Descendientes 2 (Pausada)

Capitulo seis

— Todo es mi culpa

Se lamentó Ben, Evie y Dany se encontraban con él en su "despacho'' la hija de la reina malvada había encontrado una nota en la habitación de Mal, en ella se disculpaba con Ben y decía que regresaría a casa.

— Tengo que encontrarla, iré a la isla — habló pasando una mano sobre su cabello.

— Ben la isla es muy grande, necesitarás de alguien que te guíe — objetó Evie.

La hija de Hades los miró mordiendo su labio inferior.

— Yo iré contigo — Evie y Ben se giraron hacia ella — No tengo problema con regresar a la isla.

— Yo también iré, Mal es nuestra mejor amiga y no podemos dejarla ahí

— Gracias, a las dos — Ben les sonrió.

— Aunque, deberíamos decirle a los chicos, no somos tan populares ahora — ideó Dany.

— Si, me parece bien

— Solo prometeme dos cosas — Evie se dirigió a Ben — que no me dejaras sola — el chico asintió — y que no irás vestido así.

Ben intercambio miradas con ambas, tenía un poco de miedo con lo que ambas de las chicas harían con su ropa.

En la isla de los perdidos

Mal había caminado por la isla, era sigilosa, ya que no quería toparse con ningún viejo conocido o con alguno de los padre de los chicos.
Quería regresar a ser ella misma, por lo que un cambio de estilo le iría bien.
Había llegado al salón de Dizzy, la nieta de la madrastra malvada de Cenicienta.

Al abrir la puerta te adentrabas a otro mundo, las paredes estaban decoradas con manchas de pintura y la música sonaba en la habitación.

Dizzy se encontraba barriendo, pero al notar a Mal parada en la entrada se detuvo.

— ¡Mal! — saludó con emoción — ¿vino Evie contigo? — preguntó, ambas eran muy buenas amigas.

— Si claro — habló irónicamente — Este sitio no ha cambiado nada — sonrió.

— Si, aunque el trabajo es más barrer que nada, está todo igual

— Tú eres la que ayudó a las chicas con su cabello, ¿Cierto?

— Así es y estoy orgullosa de ello — le sonrió ampliamente.

— ¿Creés poder ayudarme con mi cabello? — preguntó tomando un extremo de su cabello.

— Estuve esperando este momento toda mi vida — exclamó con emoción.

Dizzy trabajó en el cabello de Mal por varias horas, se deshizo de aquel rubio platinado con puntas moradas,tiñiendolo por completo de violeta, al finalizar se encargó de pintar sus uñas de color negro.

Una vez que terminó Mal se levantó de su silla, observándose en el espejo frente a ella.

— Wow — exclamó la chica.

— ¿Te gusta? — preguntó Dizzy de pie a su lado.

— Me encanta — respondió sonriendo.

La más pequeña aplaudió con emoción.

— Toma, te lo ganaste — le extendió un billete.

— Gracias — le agradeció caminando hacia la caja registradora para guardar sus ganancias del día de hoy.

— Creo que me llevaré eso pequeña —  habló Harry entrando al negocio de Dizzy — y el resto también — le sonrió con cinismo.

La chica bufó entregándole el dinero a Harry.