"Yo también tuve la oportunidad de hacerte mierda, pero yo sí te quise lo suficiente para no hacerlo."
Esta es la historia de como por accidente Deku escribió al número equivocado y acabaron hablando durante horas y horas, sin saber quien en realida...
Esta vez, perdieron ellos, lo cuál significaba que se iban a besar.
Bakugo empezó a golpear su cabeza contra una columna al darse cuenta de que, cuando había apostado, ni siquiera había pensado en Izuku, el inútil de su compañero. Eso le pasaba por ser un egocéntrico que solo piensa en si mismo.
De mientras, el susodicho, había empezado a morder sus uñas energéticamente, en un ataque de pánico.
Eustakia y Marisol sacaron sus teléfonos dispuestas a empezar a grabar su querido y anhelado yaoi.
- ¡NO MUERDAS TUS MALDITAS UÑAS, NERD! ¡¿No sabes lo anti higiénico que es eso o qué?! A lavarte los dientes, no voy a llenar mi maldita boca de carroña.
Por increíble que parezca, Deku tuvo que ir al lavabo a lavarse los dientes...Con jabón de manos. Mientras lloraba como un bebé.
Cuando volvió, se encontró con Katsuki recostado sobre una pared, con los brazos cruzados, mirándolo con la barbilla alzada, recorriéndolo con la mirada de arriba abajo. Un escalofrío recorrió la espalda de Izuku a la vez que tragaba saliva. Sentía que en cualquier momento podría derretirse y ya ni siquiera tenía muy claro el motivo.
Se acercó poco a poco, alargando el momento. Hasta que una vez en frente de él, se atrevió a mirarlo a aquellos orbes escarlata. Y entonces lo supo:
"Quiero besarlo."
Todo pasó de manera brusca: de golpe, ya tenía al rubio agachado, recorriendo sus labios casi con ansias.
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Con una mano detrás de su nuca, mientras lo agarraba por la corbata para mantenerlo cerca.
Deku observó de cerca su ceño fruncido y su ligero sonrojo.
"Adorable." -pensó.
Cerró sus ojos dejándose llevar por el momento, moviendo sus labios de manera torpe y cogiendo por la cintura a Katsuki acercándolo instintivamente hacia él.
Deku no pudo evitar pensar en lo expertos que parecían los labios de Bakugo al moverse. ¿Habría besado a alguien más? Un extraño latigazo recorrió su cuerpo.
De mientras, Bakugo intentaba no pensar en lo que estaba haciendo y sobretodo en el pequeño detalle (o no tan pequeño) de que le estaba gustando. Los labios del más bajito eran increíblemente suaves, y eso, incitaba a sus más bajos instintos. Los mordió con cuidado, escuchando como Izuku suspiraba ante el gesto.
"Espera." -pensó de golpe - "¿Qué cojones estoy haciendo?"
El rubio se separó de golpe dejando a Izuku con los ojos vidriosos y un tremendo rubor.
Trató de igualar su respiración. Con los ojos abiertos de la sorpresa pensó:
"¿Qué se supone que estoy haciendo besando a Deku? Al mismo Deku que he querido matar desde que lo vi por primera vez."
