Desde que había accedido a casarse los medios que ya invadían su vida estaban en cada momento, en cada movimiento y esto le traía problemas, ahora no era solo una pobre indefensa chica que había perdido a su padre, ahora era una chica que por conseguir dinero había logrado atrapar a Sesshomaru, uno de los solteros mas codiciados. Eso eran los periódicos que le creían, pero la mayor parte dudaban de su relación con el, ¿Cómo era posible que se consolidara una relación en menos de un mes?
Tampoco había vuelto a tener contacto con la familia de Sesshomaru, no quería verlos, ellos la consideraban una oportunista como decían los periódicos, o eso pensaba ella, y no quería tener peleas de ningún tipo.
El compromiso se estaba volviendo mas complicado cada vez, se tornaba mas mentira que verdad, nadie les creía, y quizás era por lo fríos que eran ambos, en público se limitaban a un beso en la mano, y con mucha suerte uno en la boca, además no había indicios de una relación previa, quizás no les creerían, para los medios Sesshomaru tenía muchas cosas a favor pero era un mujeriego según los rumores y ella una oportunista ¿Qué clase de pareja eran entonces?
- quiero que me expliques esto – dijo el señor Shinomori al entrar en la oficina. Traía un periódico en las manos.
- ¿Qué sucede? – preguntó Aome
- ¿Cómo es que organizas una boda con Sesshomaru Taisho? ¿Qué no sabes lo que dicen los rumores? Ha dejado embarazadas a mujeres, se olvida de sus hijos… ¿Cómo puedes pensar casarte con un hombre como el?
- los rumores son falsos – dijo Aome defendiendo a su prometido, era su deber.
- te iba a conseguir un pretendiente adecuado – dijo el hombre enfadado.
- ya esta, no hay problema – dijo Aome seria con la frente en alto, aunque no tuviera dinero nadie controlaba su vida.
- ¡¿Qué no sabes en lo que te metes niña?! – le gritó desesperado.
- señor Shinomori le voy a pedir que me deje tomar mis decisiones, mi boda con Sesshomaru Taisho es un hecho, he venido para que comience con los arreglos para la entrega de mi propiedad, la querré a la brevedad posible.
Aome salió de ahí enfadado pensando en que quizás le había dado demasiadas libertades al señor Shinomori, había sido fiel amigo de su padre pero eso no le daba derecho a organizarle su vida, lo trataría con menos consideraciones la próxima vez.
….
Su fría oficina estaba siendo asediada por cierto asistente personal que no estaba tranquilo con la situación de su jefe. Miroku daba vueltas en la sala con el periódico en las manos leyendo las noticias y pensando en algo que seguramente a su jefe no les gustaría.
- deja de dar vueltas o sal de mi oficina – dijo Sesshomaru.
- ¡¿Cómo pueden ser tan idiotas como para no darse cuenta de…?! – decía enfadado – bien creo que tenemos que hacerles ver que tu relación va viento en popa con la señorita Higurashi.
- no le veo necesidad, cuando nos casemos será suficiente – dijo Sesshomaru serio sin ponerle atención a Miroku.
- ¿Qué acaso no te es agradable la señorita? – preguntó pícaro el asistente.