
-Si…
-Bien, ¿Qué fue lo que ocurrió?
-¿Te refieres al accidente?
Claro que si imbécil.-Pensé.- Sí.
-Bueno…-titubeaba.- Íbamos camino a una fiesta de un amigo mío, yo estaba diciéndote algunas cosas, oh… si, te veías muy bonita con ese vestido gris pegado, lo recuerdo, bueno lo que recuerdo es que un tipo no alcanzo a meter los frenos a su maldito auto, o no sé lo que fue, estábamos esperando a que el semáforo apareciera en verde, y de pronto el impacto vino del lado en el que estabas, me sorprende que sigamos vivos, más tú después de eso.
-Y… tú… ¿cómo te llamas?
-Theo Hamilton.
-¿Y… de dónde nos conocemos?
- Nos conocimos en un fiesta hace algunos años, desde ese entonces nos hablamos.
-Oh, vaya… ¿Y qué… qué somos?
Se quedó callado, un buen rato, como pensando, sonrió.- Somos novios.
-Ah, ¿y cuánto llevamos juntos?
-Un par de meses, solíamos ser mejores amigos, desde el colegio.
-¿Cuántos años tienes?
-Tengo 20 años.
-Vaya, ¿no eres mayor para mí?- solté con sarcasmo.
-No lo creo, tienes 19.
-Sí lo sé.-dije poniendo los ojos en blanco.
-Bueno, creo que me ayudaras a recordar, ¿conoces a mi familia?
-Eh… un poco, sí.
-¿Qué sabes de ellos?
-Lo suficiente para que me consideren de la familia.
-¿A mis amigos, los conoces?
-Solo a una, a las demás solo las mencionas.
-¿Quién?
-Katherin.
-Ah, ¿qué sabes de mí eh?
-Todo, April todo, te conozco de pies a cabeza, crecimos prácticamente juntos... en serio estaba preocupado por ti, lo lamento April, fue culpa mía debí haber visto ese auto.- las lágrimas calleron por su rostro y tomo mi mano.
-Bien... Solo quiero irme a casa y que todo esto pase pronto.-lo solté.
Me miro, y se quedó totalmente callado.
-Lo lamento.-dije y salí.
Camine al elevador, para dirigirme con Emma, solo quiero saber quién soy, no quiero vivir mí vida así, necesito ver a mis padres.
-Emma, no es de mí confianza siento que no está siendo honesto conmigo, necesito ir a casa por favor...
-Oh, cariño ven.- me abrazo, y por primera vez recordé lo que se sentía abrazar a mi madre, eso me dio tanta nostalgia que no pude parar de llorar.
"Sabes que siempre voy a estar contigo, no pienso dejarte sola, te lo prometo bonita.
-No te vayas
-No lo haré."
Abrí los ojos, era el primer sueño que tenía desde hace unas semanas, parecía tan real… mi corazón estaba latiendo demasiado rápido, pero ¿quién era ese chico?, no era Theo. Emma entro interrumpiendo mis pensamientos.
-Bien cariño, ¿cómo te sientes?
-Muy bien, por fin he descansado mejor.- mentí.
-Bien cariño, ahora alístate para desayunar.-se levantó de la cama y salió.

-Bien, April, tenemos que hablar contigo.- Gabe y Emma se sentaron frente a mí.
-Bueno, suéltenlo.
-Hemos localizado a tus padres.- dijo Gabe.
-¿Qué?
-Sí, hace unos días, ellos quieren verte, pero se pondrán un poco arrogantes debido a que no los encontramos cuando esto te sucedió, incluso llegaron a pensar que estabas muerta.
-Bueno, ¿y cuándo los veré?
-Mañana a primera hora… cariño, queremos que sepas que, siempre vamos a apoyarte en todo has sido como una hija para nosotros, te amamos, y no nos gustaría perder contacto contigo, además de que necesitas cuidados aún, nosotros vamos a hablar con tus padres, para que nos den autorización.- Emma solo me miraba, y sus ojos se inundaron de lágrimas, Gabe parecía más fuerte.
-Les agradezco todo en verdad, pero ya no necesitan hacer nada por mí.
-Lo hacemos porque te amamos.
-Sí, yo también quiero seguir viéndolos.- no entendía por qué me causaba tanta tristeza sepárame de ellos, en verdad los quería.
-Bueno, ve a descansar, que mañana hay que madrugar.
-Sí, buena noche.- me di la vuelta y no pude contener las lágrimas, no quería perder a esta familia.
Desperté, y el sol aún no salía, me di un baño, intentando liberar todas mis cargas, y pensar, tenía miedo de ver a mis padres y no… no reconocerlos, no sentir nada al verlos, no quererlos, no sé, me daba mucho miedo verlos como a unos desconocidos, rogaba porque no fuera así. Emma subió a mi habitación, me abrazo y me dijo que siempre iba a estar para mí pase lo que pase, sabía que podía contar con ella y que tenía una segunda madre, una segunda familia, y un segundo hogar en donde siempre iba a ser bien recibida. Le di las gracias, la abrace y salimos.
Ahí estaban, delante de mí las personas que me dieron la vida y me criaron, claro que los reconocía como olvidarlos, si son lo más preciado que tengo, no pude evitar contener las lágrimas y correr a abrazarlos, llegue a creer que jamás volvería a verlos, los amo tanto.
-Mamá, papá, los eche tanto de menos.

April.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora