Capítulo 4

475 53 11
                                    


Es un milagro que Louis realmente confíe en Harry con su precioso auto, pero también confía en él con su cuenta bancaria, así que eso es todo.

Durante el viaje de Harry a Sandhurst, ensaya lo que le va a decir a Louis unas diez veces. Él dirá que han sido idiotas, que esta fue su peor idea hasta el momento, que no hay razón para que estén haciendo ésto.

Los amigos se prestan dinero todo el tiempo, se dice. Deberían dejar esto como Louis prestándole algo de dinero a Harry, y cancelar todo. Puede que no sea demasiado tarde para anular su matrimonio, y está seguro de que Louis podría elaborar una historia para contarle a sus familias que explicaría todo.

Parte de la razón por la que Harry había aceptado esto era porque se impedía mudarse a casa. Lo que no se había dado cuenta, por supuesto, era que eso era exactamente lo que había sucedido. Aunque no estaba en la habitación de su infancia, o acampando en el sofá de Gemma, todavía estaba en el pueblo, todavía barriendo los pisos de la panadería.

La única diferencia era que su madre lo miraba con ojos suaves y cariñosos, y su teléfono móvil dejaba de zumbar con llamadas y correos electrónicos de los cobradores que lo buscaban.

Y aunque todavía no se había librado completamente de la deuda, estaba siendo más responsable.

El efectivo de la panadería se destinaba a la compra, principalmente solo para él, pero también a los bocadillos para las niñas. Los cheques del ejército se ingresaban en su cuenta bancaria cada dos semanas. Harry se aseguró de que primero se pagase el alquiler, luego los servicios públicos, el cable y las facturas de internet. Luego, durante la segunda mitad del mes, Harry pagaría los préstamos estudiantiles de Louis, sus propios préstamos estudiantiles (ese era el que más dolía), y luego, después de todo eso, lo que quedaba, iba a la desastrosa factura de la tarjeta de crédito de Harry.

La buena noticia era que los buitres habían dejado de rodearlo por dinero. La mala noticia es que se sentía sucio por usar el de Louis, a pesar de que a éste se le ocurrió la idea en primer lugar.

"Mierda, mierda, mierda", murmura Harry, mirando por la ventana sucia mientras baja por la M40. Tiene que orinar, de nuevo, a pesar de que ya se había detenido más allá de Birmingham. Su vejiga no está hecha de acero.

Salió temprano esta mañana, no queriendo llegar tarde. Pero las dos paradas le costarán, y tendrá suerte si llega antes de que todos salgan corriendo para su descanso.

Él está realmente emocionado de ver a Louis, especialmente en su ropa de vestir, todo planchado y ordenado. Harry no tiene dudas de que una vez que regresen, Louis volverá a ser un vago, posiblemente negándose a cambiarse de ropa hasta que tenga que regresar a Sandhurst.

Primero, Harry tiene que llegar a Sandhurst para recoger al bastardo.

Cuando Harry había hablado por facetime con él hace una semana, le preguntó a Louis si iba a tomar el tren, o un autobus, o si quería que Harry fuese a buscarlo con el auto. Louis suspiró y dijo que el tren estaría bien, pero el sonido melancólico de su voz dijo lo suficiente. Harry esperó unos segundos antes de suspirar, diciendo que estaría allí a las tres. Louis sonrió,  una sonrisa de verdad, y Harry sabía que había sido engañado.

Harry se siente vagamente nervioso al pasar por Surrey, y la ansiedad aumenta a medida que se acerca a la Academia. Él vaga a través de cada punto de control, mostrando su identificación, y se siente intimidado. No ha hecho nada malo, se dice a sí mismo, pero aun así, sabe que eso no es del todo cierto. Pero es más un intento de 'no arruinar su credibilidad' y menos un tipo de 'error amenazante para la seguridad nacional'.

For now (and forever)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora