𝐂𝐨𝐫𝐚𝐳𝐨́𝐧 𝐞𝐧𝐯𝐞𝐧𝐞𝐧𝐚𝐝𝐨

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Muchos dicen que amar a otra persona implica esfuerzo de ambas personas, juro que di todo de mi, pero a él le valió mierda.

se cumplieron dos años juntos de relación ¡2 años! era mi récord, obviamente; nunca había durado tanto en una relación pero ese hermoso chico que tenía los ojos verdes más hermosos que haya visto en este mundo, me enamoró por completo y eramos totalmente felices a excepción de algunos problemas que habían ocurrido, su pasado por ejemplo.

Era temprano, 5 de la mañana para ser exactos. Me levanté sin antes estar un plazo de tiempo con el celular, contestando correos y viendo nuevas noticias. Volteé mi mirada hacia al acostado de la cama y, como siempre Ian, mi novio, se encontraba acurrucado entre las sábanas sin nin tensión de levantarse temprano. Me gustaba mucho verlo dormir. Sin hacer tanto ruido dejé mi celular en la mesita de noche y tomé su pequeño cuerpo para poder acercarlo a mi, el, automáticamente se acurrucó entre mi pecho, formando esa pequeña sonrisa gustosa en su rostro que me contagió al instante, tenerlo de esa manera, solo para mí, era realmente una de las cosas que más amaba. Ese día nos levantamos tarde de la cama, era domingo, que más se podía esperar.

- Hoy podemos ir a cenar a tu restaurante favorito, haré la reserva. - Ian ya estaba totalmente despierto, eran las 12 de la tarde, aún seguíamos acurrucados en la cama. Tomé mi celular y busqué el contacto de la recepción de que restaurante, antes de llamar Ian interrumpió. - Hoy tengo planes con mis amigos, bonito, ¿y si mañana vamos? - sugirió con una pequeña sonrisa y aquella mirada dulce que lo caracterizaba. Asentí. No veía nada de malo que Ian visitará a sus amigos, no podía prohibirle eso. Y así el día transcurrió, almorzamos sandwiches improvisados hasta que llegó la noche, Ian salió y me quedé en casa viendo películas.

al día siguiente desperté con un leve dolor de cuello, ahí fue donde recordé que me quedé haciendo algunos trabajos en la laptop que directamente vi tirada en el piso. me incorporé rápidamente y la levanté, su pantalla estaba rota. No me podía dar el lujo de comprar una nueva, bueno, si podía pero ahí se encontraba el trabajo que estaba haciendo el día anterior, me había esforzado mucho en realidad y no podía perderlo así por así. Caminé hasta la sala, llevando la laptop dañada y dejándola sobre el mueble, ahí fue cuando me di cuenta que Ian no estaba.

- Te he estado llamando muchas veces, ¿donde estas? - cuestioné a Ian cuando me contestó el teléfono luego de 14 llamadas perdidas, el enfado se notaba en mi tono de voz. - me quedé dormido en la casa de Tyler, amor, en una hora llego y te explico. - dijo ello y colgó.

Una hora después tenía a Ian frente mio, este olía a alcohol y se notaba claramente la intensión de haberse peinado, algo que no se salió bien ya que su cabello estaba todo alborotado.

- así que bebieron, me dijiste que era una cena, Ian. - me acerqué y acaricié su mejilla, claramente no me iba a molestar con el. - lo sé... Pero todo estaba tan divertido que Tyler sacó una botella de wisky... Solo recuerdo que nos pusimos a tomar entre todos y quedé muerto en el sofá. - una pequeña risa salió de él y lo acompañé, me imaginaba la faceta de Ian ebrio, y ello a ambos nos causaba gracia.

No le pedí más explicaciones, confiaba en su palabra, con un par de besos húmedos compartidos se metió a bañar mientras yo preparaba en desayuno que luego devoramos.

Llegó la tarde, tenía trabajo. Tenía una sesión de fotos pendiente que tenía que cumplir, trabajo era trabajo.

- ¿llegarás tarde? - Ian Cuestionó con un pequeño puchero al que besé al instante, no podía resistirme a no hacerlo. - Bebé, sabes que las sesiones demoran demasiado, lo más probable es que termine tarde y me quede a dormir en la oficina, yo te aviso. - respondí con mis manos en su rostro, acercando este para poder depositar cortos besos entre sus labios mientras que el me abrazaba y sonreía por cada uno de los besos.

ᝰ𝘌𝘭 𝘤𝘭𝘶𝘣 𝘥𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘪𝘯𝘤𝘰𝘮𝘱𝘳𝘦𝘯𝘥𝘪𝘥𝘰s˚̣̣̣͙༄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora