EL MERCENARIO | HopeV

Capítulo 12

-¡VAN A MATARNOS!- gritaba la mujer desesperada en el asiento trasero del auto que derrapaba por el asfalto por la alta velocidad en la que iban, incluso con el cinturón de seguridad puesto se aferraba con sus dos manos de los asientos delanteros, Yoongi maneja esquivando todo a su paso mientras Hoseok en un estado de histeria le exigía al mayor que acelerara aún más.

Ya tenía el arma en su mano y había preparado otra en la cintura de su pantalón, Yoongi le gritaba a Hoseok que esperaran a sus hombres del club para tener refuerzos en caso de necesitarlos pero este no escuchaba de razones, solo quería llegar al menor y asegurarse de que estuviera bien, él mataría a cualquiera que se interpusiera en su camino.

La casa que había rentado exclusivamente para Taehyung estaba en una zona de quintas y casonas rodeadas de grandes parques y sectores verdes, cuando entraron al barrio Yoongi freno de golpe el auto haciendo que todos se impulsaran hacia adelante repentinamente.

-dime que esa no es la casa.- le señalo el mayor a través del parabrisas la gran columna de humo negro y espeso que se elevaba por el aire, Hoseok sintió su corazón detenerse y temió haber perdido a lo único bueno que la vida le había dado.

Estaban a unas cinco manzanas y podían ver perfectamente como el fuego abrazador chispeaba a través de las casas, -ESPERA HOPE... maldición.- renegó Yoongi al verlo bajar del auto y correr hacia el incendio, él intento seguir con el auto pero la calle estaba bloqueada por la policía que desviaba el tránsito lejos del lugar, dio la vuelta ofuscado esperando poder acercarse por algún lateral y alcanzar al menor.

Hoseok corría por las calles esquivando a la policía y a los bomberos que atestaban las inmediaciones de la casa intentando detener el avance del fuego y que tomara otras residencias, solo podía pensar en el rubio y actuaba en pos de ello, cuando llego a la cuadra la zona estaba acordonada, patrullas cortaban el paso vehicular y los camiones de los bomberos rodeaban la vivienda, había al menos tres de ellos.

Ya había escondido su arma en el interior de su chaqueta cuando se detuvo a unos metros mirando estupefacto el infierno delante de él, su mente se bloqueo, su corazón dejo de latir y su respiración se atasco en su garganta, camino a paso tembloroso hacia las ruinas calcinadas que todavía seguían ardiendo vigorosamente sin cesar.

Pasó por debajo de la cinta policial, los pies de Hoseok se movían por inercia y sus labios temblaban al ver la casa o lo que quedaba de ella. -señor lo siento no puede pasar, tiene que evacuar la zona.- un oficial lo agarro del brazo deteniéndolo.

El hombre debía de hablar más alto para que su voz no fuera tapada por las sirenas y el fuego mismo que rugía ferozmente a sus espaldas, los pocos vecinos se agolpaban detrás de las cintas perimetrales mirando y saciando su curiosidad cual buitres carroñeros.

Él simplemente no podía apartar la vista del fuego, -señor... lo llamo el hombre pero Hoseok se sentía perdido y mareado, era como si su mente se hubiera ido a algún lugar lejano, -es... es mi casa... levanto su mano temblorosa para señalar con su dedo lo que quedaba de ella,... esa es mi casa.-

El lugar estaba irreconocible, era como si solo hubiese sido una estructura que ahora rechinaba y crujía como si fuera a derrumbarse en cualquier momento, todo era carbón y cenizas, podía sentir en su rostro el calor que irradiaba el fuego, -señor... señor debe retirarse... otro policía se acerco a hablarle,... esto puede caerse en cualquier momento, no es seguro que este aquí.-

Recién cuando el hombre intento apartarlo pudo reaccionar, -no, esta es mi casa... tomo al oficial de los hombros,... mi pareja está adentro, debo sacarlo.- le rego con la desesperación impregnada en su rostro y en su voz, el hombre miro el lugar y volvió a mirarlo a él automáticamente, -¿está seguro de ello?- le pregunto con una extraña expresión, -sí, me envió un mensaje hace unas horas, él está aquí debo entrar por él.-