Capitulo 00

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(22 de Julio de 1989)

Darte cuenta de que tu vida es completamente diferente a los demás, no entender por qué, no entender por qué terminaste así.

Intento recordar cómo y cada uno de mis recuerdos inmunes pero, por alguna extraña razón los he olvidado. Mi vida fue sola, triste, inexplicable y nada normal. Sin embargo al final me acostumbre pero al final tuve que... terminar así.

Dos policías que caminaban detrás de mí, guiándome a la sala de interrogación, los dos tocándome la espalda, esa sensación de escalofríos es tan fuerte que me opongo a golpearlos en la cara.

Finalmente llegamos, uno de los dos policías abre la puerta, volteo a verlo. Cuando doy varios pasos volteo a ver al que se encontraba sentado en la silla cómoda y excitante. En cambio, yo, me tengo que sentar en la fría, incomoda y tonta silla para que empiece la interrogación. Me siento lentamente para que empiece de una vez por todas, la interrogación.

- ¿Cómo te llamas? - Me pregunta el agente. - Quisiera saber tu más importante cosa sobre ti.

- Mi nombre es Lizeth Nayden. ¿Cuál es el tuyo?

- Patrick Parsel. - Responde el agente. "Patrick Parsel"

Ese nombre, ese cosquilleo que, sientes que ya habías escuchado ese nombre antes. Y así fue. Ese hombre que estaba sentado al otro lado del escritorio, aquel hombre con ese nombre que había escuchado hace mucho.

Hace mucho.

- ¿Cuál es tu edad? - Pregunta nuevamente Patrick. - Solo pregunto lo básico.

- Veinticinco. - Respondo. - ¿Y tú?

- Veintiséis - Responde Patrick. - ¿Ella está aquí?

Típica pregunta de los Agentes. Solo quieren ver, observar el "don" que tengo yo. Mas sé que no es don, es una maldición. Que fue caída en mí. La cual odio. El odio con toda mi alma es la razón por la cual estoy aquí.

- ¿Ella? - Respondo, inclino mi cuerpo hacia la mesa, recargándome sobre ella. - Defíneme ella... Patrick.

- No me hagas esto más difícil - Dice Patrick sacando su pistola de su bolsillo. La avienta a la mesa, frente a mí, como un intento de amenazo. - Sabes de lo que estoy hablando.

- ¿Quieres saber si está aquí o si puedo mover algún objeto?

- Las dos cosas. - Responde Patrick. - Puedes mover el arma que tienes frente a ti.

- Supongo. - Le respondo. - Solo que será algo difícil.

Aparece el silencio. Las ranuras de donde proviene la luz del sol son tan pequeñas que ni siquiera cabe mi mano tan delgada. Entonces fue allí, cuando me concentre.

Levanto la mano, como apuntando hacia el arma. Mi mano tambaleaba de arriba abajo en distancias mínimas. Noto como Patrick se queda mirando a el arma. Muevo lentamente mi brazo hacia arriba, mi mano tambaleaba cada vez más, el arma empieza a flotar. Patrick se sorprende, entonces la vuelvo a bajar a la mesa. Donde se encontraba reposando.

- Impresionante Lizeth. - Dice Patrick. - ¿Eso quiere decir que ella se encuentra aquí?

- Primero que nada... - Empiezo a decir. - Ella no es más que yo, solo somos una. Ella murió para convertirnos en una. Así que prefiero que sepas que, si está aquí, y la estás viendo justo ahora.

Mi cuerpo empieza a sudar terriblemente, me paro de la silla y me siento en el rincón de la sala, el queda mirando al arma. Cuando me doy cuenta de que estaba anocheciendo, el empieza a balbucear, logro apenas escucharlo.

- ¿Ya sabes quién soy? - Pregunta Patrick, cerrando los ojos y frotando sus manos contra su cabeza.

- Si, si se quién eres. Patrick Parsel. - Respondo. - Y sabes lo que fuimos los dos. Sabes cómo terminamos...Sabes cómo... Lo sabes...

- Claro. Lizeth... Lizeth Nayden.

Cielo Rojo RojizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora