Nariz sangrienta

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Ya era tarde, Beni caminaba en dirección a la casa de la señora Gigi, estaba algo angustiada por Iker, la había descubierto, no sabía si contarle a la señora, no sabía si debía hablar también con el señor Ramiliano. Al llegar a la casa y saludar a sus padres adoptivos ilegalmente, tomó la decisión de no hablar, ya había molestado mucho, prefería encargarse de este pequeño problema ella sola. Su primer día de clases estuvo muy bien para ella, no fue molestada ni agredida, solo fue recibida amablemente... estaba emocionada por la práctica de mañana, ya formaba parte de un grupo. Mañana mismo hablaría con la señora Gigi a respecto de que quería conseguir un trabajo para independizarse poco a poco.

Iker apenas llegaba a su casa, se preparaba mentalmente para lo que sabía que le diría su madre, al entrar ella estaba esperándolo detrás de la puerta, paso a su lado ignorándola mientras ella le gritaba y lo regañaba por haberse escapado y por haber faltado a el almuerzo que tenía preparado con los representantes de una compañía muy importante con la cual su padre quería asociarse. La verdad Iker tenia mejores cosas en las que pensar. Subió a su cuarto ignorando todo lo que ocurría a su alrededor, tiro su bolso en el suelo de su habitación y se dejó caer en su cama.

Su primer pensamiento fue la cara sonriente de Beni, eso lo hizo feliz.

Un suspiro de amor salió de él.

Había conocido a una chica que era diferente a las que conocía normalmente, esta era especial, le llama la atención. Acostado, pensaba en lo alta que era y su lindo corte de cabello. Iker no tenía un raro desorden mental donde quisiera que alguien más grande lo controlara ni nada así, simplemente le daba curiosidad esta chica loca que se hacía pasar por hombre. – Tan linda y quiere esconderse detrás de un disfraz de… – Decía para el mismo.

Temprano en la mañana, ya su madre caminaba hacia el cuarto de él, estaba
preparando lo que gritaría esta vez para intentar despertarlo, pero fue sorprendida por su hijo... el que salió volando por su lado, salía temprano y listo para desayunar. Su madre había quedado paralizada y con la boca abierta al verlo. – ¿Iker? – .  Pensó. La mujer no recordaba la última vez que su hijo estaba arreglado para irse al colegio, quizás su primer día de primaria, del resto jamás lo había visto así, sospechaba de la situación tan extraña y peculiar, así que, bajó rápido tras él, para averiguar que pasaba.

Hijo… –

¿Qué? – Respondió, al mismo tiempo que masticaba una tostada.

¿Estás listo? –

Si. –

¿Por qué? –

¿Quién te entiende, mujer? Me regañas porque quieres que esté listo temprano e igual me regañas por estarlo. –

No te regaño. –

Como sea. – volteaba los ojos mientras caminaba hacia la salida. – Ya me voy, adiós. – y salió.

Adiós… – Aun dudaba de que ese fuera su hijo, quizás estaba alucinando.

Ya se había ido al colegio, en la camioneta. Bastante unido en sus pensamientos protagonizados por ella, Saraí, quería hablar un rato más con ella. Llego al colegio sin darse cuenta, entro al colegio y la vio, estaba sentada en la plaza junto con los del equipo de básquet, camino hacia ella para saludarla, aunque detestaba a los del grupo. Sus miradas se encontraron, el casi estaba por llegar hasta ella, Saraí se intentó levantar, pero Zapato le jalo el brazo y la trajo hacia abajo, junto con hacer eso todos los chicos se levantaron e hicieron una pared evitando que Beni e Iker se vieran.

¿Qué quieres? – Pregunto Alan.

Contigo nada. Yo solo voy a saludar. –señalo a Beni... eliminando confusiones con una vos poco amable.

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⏰ Última actualización: Aug 10, 2019 ⏰

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