"Porque escritos breves, pueden acariciar y aligerar tu alma"
Este es un libro recopilatorio que estoy creando para toda la inspiración que tengo constantemente y nace en pequeños Drabbles, One shots, two shot y three shot, todo esto ubicado en el...
¿Qué es el verano? Pareciera ser sola una época del año, una estación calurosa que llena de personas que disfrutan de las maravillas del sol y todo lo que tiene este para ofrecer, para muchos implican un tiempo de descanso y para otros un infierno que está ligado a la sobrecarga de calor emitido por miles de cuerpos a su alrededor.
Era una época con una sensación abrumadora, no era despreciable. Simplemente una época más. Por tanto tiempo había disfrutado esa época a su lado, vacaciones, fiestas, boda, creí que esa era una de las épocas favoritas para nosotros. Pero en el día donde la niebla y la bruma calurosa se confunden entre ellas, un infierno trasciende a la tierra en una repetición continua de un agonizante evento.
Nadie puede ver a ese ser que se viste como mi persona y me observa con una cinica sonrisa, me susurra y me persigue en la miseria mientras miró cada evento que parece un sueño tan real, que es más bien una pesadilla.
Las lágrimas que mezclan con tu sangre permanecen ahora secas ante la vista de curiosos que se amontonan curiosos sobre la acera, bajo un grito desesperado de auxilio, pido agritos una ayuda que ya es tardía ante tu cuerpo inerte que reposa entre mis brazos.
A escasos metros, oculta entre los transeúntes está la bruma que se ríe y parece decirme algo.
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El susurro entrecortado que se escapa de mis labios en esa mañana de agosto solo se sopesa con el sonido de un mensaje telefónico, tenía una rara sensación en el pecho al incorporarme de la cama mientras veía el reloj de su celular, solo eran las 12: 34 de un martes 13 de agosto. El recuerdo de los planes que tenía me hicieron levantarme con apuro y tomar algunas cosas para salir emprendido en una caminata hasta llegar a un parque cercano. Allí un bello joven de lentes y cabellos oscuros me esperaba con una sonrisa, el había salido muy temprano de casa y quedaron por almorzar ese día fuera. Una sonrisa se formó en mis labios devolviendo el saludo antes de poder compartir un suave beso y una risa cómplice, aquel día aun parecía tan agradable, o eso pensaba.
Ubicados bajo un árbol, nos preguntábamos donde ir mientras los recuerdos de ese lugar nos rodeaban, tiempos de una infancia mutua donde solíamos jugar en los columpios que estaban frente a nuestras personas. Perdidos en los recuerdos, un pequeño gato de color negro se sentó en tu regazo por muy curioso que nos pareciera, asiduos a los amigos caninos, descubrir la afinidad con el felino fue más que una sorpresa. Pero tarareando una pequeña melodía que ambos conocíamos, decidiste mimar aquel mínimo mientras pasábamos un breve momento.
Pero a pesar de la alegría que sentía, la extraña sensación de molestia en el pecho permanecía, esa sensación incomoda aumento al ver como el pequeño gato que Yuuri había cogido entre sus brazos me miraba fijamente con sus ojos amarillos que me traspasaban como corrientes eléctricas.
Permanecí aturdido un segundo, pero las palabras de Yuuri me sacaron de mi ensoñación, mordaz para un japonés común y corrientes, expresaste abiertamente tu disgusto hacia el verano* mientras me sonreías audazmente. Yo te mire extraño sin comprender en primera instancia la frase, no imagine el tabú representado en la misma aun cuando nunca pareciste molesto con aquella temporada cálida.
