Diagnóstico

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— ¡Kim YoHan! — Anunció el supuesto profesional de la salud, llamando la atención del joven paciente. — Tengo los resultados. — Acomodó sus gafas con seriedad y abrazó la carpeta que poseía el expediente médico del campeón de taekwondo.

YoHan abrió los ojos como platos al oír el llamado del doctor.

¡Finalmente podría saber que rayos sucedía con él! Pero si era del todo honesto, no estaba listo para oír el diagnóstico, es más, le aterraba tan solo pensarlo.

Se encogió en su lugar, esperando lo peor, porque sí, YoHan aseguraba que padecía de una enfermedad casi terminal. Respiró agitadamente mientras frotaba las sudorosas palmas de sus manos contra la tela de su pantalón. Sonrió con cierta vergüenza al enfermero que lo atrapó en el acto y dirigió su atención al doctor que llevaba ya medio siglo clavando la mirada en él y alargando el momento de la revelación con dramatismo.

— Quiero que mantengas la calma. — El doctor Cho tomó la palabra luego de lo que pareció ser una eternidad. YoHan asintió tan rápidamente que juraba que su cabeza saldría volando si seguía así. — Tienes que estar tranquilo, ¿está bien? — SeungYoun agregó, conteniendo una enorme carcajada al observar la tragedia en el rostro de YoHan y como este temblaba cual gelatina en terremoto. —
¡Eh, YoHan! Cálmate, no es tan malo. — El médico alargó la palabra "tan" en un intento de relajar a su paciente. Basta decir que falló completamente debido a que YoHan estaba aún peor que antes.

No es tan malo, pensó.

Su cerebro hizo click en el instante en el que volvió a pensar en esas cuatro palabras y se dio cuenta de una sola cosa: No era horrible, pero si era malo.

— Morirás. — Lanzó con total naturalidad el enfermero Kim WooSeok con una divertida sonrisa adornando su rostro. Se sentía satisfecho luego de contribuir al diagnóstico cien por ciento verídico del doctor Cho SeungYoun.

YoHan no se tomó para nada bien esa pequeña parte de los resultados de sus exámenes. Palideció y colapsó en un dos por tres, cayendo de la improvisada camilla que el doctor Cho había armado para él.

Y Así fue como su único y primer paciente se desplomó justo ante sus narices.

— Fantástico, WooSeok, ¡lo mataste! — SeungYoun cayó de rodillas al piso y con el dramatismo de cualquier novela retiró las gafas de su rostro y las lanzó en dirección al enfermero.

— SeungYoun, por favor. — La cara de indignación del enfermero era digna de ser retratada. — Apresuré el proceso, ¡deberías darme las gracias! — Se llevó una mano al pecho sin dejar de observar a su compañero.

YoHan no había muerto, ¡que no cunda el pánico, señores! El muchachito solo se había desmayado. El revoltijo de emociones y la sutileza de WooSeok lo habían hecho desplomarse de tal forma que hasta la mismísima bella durmiente podría decir que despertaría con más facilidad que él. Lo peculiar de la situación fue la manera en la que YoHan cayó, pues su pierna derecha se mantenía elevada a un costado de su cabeza y sus manos reposaban en forma de puños.

Una forma extraña e incómoda.

Kim YoHan, ¡listo para pelear, incluso estando inconsciente!

—¡Esto es malo! — Gritó SeungYoun. Pero luego de meditarlo por un par de segundos, se dio cuenta de que debía ser más que un simple doctor. Hoy sería un súper doctor y salvaría a YoHan. — Enfermero Kim, ¡que empiece el protocolo de rescate!

Gay panic! | YoHan + SeungWoo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora