Contigo... siempre

capitulo 16

POV VALENTINA

Cómo a veces en tu vida cuando experimentas algo por primera vez, estás tan segura de que tiene que ser la mejor sensación que hayas tenido

Honestamente puedo decirte que NO se aplica al sexo.

No quiero parecer la amargada ex esposa que solo está arremetiendo porque su ex esposo la dejó por una secretaria más joven y bonita, pero tengo que decir que nunca, de ninguna manera el sexo con Lucho se sintió así.

Después de que atraje a Juliana a ese beso, no tardó mucho en besarme con tanta pasión.

Pero desafortunadamente, eso es lo más lejos que se ha ido.

Hasta ahora.

Se siente como si tuviera miedo o algo así. Puedo sentir el temblor en su mano cuando pasa su mano por mi estomago para detenerse en mi cadera. Con la otra me aprieta el cabello mientras profundiza el beso.

Tengo que admitir que también tengo miedo.

No tengo ni idea de lo que estoy haciendo.

Las cosas fueron mucho más fáciles con un hombre. Todo lo que tenía que hacer era acostarme allí y hacer algunos sonidos de vez en cuando y solo esperar que terminara pronto.

Ahora parece que no puedo evitar hacer esos sonidos y creo que moriré si ella se detiene ahora.

Siento que Juliana se aleja del beso. El calor de sus labios se separó de los míos de repente y los dejó dolorosamente ansiosos por más.

_Val... Valentina?_ Su suplica susurrada apenas se registra en mi cerebro y obligo a mis ojos a abrirse. Puedo sentir sus fuertes respiraciones contra mi pecho mientras lucha por recuperar el aliento por encima de mí.

La estoy mirando a los ojos y, por primera vez en mi vida, siento que el deseo me va a quemar

_Q-qué?_

Juliana está en silencio por un momento mientras lucha por recuperar algún tipo de control sobre su respiración.

_Estás... estás segura de que... quieres que..._

No sé si besarla por ser tan dulce o golpearla por ser tan lenta.

Lo juro.

Si ella me pregunta eso... una vez más...

Bueno, supongo que si ella no va a creer lo que escucha...

...tal vez ella creerá lo que siente.

Me agacho en busca de su mano. No pasa mucho tiempo antes de que sienta el calor de su piel entre mis dedos. Envolví mi mano alrededor de la de ella en un agarre suave pero firme y la guié hacia un lado de mi cuerpo.

Mantengo mis ojos fijos en los de ella.

Ambas soltamos un gemido cuando su mano entra en contacto con mi seno.

Solo hay una delgada capa de mi camisa que separa su carne de la mía, pero es suficiente para volvernos locas a los dos con la necesidad de que desaparezca.