01

2.6K 257 479
                                    

Hola de nuevo! ٩(^ᴗ^)۶

Hemos llegado oficialmente al primer capítulo de esta historia!

Espero que disfruten leerlo tanto como yo disfruté escribirlo (★^O^★)

—0—

La insistente luz que se colaba por las cortinas de su habitación le estaba ahuyentando el sueño. Atsushi nunca se había considerado a sí mismo una persona perezosa, muy por el contrario, él siempre era el encargado de levantar a Dazai y a Rampo, cuando todos aún vivían en la casa familiar y sus hermanos se negaban a bajar a desayunar, ambos mayores siempre argumentaban de que era aún muy temprano para estar despiertos y que sus cuerpos necesitaban más descanso para un rendimiento pleno.

Sin embargo ese no era el caso en aquel preciso momento, pues el albino seguía con los parpados apretados, negándose a salir de la cama. Sentía vergüenza de salir de la habitación, aún peor, tener que encontrarse con Dazai después de aquella penosa escena que habían protagonizado los dos en la cena de anoche frente a su padre, el señor Mori y los dos Omegas que lo acompañaban. Atsushi enterró su rostro en la suave almohada, esperando ahogarse con ella y no tener que afrontar la realidad de sus acciones.

¡Pero todo era culpa de Dazai!

Y ahora que lo pensaba mejor...

¡¿Por qué todo SIEMPRE tenía que ser culpa de Dazai?!

Atsushi sabía que él también tenía parte de la culpa por haber dejado que sus instintos de Alfa lo dominaran tan descuidadamente. Se sintió peor de tan solo pensar en la imagen que proyectó frente al Omega azabache, seguramente había quedado como un salvaje, o como uno de esos patéticos Alfas que se exaltan a la menor provocación y que tienen un nulo sentido del autocontrol; la escena de aquella infructuosa cena se repetía una y otra vez en su cabeza, como una película que es tan mala que uno no quiere ni acordarse de ella y aún así se niega a dejar de reproducirse en tu mente.

Atsushi comenzó a rebobinar la cinta de sus recuerdos nuevamente, tan solo por el simple placer de seguir torturándose un poco más:

Después de haber sido presentados por Mori, ambos jóvenes inclinaron la cabeza a manera de saludo y cortesía. Fukuzawa imitó el gesto y tuvo que obligar a Atsushi y a Dazai a hacer lo mismo, tomándolos a ambos de la cabeza y obligándolos a inclinarse, porque al parecer sus jóvenes hijos habían entrado en un estado de trance desde que se sentaron en la mesa. La cena había iniciado de manera tranquila, sus alimentos ya se encontraban frente a ellos, ambos mayores platicando animadamente mientras que los cuatro jóvenes permanecían callados.

Atsushi no podía apartar los ojos del azabache ni de sus finos y hermosos rasgos, con aquella piel de porcelana, sus ojos tan grises como un cielo de tormenta y aquellas curiosas puntas albinas en sus negros cabellos que le daban un aire encantador. Perdido como estaba en su ensueño juvenil y totalmente prendado de la belleza etérea que emanaba el Omega frente a él, no se había percatado que su insistente mirada estaba incomodando bastante al joven de ojos grises, quien fingía desconocer el motivo de tan intenso escrutinio por parte de aquel albino invitado. Pero como muchos sabios siempre pregonan, aquello solo era la calma antes de que se desatara la tormenta, y esa tormenta tenía nombre y apellido, para desgracia del joven Alfa.

—Entonces... —Comenzó Dazai, abriendo por fin la boca después de aquel lapso de silencio, ganándose momentáneamente la atención de todos. —¿A qué se dedica usted, señor Mori? Porque no creo que Fukuzawa haya tenido dinero suficiente en el pasado para venir a costearse unas vacaciones de lujo y entablar una buena amistad en sus años de juventud.

—Dazai... —Fue la primera advertencia de su padre expresada en aquel característico tono severo, conocía de sobra lo molesto que podía llegar a ser su hijo mayor, y él no tenía intención de andar sermoneando a nadie frente a más personas. Atsushi simplemente le lanzó una mirada de súplica para que no continuara con lo que sea que estuviera maquinando en su maliciosa psique.

MuñecaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora